Ni un hogar sin energía

¿Comer o calentarse? Con esta pregunta llega otra Semana de la Pobreza Energética y una de cada cuatro personas en España sigue pasando frío en su casa. Un 36% son menores

Carmen vive en Zaragoza con sus dos nietas en una casa mal aislada. Sus nietas se quejan de que pasan frío haciendo los deberes, pero Carmen no les deja encender la estufa porque tiene miedo de no poder pagar las facturas de la luz. Y esto no es solo un problema en invierno, no olvidemos las intensas olas de calor de los últimos veranos.

Como Carmen, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 4 millones de hogares se encuentran en pobreza energética porque no pueden mantener su casa a una temperatura adecuada por temor a las elevadas facturas . ¿Comer o calentarse? Se preguntan a diario 3 millones de hogares. Finalmente, acaban detrayendo dinero de otras necesidades básicas, para hacer frente a las excesivas facturas de energía. 

La pobreza energética no solo afecta a la economía doméstica, sino que también compromete la calidad de vida y la salud de las personas. La imposibilidad de calentar o refrigerar la vivienda o las humedades agravan las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, especialmente en las personas mayores y en la infancia. También afecta a la salud mental por la ansiedad que genera no poder pagar las facturas de luz o gas y brindar un bienestar adecuado a su familia. Sin olvidar que este problema compromete la educación de los niños y niñas al no poder disponer en el hogar de una iluminación adecuada para estudiar o electricidad para el uso de dispositivos para las actividades escolares digitales. Tres son las principales causas de la pobreza energética: los elevados precios de la energía, los bajos ingresos de las familias y la ineficiencia energética de las casas. A las que se suma la falta de cultura energética de la población. 

Seguro que muchas personas, al tratar de leer las facturas de energía, hemos tenido la sensación de estar leyendo un texto en sánscrito. Imaginad todas las que, como Carmen, están en situación de vulnerabilidad. ¿Cómo van a reducir las facturas si no las entienden o no conocen las ayudas existentes? El programa Ni Un Hogar Sin Energía de ECODES ha detectado que un 73% de las familias atendidas tenían derecho al bono social eléctrico, pero no lo estaban percibiendo por desconocimiento o dificultad burocrática para solicitarlo. Para reducir esta brecha, es crucial informar a la población, especialmente a la más vulnerable, sobre sus derechos en materia de energía, las ayudas existentes, así como los hábitos y medidas de eficiencia energética o renovables que pueden poner en marcha en sus casas. Sin olvidar el acompañamiento en la solicitud de subvenciones o puesta en marcha de estas medidas. La formación y el uso de herramientas on-line para la detección y el asesoramiento energético que facilita el trabajo en red con los servicios sociales, las ONG y el voluntariado corporativo de empresas son claves para acabar con la pobreza energética. Esta ha sido la apuesta de  Ni Un Hogar Sin Energía para ayudar a casi 40.000 hogares en toda España a  ahorrar una media de 285 euros anuales.

¿Quién no ha experimentado tocar la pared helada de una casa en enero o quemarse la mano al tocar el cristal de la ventana en agosto? En España, el 53% de las viviendas fueron construidas sin criterios de aislamiento térmico, sobre todo las habitadas por las personas más desfavorecidas. La renovación de viviendas es una de las medidas que permite resolver la pobreza energética en el largo plazo. Mejorar el aislamiento de las fachadas y tejados o cambiar las ventanas reduce las facturas y mejora el confort. Si además se sustituyen los electrodomésticos y equipos de climatización por otros más eficientes, la solución es perfecta. Porque la energía más barata es la que no se consume. Los fondos del plan de recuperación han destinado una parte importante a la rehabilitación de viviendas con la posibilidad de subvencionar el 100 % a las familias vulnerables . Sin embargo, menos del 1% de estas ayudas han llegado a estas familias. Una vez más, no es suficiente con la ayuda, hay que difundirla y acompañarles en la solicitud. 

Reducido el consumo energético de los hogares con medidas de renovación, el siguiente paso es que la energía sea renovable. Aquí las comunidades energéticas son una oportunidad para hacer frente a la pobreza energética: no sólo abaratan las facturas de electricidad sino que también fomentan la participación ciudadana en el modelo energético y la solidaridad. El primer informe del Observatorio de Energía Común mapea 353 comunidades en España y muestra que el 32% de las comunidades energéticas tratan de dar respuesta a este problema. 

El gobierno ha puesto en marcha soluciones de urgencia pero no medidas integrales y estructurales como las explicadas. A raíz de la pandemia y la crisis energética por la guerra de Ucrania,  estableció el “escudo social”, que incluía una ampliación de los descuentos del bono social, reducciones del IVA e impuesto eléctrico y la prohibición de cortes de luz y gas, logrando amortiguar el impacto de la subida de lo precios y la disminución de rentas de los hogares . Sin embargo, estas medidas coyunturales han ido decayendo y, a partir del 31 de diciembre, solo quedará un bono social con descuentos ligeramente superiores. La redacción de la nueva estrategia nacional contra la pobreza energética, que arranca ahora, es una oportunidad para avanzar más allá de las medidas paliativas. La anterior era ambiciosa y holística, pero solo el 21% de las medidas se pusieron en marcha porque adolecía de planificación y recursos económicos para llevarla a cabo. Mientras tanto, las personas que pasan frío o calor en sus casas siguen aumentando año a año. Es el momento de que todos los actores trabajen de forma coordinada para contribuir a que la nueva estrategia sea integral abordando todas las aristas del problema, sin olvidar los precios de la energía; con metas  ambiciosas y con planes y recursos económicos para alcanzarlos. El objetivo es erradicar la pobreza energética, más allá de soluciones temporales. 

Nuestra constitución reconoce el derecho a una vivienda digna y adecuada, y no puede serlo sin energía. Hacer frente a la pobreza energética es un reto crucial para lograr una transición energética justa e inclusiva. Queda mucho por hacer. En los dos últimos años los hogares que pasan frío han aumentado un 45 % y sabemos que hay muchas personas que lo sufren, pero no solicitan ayuda. Necesitamos soluciones que garanticen el bienestar y el derecho a una energía limpia y asequible para todas las Cármenes y sus familias.