Cómo hubiese reaccionado la crítica española si durante los peores momentos de ETA, Audiard hubiese hecho una película en que un líder –pongamos Josu Ternera– asesino y secuestrador se vuelve bueno tras la reasignación a mujer, y mientras lo hace se ponen a cantar por las víctimas del terrorismo
Hay fenómenos mediáticos que precisan ser analizados desde todos los ángulos y el escándalo internacional generado por la película es uno de ellos. En su lanzamiento en Europa recibió una oleada de aplausos casi unánimes, los festivales celebraron el filme como una genialidad. El guionista y director francés Jacques Audiard no cabía en su felicidad, su estrella, la actriz transexual española Karla Sofía Gascón, logró un pico mediático en pocos meses, tanto el director como la protagonista comenzaron a hablar en España sobre la importancia del cine para reflexionar sobre los temas relevantes como la igualdad, la guerra contra el narco, las adicciones, las desapariciones forzadas y la barbarie mexicana. Hasta aquí la crítica española les perdonó todo, porque México a muchos les parece folklórico, incluyendo su tragedia humanitaria. El racismo integrado en la intelectualidad europea celebró la obra por sus recursos cinematográficos y porque fue creada por el genial Audiard, autor de grandes filmes como Mira a los hombres caer, Un Profeta y Óxido y Hueso, entre otras películas premiadas.
Emilia Pérez