No es la primera vez que en esta columna se expresa la admiración por José Mujica pero siempre hay una buena ocasión para reiterarla. que el expresidente uruguayo concedió a Jordi Évole es la excusa para recuperar una de las muchas enseñanzas que deberíamos grabarnos a fuego y que, por una casualidad no buscada, esta semana es de especial interés.