En (Crítica, 2009), Piotr Kropotkin describe el nihilismo, movimiento social que marcó a la juventud rusa en torno a la década de 1860, en estos términos: “Ante todo, el nihilismo declaró la guerra a lo que puede considerarse como las mentiras convencionales de la sociedad civilizada. Una sinceridad absoluta era su rasgo distintivo (…) con su afirmación de los derechos del individuo y su condenación de toda hipocresía no era más que un primer paso hacia un tipo de hombres y mujeres que, siendo igualmente libres, viven para hacer progresar una gran causa”.