El jefe del Consell se garantizaría las prerrogativas del estatuto de expresidentes si aguanta hasta 2027, o si adelanta los comicios y da por finalizada la legislatura. Pero si dimitiera ahora, solo tendría asegurado el sueldo de 75.000 euros anuales por el tiempo equivalente al que ha sido president
Tres expresidentes valencianos emplean la oficina y los asesores de la Generalitat pese a tener otro trabajo
Tras salvar Carlos Mazón el escollo de petición de dimisión esta semana en las Corts Valencianes forzado por Compromís y rescatado por Vox, su único baluarte a día de hoy tras su gestión política el día de la DANA, el presidente de la Generalitat sigue en pie. Ni tres manifestaciones multitudinarias ni las peticiones de su salida por parte de la oposición ni tampoco el vacío de parte de su partido o los poderes económicos han servido para minar la moral del presidente. A las fuertes convicciones del político alicantino y a su capacidad de resistencia, se suma el premio que puede recibir si aguanta como jefe del Consell, al menos, hasta que finalice la legislatura.
El logro no es menor. El estatuto de los expresidentes de la Generalitat Valenciana garantiza a Mazón un sueldo de 75.000 euros durante 15 años, dos asesores y un chófer en caso de que consiga acabar la legislatura, bien cumpliendo los cuatro años de mandato o bien provocando un adelanto electoral, una de las competencias únicas que tiene el presidente de la Generalitat desde la reforma del Estatuto de Autonomía de 2006.
Así, según el artículo 4 del estatuto de expresidentes se garantiza por ley que los expresidentes de la Generalitat Valenciana sean miembros natos del Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valenciana durante un plazo de quince años cuando hayan ejercido el cargo de presidente “por un período igual o superior a una legislatura completa”. Los expresidentes, como lo ha sido Francisco Camps, forman parte del órgano consultivo con voz, pero sin voto, y perciben por ello un salario de casi 75.000 euros brutos al año. Como contó elDiario.es, las prerrogativas de presidente de la Generalitat las pueden compaginar con otras actividades públicas o privadas, como hacen en la actualidad Alberto Fabra (senador), Ximo Puig (embajador de España ante la OCDE) y Francisco Camps (abogado).
Es importante remarcar que, cuando en la Comunitat Valenciana se habla de legislatura completa, es cuando lo decide el presidente de la Generalitat. Es decir, si convocara elecciones anticipadas esta semana, la legislatura habría finalizado y Carlos Mazón podría optar al sueldo, los dos asesores y el chófer en caso de perder las elecciones o no presentarse.
Pero si Mazón es apartado por su partido, tumbado en las Corts Valencianes por la oposición, incluido Vox, o decide dimitir y que le sustituya otro diputado o diputada, el también presidente del PP valenciano perdería el premio. El mismo artículo 4 del estatuto de expresidentes concluye que, en caso de que no termine una legislatura, Carlos Mazón, “será miembro nato del Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valenciana ”por un período igual al tiempo que haya ejercido el cargo de presidente, con un mínimo de dos años“. Es decir, perdería 13 años de sueldo garantizado si se rinde y no dispondría de los puestos de asesor y chófer. Un verdadero problema para sus más afines.
El estatuto de expresidentes también fija que la condición de miembro nato del Consell Jurídic Consultiu será incompatible con el ejercicio de cualquier puesto de responsabilidad ejecutiva en las Administraciones Públicas y cuando concurran los supuestos de incompatibilidad legalmente establecidos. Es decir, Mazón podría cobrar del Jurídic Consultiu y trabajar en el sector privado, siempre y cuando no sea incompatible. Por su parte, la percepción de las retribuciones correspondientes a la condición de miembro nato del Consell “será incompatible con la de otras retribuciones por el desempeño de cualquier cargo público”.
Por su parte, el estatuto de expresidentes también otorgan otras garantías para el futuro de Mazón si aguanta. “En sus desplazamientos fuera del territorio de la Comunidad Valenciana, los expresidentes podrán gozar del apoyo de los servicios que la Generalitat tenga establecidos, como las oficinas de la Generalitat en Madrid y Bruselas, y de aquellos otros de similar naturaleza que existan o que en el futuro pudieran establecerse”. Además, el artículo 3.1 fija que el Consell de la Generalitat pondrá a disposición de los expresidentes de la Generalitat los medios necesarios para el sostenimiento de una oficina de apoyo, que contará con “dos puestos de trabajo con funciones de asesoramiento y una plaza de conductor, que serán cubiertos a propuesta del expresidente y que dependerán orgánicamente de la Presidencia de la Generalitat”.
Sobre esos puestos de asesor, “el personal que ocupe los puestos citados tendrá la consideración de personal eventual y, si fuese personal al servicio de la Generalitat, quedarán en la situación administrativa que legalmente corresponda”. Mazón también podrá disponer de “un local adecuado para la instalación de la mencionada oficina, la dotación presupuestaria para su funcionamiento ordinario y un automóvil del parque móvil de la Generalitat”. Si es necesario, también se le costearía la escolta personal.
Las prerrogativas de Mazón como expresidente si aguanta la legislatura, se podrían combinar con el puesto de director gerente de la Cámara de Comercio de Alicante, puesto que ocupó entre 2009 y 2019. De hecho, el cargo sigue vacante a la espera de alguien que lo ocupe. Carlos Baño, presidente de la institución cameral alicantina y más que amigo “hermano” del presidente es uno de los puntales que sostienen públicamente a Mazón. Siempre tendrá un puesto en su institución que, por cierto, se sostiene en más del 90% de su presupuesto con fondos públicos.