La Torre Negra de Vallecas mantendrá su color después de volverse blanca para evitar incendios, pero no será asequible

El característico edifico del Ensanche de Vallecas, construido por la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo de Madrid antes de que Ana Botella lo vendiera a un foto buitre, ha perdido parcial y temporalmente el tan reconocible tono ceniza de su fachada por obras de mejora del aislamiento

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Falsa alarma en una de las construcciones más inclasificables del paisaje urbano de Madrid. El Edificio Vallecas 20, también conocido como la Torre Negra de Vallecas, conservará el característico color ceniza de su fachada. Algunos medios recogieron que el proceso de rehabilitación del bloque, ubicado en el desarrollo urbano de Valdecarros (en el Ensanche de Vallecas), culminará con una modificación cromática. Finalmente, no será así.

De este modo, la reforma de este mamotreto con 74 metros de altura y 22 plantas en su flanco más elevado (unido a otro más ancho por otras viviendas que funcionan a modo de puente) persigue en realidad mejorar el aislamiento. Es por ello que operarios de la constructora Ferrovial han retirado en algunas paredes las tan reconocibles planchas de zinc, que serán repuestas o sustituidas por unas de apariencia similar cuando finalice la actualización del material aislante. Así, la apariencia multicolor que presenta estas últimas semanas será pasajera.

Lo confirma en conversación con Somos Madrid Emi, propietaria de uno de los 132 pisos que alberga la torre: “Va a estar igual. Están cambiando la protección interior para cambiarla por una nueva, pero el aspecto va a ser el mismo”. La residente da más detalles sobre el motivo de la actuación: afirma que el aislante del bloque era muy similar al del edificio que ardió en València en febrero de 2024.


Reforma en la fachada trasera de la Torre Negra, momentáneamente blanca.

En un primer momento trascendió que la fachada asolada por las llamas en aquel incendio, que dejó diez víctimas mortales, estaba revestida de un material inflamable que facilitó la propagación del fuego: el poliuretano. Peritajes posteriores indicaron sin embargo que el material aislante que figuraba en el libro del edificio era la lana de roca, aunque los paneles aislantes del interior de la fachada ventilada sí podían contener el polímero altamente combustible.

La construcción de Vallecas 20 acabó en 2010 y se inició en 2006, mismo año que el edificio de València. Esto es, con anterioridad a la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE), la actual normativa que rige las edificaciones. A su vez, en 2019, se aumentaron las exigencias del CTE a raíz de un incendio similar ocurrido en Londres, incluyendo nuevas demandas respecto a los materiales y las fachadas ventiladas. Ni la constructora Ferrovial ni la empresa propietaria del inmueble, el fondo Nestar, han respondido las preguntas trasladas por este diario acerca de las obras que se están acometiendo.

De premiada vivienda pública a un fondo buitre

Más allá de su (no tan) nueva estampa, la historia de la Torre Negra es la de un cambio de modelo en Madrid. Como confirma Emi a este periódico, sus 132 viviendas son parte de los 1.860 pisos de alquiler social que la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo de Madrid (EMVS) vendió al fondo buitre Blackstone por 128,5 millones de euros.

Una maniobra acometida por el Gobierno municipal de Ana Botella en 2013 que, bajo el pretexto de garantizar la solvencia económica de EMVS, terminó con 18 promociones de casas públicas de arrendamiento y de arrendamiento con derecho a compra en manos de las sociedades Fidere Gestión y Fidere Vivienda (ahora rebautizadas como Testa Residencia). Esto es, en manos de filiales del fondo buitre Blackstone.


Vista lateral de la torre de mayor altura, revestida temporalmente de blanco. A un lado de la imagen, una pancarta contra la instalación de una incineradora en la zona.

Fue ahí donde acabó esta promoción después de una inversión de 6,7 millones por parte del Consistorio de Alberto Ruiz-Gallardón. Ahora el fondo que lo gestiona ha sido rebautizado como la mencionada Nestar, que antes fue Lazora y antes aún Azora. Es la misma entidad que según el Sindicato de Inquilinas y un centenar de afectados ha aplicado subidas abusivas de alquileres u otras tasas en diferentes zonas de Vallecas, al tiempo que no atiende las reclamaciones vecinales en materia de mantenimiento o rehabilitación de edificios.

Ubicada en la calle Pilar de Madariaga Rojo, la Torre Negra fue diseñada por el estudio de arquitectos Entresitio, de los hermanos María y José María Hurtado de Mendoza. Un arriesgado y controvertido diseño que merecedor del prestigioso Premio NAN de Arquitectura en 2010 en la categoría de Mejor Construcción Residencial. El por entonces coordinador general de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, Juan José de Gracia, proclamó que este reconocimiento demostraba cómo la vivienda protegida podía ser también un referente arquitectónico de calidad. Un referente del que luego el Ejecutivo del Partido Popular decidió desprenderse.

Propietarios que se sienten afortunados, inquilinos que piensan en marcharse

Emi compró su piso después de toda esta operación, en 2017, cuando ya estaba en manos privadas. “Cuando vine ya no quedaba nadie de la gente que entró durante la época de alquiler asequible”, cuenta. La vecina se considera una privilegiada, ya que cuenta con su vivienda en propiedad. “Más del 70% de los pisos que hay en el bloque son alquileres, que ya no son protegidos, sino a precio de mercado”.

Es el caso de Álex y Montse, que llevan cuatro años en el edificio. Pasean a su perro en las inmediaciones de un torreón que parece salido de cualquier película de fantasía (y en concreto de las escenas que presentan al villano), pero que para ellos es su casa. Al menos de momento, ya que confiesan que están buscando “otra cosa”.


Los curiosos ventanales de la fachada en la Torre Negra de Vallecas.

Aunque no están tan al día de la historia del lugar, sí coinciden en que la reforma “no es tanto estética como para mejorar el aislamiento”. “Lo que nos ha llegado es que la fachada la van a dejar igual, pero como nosotros estamos de alquiler no nos han informado mucho”, explica Álex.

Esta pareja pensaba eso sí que el motivo era frenar humedades y otras incidencias de menor calado, dicen no haber oído nada de la cuestión relativa a los materiales inflamables: “Al no ser propietarios no nos dan info. No nos responden ni por unas humedades en nuestra propia casa, como para que nos comenten estas cosas…”. Respecto a la propiedad del inmueble, a ellos de momento no les han subido las mensualidades, pero sí han notado que en el bloque comienza a desplegarse cierta movilización debido a posibles alquileres abusivos.

Este periódico ha consultado a EMVS tanto acerca de la venta del edificio como sobre los posibles materiales inflamables utilizados para revestir la fachada. Sobre esta última cuestión, apuntan que “en su momento se intentó mirar, pero era una labor de arqueología y se concluyó que la normativa vigente ha sido cumplida en todo momento”.

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