Un desahogo

El COVID ha dejado muchas cosas terribles tras de sí, pero pocas tan destructivas como el regreso triunfal del pensamiento anticientífico. Ser buena persona está bajo sospecha, pero el saber te convierte directamente en culpable

Esto es una columna, ya se lo aviso. Es un desahogo. No esperen una línea argumental o un análisis o una tesis. Es puro cansancio. Se lo cuento para comprobar si únicamente me sucede a mí o a ustedes también les pasa algo similar.

El mundo del siglo XXI se comunica con el lenguaje del siglo XIX: fronteras, aranceles, cañoneras y Dioses regresan de la oscuridad de un pasado blanco, colonial y supremacista para atormentar a aquella geopolítica de la globalización donde el comercio nos haría libres.

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