Las docentes de Emeki-Emeki, un colegio privado para niños de hasta seis años, están en libertad tras declarar en el juzgado, donde también han comparecido dos menores para describir un presunto caso de gravedad rechazado de plano por las denunciadas
Investigan a dos profesoras de un colegio de Donostia por una presunta agresión sexual a una niña de 4 años
Las dos docentes del centro privado Emeki-Emeki de Donostia investigadas por la presunta comisión de un delito sexual contra una alumna de apenas 4 años han negado rotundamente los hechos en su declaración ante la magistrada de instrucción Silvia Villanueva y, tras la comparecencia, han quedado en libertad, según ha podido saber este periódico de fuentes judiciales. La Fiscalía ha solicitado como medida cautelar una orden de alejamiento hacia los menores implicados en estos hechos. Los detalles sobre este caso son muy escasos al estar la causa bajo secreto de sumario.
Las dos profesoras -que se hacen llamar “acompañantes” al ser Emeki-Emeki un centro “libre” con métodos alternativos- fueron arrestadas por la Ertzaintza tras la denuncia formulada por una de las familias del centro, al que acuden niños de entre 3 y 6 años. Fuentes conocedoras del caso refieren que la menor y su hermano, de edad similar, habrían verbalizado -de un modo acorde a su cortísima edad- conductas inapropiadas que, de ser ciertas, implicarían un delito grave de índole sexual.
Ambas mujeres quedaron en libertad y este martes han comparecido por su propio pie ante el juzgado. Con asistencia letrada, han negado los hechos. Los imputados tienen derecho constitucional a no contestar, a no incriminarse e incluso a mentir. Antes, se ha tomado declaración a la menor y a su hermano, siempre según las fuentes consultadas. Se ha tratado de una comparecencia ayudada por profesionales y adaptada a su edad y circunstancias, aunque no por ello menos compleja. Servirá de prueba “preconstituida”, es decir, que no tendrá que repetirse una y otra vez en las diferentes fases de la causa.
Ahora se continuará con la investigación y la magistrada deberá determinar si hay o no base para celebrar un juicio. Se buscarán pruebas periféricas para acreditar que la denuncia de la menor es sólida. Hay un plazo largo, de doce meses, que incluso podría ser prorrogable. La Fiscalía sí ha solicitado una orden de alejamiento como medida cautelar. Las imputadas han quedado en libertad.
Este caso ha suscitado un gran revuelo en Donostia, en Gipuzkoa y en Euskadi. Las fuentes consultadas, aunque no aportan detalles del caso, sí admiten que “no es habitual” que un asunto de este tipo se intente resolver con detenciones y con total hermetismo. Eso da una medida de la gravedad de los posibles hechos acaecidos, insisten estas fuentes. También recalcan que la investigación está en una fase “muy inicial” por lo que es totalmente precipitado extraer conclusiones. La Ertzaintza, autora de las detenciones, ha declinado hacer ningún tipo de comentario.
Emeki-Emeki es un colegio totalmente privado de Donostia. No tiene, por tanto, concertación ni financiación pública, según el Departamento de Educación. Este periódico se ha puesto en contacto con el centro para recabar su versión de lo sucedido, pero apenas ha obtenido contestación. “No vamos a dar ningún tipo de información. Parad de llamar. Gracias y agur”, han espetado. Su plantilla es de apenas cuatro personas.
El centro está radicado en Villa Landetxe, un edificio de titularidad pública. Este extremo lo ha confirmado en la mañana de este martes el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, que ha señalado que es del Ayuntamiento. En su página web, Emeki-Emeki explica que el espacio del que dispone es una “cesión” del Ayuntamiento al Club Arte Catalina Erauso, que es a su vez “asociación patrocinadora” del proyecto educativo. Contactados por este periódico, desde Catalina Erauso aseguran que hace alrededor de una década se les cedió, junto con otras asociaciones, el local, que llevaban buscando durante tiempo porque aquel del que disponían se les quedaba ya pequeño.
La colaboración con Emeki-Emeki la circunscriben a un período en el que se dedicaron a “crear redes y sinergias entre asociaciones”. Recalcan, en cualquier caso, que no comparten siquiera espacio físico, al estar en pisos diferentes. Sí tienen en su programa de actividad un club de arte, lo que denominan “un espacio de creatividad para niños y niñas de 4 a 6 años”, precisamente la franja de edad de los alumnos que pueden matricularse en el centro privado. En cualquier caso, en la página web de Catalina Erauso se promocionan las actividades de Emeki-Emeki como un “espacio de creatividad y juego libre”. La noticia de la investigación a las dos profesoras les ha cogido por sorpresa y aseguran que ahora mismo tan solo piensan en las posibles víctimas.
En rueda de prensa, la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, ha insistido en que Emeki-Emeki es totalmente “privado”. De hecho, “no tiene autorización administrativa”. Recalca que hasta los seis años no es una enseñanza “obligatoria”, de modo que no hay relación alguna. Tapoco la Inspección tiene competencias ni margen de maniobra. No ocurre lo mismo con los otros cuatro colegios privados de Euskadi en etapas obligatorias, que sí están sometidos a cierto control e incluso a la observancia de los “protocolos” para este tipo de situaciones. “No disponemos de información. No nos corresponde gestionarlo”, ha indicado Pedrosa a los periodistas. Con todo, se ha dicho “preocupada” y “ocupada” por la aparente “gravedad” de los hechos que se investigan.