El cirujano francés acusado de 300 agresiones sexuales, la mayoría a menores: “Cometí actos abominables”

Las limitaciones del sistema judicial y administrativo francés, incapaz de detectar al depredador sexual a pesar de una condena por posesión de pornografía infantil, centrarán el proceso contra Joël Le Scouarnec, cuyas víctimas tienen una media de edad de 11 años

Dominique Pelicot, condenado a 20 años por sedar a su esposa y violarla durante años junto con decenas de hombres

Dos meses después de conocerse el veredicto del caso Pelicot ―el juicio más importante sobre violación por sumisión química en la historia de Francia― esta semana se ha abierto en Vannes (Bretaña) el mayor proceso judicial por pederastia hasta la fecha en el país galo.

Joël Le Scouarnec está acusado de violaciones y agresiones sexuales sobre 299 personas –en su gran mayoría menores– que eran pacientes en los establecimientos hospitalarios en los que trabajó. La edad media de las víctimas es de 11 años.

Al igual que Dominique Pelicot, este médico de 74 años, detenido en 2017 a pocos meses de su jubilación, documentó metódicamente su trayectoria criminal. En el caso de Le Scouarnec, en diarios y documentos informáticos con listas de sus víctimas.

La culpabilidad del acusado, que ha reconocido la mayoría de los hechos que se le imputan, no plantea dudas. “Comparezco ante ustedes porque un día cometí actos abominables, cuando la mayoría de ellos [las víctimas] eran aún niños. Hoy soy perfectamente consciente de que esas heridas son imborrables, irreparables”, declaró durante la jornada de apertura del juicio.

Las limitaciones del sistema judicial y administrativo, que no fue capaz de detectar a este depredador sexual, serán uno de los puntos centrales en los debates, que tendrán lugar a lo largo de los próximos 75 días de audiencias previstos. Una parte de los testimonios serán a puerta cerrada, cuando las víctimas así lo decidan.

El juicio se celebra en Vannes, una tranquila ciudad burguesa de Bretaña, región en la que Le Scouarnec desarrolló gran parte de su carrera profesional. El número de víctimas y la atención mediática, con más de 450 periodistas acreditados, han obligado a buscar instalaciones especiales para acoger el proceso, ya que el aforo de la sala principal del Palacio de Justicia de la ciudad era insuficiente. La antigua facultad de Derecho, a 300 metros de allí, se ha adaptado para la ocasión.

En 2020 se celebró un primer juicio en el departamento de Charente-Maritime, dedicado exclusivamente a la docena de víctimas del entorno familiar de Le Scouarnec. En ese juicio fue condenado a 15 años de cárcel. La primera víctima conocida de Le Scouarnec fue una sobrina del médico, que tenía 8 años en el momento de la agresión, en 1985.

En el proceso que comienza ahora se le juzgará por los actos cometidos en los establecimientos hospitalarios en los que trabajó desde finales de los años 80 hasta su jubilación. En algunos casos, en particular con las víctimas más jóvenes, buscaba menores solos en habitaciones. Abusaba de ellos bajo el pretexto de un examen médico. En otros casos, aprovechaba descuidos del personal en la sala de operaciones para abusar de personas bajo anestesia. “Hay que ser paciente y confiar en tu suerte”, escribió en su diario.

Primera condena en 2004

Una primera condena en 2004 debería haber puesto en marcha un seguimiento sociojudicial. A finales de ese año, el FBI llevó a cabo una gran operación contra la pornografía infantil en la dark web (la internet profunda). Los investigadores estadounidenses transmitieron a las autoridades francesas los datos de una tarjeta de crédito, a nombre de Le Scouarnec, con la que se hicieron tres pagos. En la comisaría, el cirujano reconoció los hechos, por los que fue condenado en 2005 a cuatro meses de prisión. Sin embargo, no se procedió a ningún registro ni investigación adicional.

En 2005, Le Scouarnec fue contratado en un hospital público en Quimperlé, en Bretaña. En ese momento, el personal del tribunal aún no había actualizado el registro oficial. Un año más tarde uno de los psiquiatras del establecimiento descubrió sus antecedentes ―la condena por posesión de pornografía infantil― y lo comunicó a los responsables del centro. Incidió en la posible amenaza que eso podía representar para los pacientes menores de edad.

El colegio de médicos de la región no dispuso de la información oficial, procedente de los juzgados, hasta noviembre de 2006. A partir de ahí diferentes instancias regionales, así como el Ministerio de Sanidad comienzan a reenviarse la información sobre el caso, sin que nadie se responsabilice de tomar ninguna medida. El apoyo del director del establecimiento en Quimperlé decantó la balanza a favor del médico, que conservó su puesto.

Tampoco se tomaron precauciones en 2008, cuando Le Scouarnec volvió a cambiar de establecimiento, tras el cierre del área de cirugía en Quimperlé. La directora de su nuevo hospital, en Jonzac, en el departamento de Charente-Maritime, decidió ignorar sus antecedentes pese a haber sido informada ―más tarde justificará su decisión, entre otros motivos, por las dificultades para contratar personal― y no se establecieron medidas de seguimiento particulares.

No fue hasta casi una década después cuando el testimonio en Jonzac de una niña de seis años, vecina y última víctima conocida de Le Scouarnec, activó una investigación. La policía registró el domicilio familiar del acusado, que para entonces ya vivía solo, y descubrió una gran cantidad de material pornográfico (en particular pornografía infantil), así como un diario y los documentos con los que el acusado listaba sus actividades.

Omertá familiar “compleja e insidiosa”

Muchos de los extractos de lo allí recogido se han publicado estos días en la prensa francesa. “Soy exhibicionista, voyeur, sádico, masoquista, escatólogo, fetichista y pedófilo, todo a la vez. Y estoy muy contento”, escribió el 14 de abril de 2004.

Los medios nacionales también han incidido particularmente en la apariencia inofensiva de Le Scouarnec y en la normalidad que proyectaba una familia burguesa, junto con su esposa y tres hijos. “Al menos quince adultos, siete del entorno del depredador, ocho de su familia, conocían como mínimo un acto de agresión sexual o los antecedentes penales de Joël Le Scouarnec antes de que fuera detenido en mayo de 2017”, afirma el periodista Hugo Lemonier en una investigación titulada Piégés, dans le journal intime du Dr Le Scouarnec, que acaba de publicarse en Francia.

Unas afirmaciones que parecen confirmarse por los testimonios de miembros de su familia a France Info, que evocan una omertá familiar “compleja e insidiosa”. Otro elemento importante del proceso será esclarecer si alguien en el entorno laboral o personal estaba al corriente de las actividades criminales de Le Scouarnec. Durante su estancia en Quimperlé actuó como conciliador en las comisiones encargadas de evaluar las quejas de los pacientes. En particular intervino en favor de Mohammed Frehat, que posteriormente fue condenado por agresiones sexuales a 32 pacientes, y que más de una década después sigue huido.