En el último debate de política general, Juan Manuel Moreno dejó en el diario de sesiones del Parlamento andaluz un vaticinio extraño para calmar las ansias que veía en la oposición por desgastar su inmaculada figura: “No tengan tanta prisa. Por lo general, los gobiernos se desgastan solos con sus errores y son los ciudadanos los que terminan cambiándolos”.