La psiquiatra que arrasa con sus libros de autoayuda en España visitó ‘El Hormiguero’. Además de popularizar conceptos como la «persona vitamina», en el programa soltó expresiones como «intoxicarse de dopamina» y dijo que «las dos únicas cosas que dan sentido a la vida son el amor y el trabajo»
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Hace unos días la psiquiatra Marian Rojas Estapé fue al programa de televisión El Hormiguero a hablar sobre salud mental. Sin embargo, sus expresiones como “intoxicarse de dopamina” o que “las dos únicas cosas que dan sentido a la vida son el amor y el trabajo” han traspasado el programa de Pablo Motos y han sido cuestionadas por otros profesionales del sector de la psicología y la neurociencia. Su reduccionismo biológico –centrado en la química hormonal– y su desconexión con la realidad social están más cerca, dicen, de la meritocracia que de la ciencia. Y aunque sus argumentos no son exclusivos, sí han sido detonantes para cuestionar un discurso común entre muchos coaches de la autoayuda.
“Es una divulgación que te pide que tú bailes, que te pide que tú cantes, mientras el mundo arde a tu alrededor”, comentaba el investigador en neuropsicología Nacho Roura, una de las primeras voces en revolverse contra los mantras de la divulgadora, en un vídeo que acumula decenas de miles de reacciones en su perfil de Instagram.
Uno de los argumentos de Rojas Estapé es que el estado anímico se explica básicamente por las fluctuaciones de las hormonas del cortisol –conocida como hormona del estrés– y de la dopamina y serotonina –de la felicidad–. Para Lydia Viñuela Viejo, psicóloga especializada en análisis de la conducta, concebir así la salud mental es “dejar todo de lado”. “El contexto sociocultural de la persona, el aprendizaje que ha tenido, su entorno… La biología es solo una variable, es como decir que un coche se mueve solo por la gasolina. El problema no es que veas la cuenta del banco y que te suba el cortisol –como dijo Rojas Estapé–, es que no tienes dinero por una situación de precariedad”, explica a este diario.
“Cuando hablamos de problemas psicológicos, muchas veces se intenta abordar desde esa parte médica, recetando antidepresivos, por ejemplo, cuando realmente el desequilibrio neuroquímico es consecuencia, no causa. Igual con ansiolíticos duermes por la noche, pero el problema va a seguir. Y es que, además, si fuera así, ¿para qué vamos a necesitar la terapia?”, añade Viñuela Viejo.
Para Claudia Pradas, psicóloga sanitaria y divulgadora, este abordaje de la salud mental se hereda del modelo biomédico imperante hasta la década de los 70, pero superado con estudios posteriores que ponen de relieve la importancia del contexto sociocultural, tal y como la propia Organización Mundial de la Salud ya reconoce.
Según explica Pradas, hay distintas maneras de ejercer la ciencia y la biomedicina: “Cuando se habla de dopamina, cortisol… se refiere a estudios que se realizan en laboratorio, que tienen validez pero poca fiabilidad: miden exactamente lo que tienen que medir, pero no se pueden aplicar fuera de laboratorio. Y luego hay otros con población, con más variables y más incontrolables, lo que les hace menos válidos pero más útiles, porque los podemos extrapolar a procesos terapéuticos”.
Se deja fuera el contexto sociocultural de la persona, el aprendizaje que ha tenido, su entorno… La biología es solo una variable, es como decir que un coche se mueve solo por la gasolina
Esta perspectiva coloca a los médicos y psiquiatras en la cúspide de una jerarquía de poder que puede resultar limitante a la hora de ofrecer soluciones más integrales a los problemas psicológicos, tal y como ven a menudo en terapia. “Muchas veces nos toca desmitificar los traumas de la infancia, de la química del cerebro… porque vuelven al individuo pasivo. Eso pasa mucho en la psicosis y la bipolaridad: se les pone una etiqueta y ya no puedes hacer más porque creen que no tienen control sobre su situación, cuando no es así”, explica Viñuela.
Además, decir que un problema mental se debe a una desregulación química, es más fácil de entender que si abordamos todos los factores que influyen, según explican los psicólogos.
Meritocracia de la superación
Centrar los problemas mentales como una cuestión prácticamente hormonal supone además depositar todo el peso de la recuperación en la persona, algo que para Luis Miguel Real, psicólogo especializado en adicciones, es profundamente individualista y muy en sintonía con el sistema neoliberal. “Al final lo que se consigue con eso es culpabilizar solo al individuo de su situación: aprende a que no te suba el cortisol, sube tu dopamina, haz meditación… cuando no hay evidencia científica de que la conducta surja de ninguna interacción de ninguna hormona”, explica.
“Y hay gente que cree que eso les empodera, porque les dicen que no pueden cambiar su contexto, que se tienen que adaptar a él, pero eso no es cierto: puedes votar, manifestarte por la vivienda, llamar a la inspección de trabajo… Hay muchas cosas que se pueden hacer. Los psicólogos podemos solucionar algunas cosas, pero también los sindicatos, los abogados…”, añade Real.
De hecho, los tres expertos consultados no pueden dejar de ver cierto privilegio de clase en las recomendaciones de muchos coaches. “En el entorno de la autoayuda hay mucho de ‘gente que se ha hecho a sí misma’ y no: es que han venido de familias acomodadas. No parten de las mismas casillas de salida que el resto”, continúa Real, que también criticó y analizó las declaraciones de Marian Rojas en su cuenta de Instagram. “Se presenta como ciencia, pero en realidad es una versión edulcorada del pensamiento neoliberal disfrazada de neurociencia”.
