Críticos de Vox claman por un congreso de “refundación” y acusan a la cúpula que preside Abascal de “secuestrar” al partido

La cumbre celebrada en Madrid deja constancia del intenso malestar interno que cunde, que ha dado lugar a numerosas bajas y dimisiones mientras la cúpula de Vox abre expedientes y expulsa a todo aquel que discrepa de las decisiones que toman

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Alrededor de un centenar de cargos y excargos de Vox, críticos con la deriva que ha tomado la formación de extrema derecha, se han reunido este sábado en un hotel de Madrid para reclamar a la dirección que preside Santiago Abascal un congreso de “refundación” del partido para recuperar las señas de identidad con las que nació y volver a celebrar elecciones primarias, entre otras muchas cosas. Según denuncian tienen “la dolorosa sensación general” de que “les han robado el partido” y “no saben quién está al mando ni qué rumbo lleva”.

 Además, el grupo de descontentos, que por primera vez se han decidido a plantar cara al líder, se preguntan si Abascal podría ser “rehén de esta situación o un colaborador necesario” por lo que exigen responsabilidades a toda su Ejecutiva por su “desprecio al espíritu de regeneración que provocó el nacimiento y éxito de Vox”.

 A la cita han asistido los procuradores de las Cortes de Castilla y León expulsados recientemente, Ana Rosa Hernando, de Burgos, y Javier Teira, de Salamanca y la portavoz del Ayuntamiento de Palencia, Sonia Lalanda, que también fue expulsada por manifestar sus discrepancias con la cúpula de Vox  También ha ido la diputada díscola de Baleares Idoia Ribas, además de ex cargos públicos de diversas comunidades y varios concejales en activo.

Ninguno de los dirigentes que abandonaron la formación por discrepancias con Abascal, como Macarena Olona, Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio, o Juan García Gallardo, que dimitió de todos sus cargos recientemente, se ha dejado ver por allí.

 El descontento de este grupo, que crece cada día más, se ha ido larvando a lo largo de los últimos meses porque creen que los actuales dirigentes de Vox están tomado decisiones que perjudican a la formación, entre ellas dejar el grupo de los conservadores europeos (ECR) que lidera Giorgia Meloni en Europa, e impulsar el de Patriots junto con el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, que ha financiado a Vox. Estos cargos ya criticaron esta decisión en el manifiesto ‘Patriotas de quien pague’, que hicieron público antes de la celebración de la cumbre de dicho partido en Madrid bajo la tutela de Abascal.

 Otro de los reproches que hacen a la dirección es “ausencia de democracia interna, la anulación del derecho a opinar, el ordeno y mando a través de listas de difusión, el miedo a represalias e injurias hacia quien se atreve a hablar o la nula transparencia en el manejo de los fondos”.

En concreto, claman por volver a celebrar primarias, derogadas “abusando de la buena fe de los afiliados para blindar a la cúpula”. Solo se mantiene las que se convocan para la presidencia del partido pero los críticos recuerdan que la inesperada convocatoria de la Asamblea Extraordinaria “hizo imposible presentar cualquier candidatura alternativa”.

También consideran que fue un error abandonar los gobiernos autonómicos de coalición con el PP por las discrepancias con los de Feijóo por la inmigración y lamentan que se haya “echado o invitado a marcharse” a quienes han contribuido “en distintos niveles de responsabilidad a construir el proyecto de Vox”.

Como “conclusión” afirman que “nada queda ya del espíritu de regeneración de la vida pública que inspiró la creación de Vox”. Los reunidos en dicha cumbre han hecho público, al término del encuentro, un documento que han bautizado como “Declaración de Barajas”, dado que el cónclave se ha celebrado en un hotel de ese distrito de Madrid