Quiero pensar, y pienso, que Estados Unidos no es el centro del mundo, pero negar que su influencia sobre el resto no existe o es pequeña es ingenuo. Y las primeras decisiones que ya tomado su nuevo presidente, Donald Trump, lo demuestran. El mandatario vuelve a intentar que el principal país contribuyente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), o sea, el suyo,. Digo vuelve porque ya lo firmó en julio de 2020, cuando personas en todo el mundo se morían por cientos y miles por un desconocido virus. El cambio de Gobierno afortunadamente lo paró.