Se presenta como ciencia, pero en realidad es una versión edulcorada del pensamiento neoliberal disfrazada de neurociencia
En el caso de Rojas Estapé, es nieta e hija de psiquiatras. Su padre es el también escritor Enrique Rojas y su madre, notaria y profesora. Se ha formado en lugares como Camboya, Nueva York, Londres o México; y se la vincula al Opus Dei. Además se calcula que el patrimonio inmobiliario de su familia tiene un valor de 5,5 millones de euros.
“El problema que veo aquí es no divulgar tanto en lo que funciona, como en lo que me ha funcionado a mí. ¡Claro que si tu trabajo te gusta es la leche!, pero no es lo mismo si has accedido a tu trabajo desde una posición privilegiada y tus condiciones son buenas, que si estás en situación de precariedad o no puedes acceder al mercado laboral”, explica Viñuela, quien también critica que la solución que ofrece la psiquiatra sean actividades que implican tiempo o dinero, como hacer deporte o buscarse hobbies. “Tener reforzadores a lo largo del día nos va a repercutir en el ánimo, eso es cierto, pero de nuevo eso no soluciona el problema si no tienes dinero o tiempo para ello, son declaraciones muy generales que no sirven a todos y frustran. ¿Qué le digo yo a una autónoma que está de 9.00 a 9.00h trabajando, que medite y baile? Es falta de contacto con la realidad”.
Concebir los problemas de salud mental como un asunto meritocrático puede generar mucha frustración entre todos aquellos que no consiguen salir de la situación en la que se encuentran. “Por ejemplo, Rafael Santandreu [psicólogo con varios libros de autoayuda] dice que la depresión te la provocas tú solo y eso es muy peligroso porque culpabiliza a la persona de no salir de ahí”, considera Pradas.
“No creo que haya maldad en ese tipo de discursos, pero sí que su instinto de supervivencia no es el de otras personas. Igual no han tenido que sacarse las castañas del fuego y eso hay que tenerlo presente a la hora de divulgar”, añade Pradas. “Por eso sus discursos de autoayuda son que todo depende de tu voluntad”.
El gran negocio de la autoayuda
Según datos de la consultora GFK publicados por El Periódico de España, Rojas Estapé era en 2023 la primera autora de no ficción en volumen de ventas. Y también la segunda, ya que dos de sus libros –Cómo hacer que te pasen cosas buenas y Encuentra tu persona vitamina (Espasa)– se habían colado en el pódium de best sellers con más de medio millón de ejemplares vendidos en conjunto, algo “inaudito” en el sector.
Pero si la ciencia ya ha demostrado que solo la química no explica el ánimo, y centrar los problemas en el individuo puede llevar a la frustración y alejar la superación, ¿por qué entonces discursos como el de Rojas Estapé tienen tanto éxito? Una de las razones es la falacia de autoridad que provoca el uso de tecnicismos (como hablar de cortisol, dopamina, oxitocina…) y otro el simplificar la realidad con etiquetas como “personas vitamina”, “tóxicas” o “red flags”, muy extendidas también en la divulgación de redes, donde abundan publicaciones como 7 señales de que tienes TDHA o Cómo reconocer a una persona narcisista.
¿Por qué discursos como el de Rojas Estapé tienen tanto éxito? Una de las razones es la falacia de autoridad que provoca el uso de tecnicismos (hablar de cortisol, dopamina, oxitocina…) y otro el simplificar la realidad con etiquetas como ‘personas vitamina’, ‘tóxicas’ o ‘red flags
“La realidad no es tan sencilla como para poder polarizarla”, explica Viñuela. “Ahora resulta todos los ex son narcisistas… vemos red flags por todas partes y eso hace que nos relacionemos con más sesgos. Además, genera malestar porque todos queremos ser vitamina y nadie quiere ser tóxico, y parece que si verbalizas un día que estás mal o te sale una bordería, ya van a tacharte de tóxico. Eso nos hace ser muy vigilantes de nuestras conductas, porque no hay grises”.
Encasillar a las personas en función de una conducta aislada no solo es reduccionista sino injusto para las personas con las que nos relacionamos y los propios lazos que construimos. “Es empobrecer mucho las relaciones: nuestra pareja, por ejemplo, no va a hacer siempre lo que queramos, eso no es sano, sino que va a tener sus opiniones. Y eso seguramente la haga más valiosa en nuestra vida”, considera Real.
“Lo que pasa es que estas simplificaciones venden muy bien y la autoayuda tiene mucho marketing detrás. Además, cuando estamos mal somos mucho más vulnerables a este tipo de discursos: si alguien me dice que yo solo puedo con todo, mola muchísimo, y es menos frustrante y más simple que reconocer los problemas de tu contexto”, añade el psicólogo, para quien la falta de profesionales de salud mental en la sanidad pública también es clave en el auge de estos discursos. “A priori es más barato comprarte un libro, pero la realidad es que hay gente que se tira años en el torbellino de la autoayuda, de una pseudoterapia a otra, comprando libros, retiros… sin haber cambiado nada”.
Para Pradas, influye el individualismo imperante en la sociedad actual y la falta de redes de apoyo. “Es más fácil comprar un libro que te diga cómo hacer que te pasen cosas buenas que generar comunidad y poder popular. Además, ir a terapia es más largo y duro que leer un libro”, coincide Pradas. “Por eso siempre les digo a mis pacientes que en terapia lo van a pasar bien y lo van a pasar mal, porque no es una taza de Mr. Wonderful”.