En cuestión de semanas, Andoni Ortuzar (Sanfuentes, 1962) dejará de ser el presidente del principal partido vasco, el PNV. Esta semana ha renunciado a seguir como candidato en el proceso interno en que está inmersa su formación aunque claramente aspiraba a continuar para un cuarto mandato y . No es el final esperado, ya que llega tras la aparición de una alternativa encarnada por un amigo y casi alter ego. Pero era la opción menos dolorosa porque de haber tenido que enfrentarse a Esteban, con crecientes apoyos entre las bases y entre cargos institucionales de Bizkaia y con el que algo se había “roto” sin que nadie aún lo haya explicado, el resultado podía haber sido imprevisible. Con Ortuzar se va un referente en la política vasca y también un hombre trascendental en la española. Por ejemplo, por sus manos pasó la aceptación de la que hizo a Pedro Sánchez presidente en 2018. Con Ortuzar, al que solamente Xabier Arzalluz supera en años en la etapa moderna del PNV, se va también un estilo de hacer política con tantas dosis de humor y metáforas como de pullas en los mítines y con gran influencia y mano firme entre bambalinas.