El día que el Gobierno tenía marcado en rojo para sacar pecho de una nueva subida del salario mínimo interprofesional y para confrontar su modelo económico con la derecha acabó convertido en un bumerán. El anuncio del ministerio de Hacienda con el que oficializó que, de ahora en adelante, los receptores del SMI sí pagaran el IRPF, no solo provocó una auténtica batalla campal entre el PSOE y Yolanda Díaz en la sala de prensa de la Moncloa tras el Consejo de Ministros, sino el rechazo unánime de los socios del Ejecutivo. Y con el apoyo del PP, que también apuesta por el elevar el mínimo exento, esos aliados parlamentarios de Pedro Sánchez amenazan con echarle un pulso en el Congreso.