Emosido engañado

Si la ciudadanía en su momento da su confianza a PP y a los independentistas catalanes, ya han dejado las credenciales en el poyete: en sus prioridades no están ni se esperan unas pensiones justas

OPINIÓN – Dentro de dos años

Si no fuera por los estragos en los más necesitados, singularmente los pensionistas, el voto negativo de PP, junto con los independentistas –otrora contaminantes de la españolidad– contra el Real Decreto ómnibus (en latín, para todos y para casi todo) resulta cómico. Cómico porque en los mentideros populares no es que estén muy preocupados por los jubilados y sus pensiones, ni por el transporte público, ni por el deterioro de las finanzas en las comunidades autónomas en las que gobiernan (la Andalucía de Moreno Bonilla pierde más de 1.800 millones); lo están por el ridículo, están resignados, asumen que el PSOE, perdonen la expresión, se la ha metido doblada, creen que han sido engañados, trajinados y quedado en evidencia como la mano derecha del Estado. También ha quedado claro que por encima de sus peleíllas y teatrillos, la derechura de España y Catalunya se dan la mano y un abrazo si hiciera falta. Ya solo queda por determinar si en casa de Alberto o de Carles; en la tuya o en la mía, se prometen.

Cómico porque escuchando al portavoz popular, Tellado, no puede uno sino soltar una carcajada. El hombre después de defender a capa y espada a los propietarios, ahora dice que por qué hay que pagar un alquiler a los legítimos propietarios del palacete de París. Además, eso no puede ser una excusa. Desde luego que en esto, pensando algo más allá de sí mismo, Feijóo ha vuelto a patinar en su enfrentamiento feroz con el PNV; un tiro en las bajeras. Ya no se acuerda el PP de cómo Xabier Arzallus les garantizaba la gobernabilidad. Para colmo de su patinazo, Aitor Esteban –oído, señor Tellado– puede ser el próximo presidente del Euskadi Buru Batzar. Creo que a alguien lo va a pillar un tractor, si no al tiempo.

Los pensionistas que este mes ya están cobrando la subida de la pensión de un 2,8%, debidamente explicado por carta por el Gobierno, verán cómo gracias a la jugada del PP y de los independentistas de Carles Puigdemont, el mes que viene se quedarán sin subida. En la melé de noticias y explicaciones queda clara la escasa vocación de las derechas española y catalana por subir las pensiones.

Se puede tumbar un gobierno, eso es legítimo, podrían presentar juntos incluso una moción de censura, pero lo que no pueden hacer es llevarse por delante a los pensionistas

El PP en esto es un clásico: cuando gobernó se quedó en un raquítico e inmerecido 0,25% de subida, pero es que los independentistas dicen que les da igual porque afecta a los españoles y no a los catalanes; quizá porque creen y quieren dejar claro que los suyos son los catalanes que están en el taco y las pensiones son poca cosa.

Su problema es que lo tienen que explicar en la Catalunya de todos y entre esos todos están los de ERC, y los más de millón y medio de pensionistas catalanes. Mala la pretendida foto de Oriol Junqueras junto a Carles Puigdemont. A ver cómo lo explica Gabriel Rufián que no ha tenido piedad al acusar la connivencia de las derechas sin fronteras de PP, Junts y Vox.

Algunos querrían rebobinar, pero no va a ser fácil. El Gobierno se está recochineando y llevará al Congreso una propuesta casi igual para que se retraten. Se puede tumbar un gobierno, eso es legítimo, podrían presentar juntos incluso una moción de censura, pero lo que no pueden hacer es llevarse por delante a los pensionistas, a los que no se les regala nada, llevan toda una vida trabajando por su pensión. Además, ha quedado una cosa clara, si la ciudadanía en su momento da su confianza a PP y a los independentistas catalanes, a la derechura, ya han dejado las credenciales en el poyete; en sus prioridades no están ni se esperan unas pensiones justas.