Los datos publicados en el “portal de recibos” del DOGE muestran que más de un tercio de las cancelaciones de contratos, 417 en total, no generarán ahorros
Cargos de la administración Trump contradicen a Musk y piden a sus empleados que no respondan al ultimátum para justificar su trabajo
Cerca del 40% de los contratos federales que la Administración de Trump afirma haber cancelado como parte de su programa estrella de reducción de gastos no ahorrarán dinero al Gobierno, según los propios datos de la Administración, tal y como recoge una información de Associated Press.
El llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk publicó la semana pasada una lista inicial de 1.125 contratos que fueron rescindidos en las últimas semanas en toda la administración federal. Los datos publicados en el “portal de recibos” del DOGE muestran que más de un tercio de las cancelaciones de contratos, 417 en total, no generarán ahorros.
Esto se debe, en la mayoría de los casos, a que el valor total de los contratos ya ha sido completamente comprometido, lo que significa que el Gobierno tiene la obligación legal de gastar esos fondos en los bienes o servicios adquiridos y, en muchos casos, ya lo ha hecho.
Decenas de esos contratos corresponden a suscripciones ya pagadas a AP, Politico y otros servicios de medios que la Administración dijo que dejaría de utilizar. Otros incluyen estudios de investigación ya adjudicados, capacitaciones realizadas, software comprado e incluso contratos para becarios que ya han concluido su trabajo.
Un miembro del Gobierno afirmó que tenía sentido cancelar contratos considerados como posibles lastres, incluso si esas cancelaciones no generan ahorros. El funcionario no está autorizado para hablar públicamente del tema y no puede revelar su identidad.
Contraorden de Trump al DOGE
El idilio entre Elon Musk y el presidente Donald Trump se ha encontrado con un bache: la oposición de algunos miembros de la propia administración republicana a aplicar el ultimátum que lanzó el propietario de X contra los trabajadores federales. Ya sea síntoma de una incipiente rebelión interna contra la arbitrariedad del tándem Trump-Musk u otra consecuencia más del caos desatado, los altos funcionarios del gobierno han contradicho la amenaza que lanzó el multimillonario contra la plantilla federal.
El fin de semana, el grupo de trabajo DOGE, que teóricamente lidera Musk —aunque la Casa Blanca dijo en un documento judicial que no era el administrador— envió a los funcionarios un correo electrónico en el que les daba 48 horas para explicar qué habían hecho la última semana. De no responder antes de la medianoche de este lunes, se les despediría. La oposición por parte de numerosos altos funcionarios de la administración, incluidos fieles seguidores de Trump como Kash Patel, el nuevo director del FBI, ha derivado en una retirada momentánea por parte de Musk.
Cuando faltaban pocas horas para la medianoche, el multimillonario ha publicado un nuevo tuit en el que anunciaba que se daba una segunda oportunidad a los trabajadores federales. “A discreción del presidente, se les dará otra oportunidad. Si no responde una segunda vez, se dará por terminado el contrato”, ha escrito en X.