El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Palma, que instruye la causa abierta contra el presidente del Parlament balear,  (Vox), por un presunto delito de odio tras de la republicana  y de las activistas Maria y Antònia Pascual, , ha decretado que continúe adelante el procedimiento judicial mediante un auto que deja al dirigente de extrema derecha a las puertas del banquillo al considerar que su gesto lesionó “la dignidad de esas personas y sus familiares y de los partidos políticos de que eran militantes, y acredita la clara intención de humillarlos”.