Por qué los gestores forestales deben conservar los bosques nativos frente a las plantaciones de árboles exóticos

Un estudio, en el que han participado investigadores de las universidades de Alcalá y Oviedo, ha identificado un patrón común basado en datos estadísticos: los árboles nativos prestan mejor función como sumideros de carbono a largo plazo

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No todos los bosques son igual de eficaces como sumideros de carbono. ¿Cómo saber qué especies hacen mejor el trabajo de absorción del dióxido de carbono (CO2) acumulado en la atmósfera? La respuesta a esta pregunta no es sencilla y genera opiniones controvertidas.

La falta de unanimidad científica sobre qué tipo de árboles son los que pueden prestar un mejor servicio como depósitos naturales capaces de absorber y almacenar el carbono llevó a dos investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH) a iniciar un estudio y buscar patrones generales basándose en investigaciones publicadas en todo el mundo.

Coordinado por Pilar Castro-Díez y Adrián Lázaro, investigador actualmente ligado a la Universidad de Oviedo, el estudio ha analizado el comportamiento de los árboles exóticos frente a los árboles nativos como sumideros de carbono. “Todos estamos preocupados por el aumento del CO2 en la atmósfera y los bosques se ven como parte de la solución”, recuerda Pilar Castro-Díez, bióloga que coordina el grupo de investigación en ‘invasiones biológicas’ en la universidad alcalaína (Biological Invasions Research Group, BioInv, por sus siglas en inglés).

El proyecto se desarrolló entre diciembre de 2022 y marzo de 2024 y de forma reciente fue publicado en la revista Biological Reviews. Partiendo de más de 20.000 artículos, los investigadores seleccionaron 1.678 casos de estudio distribuidos por todo el mundo, a partir de 250 artículos científicos. Abarcaron 170 especies de árboles introducidos.

Compararon los reservorios y flujos de carbono entre bosques nativos y exóticos que coexisten en un mismo territorio. “Las células vegetales están formadas básicamente por carbono. Si hablamos de las hojas, duran poco, se descomponen y gran parte de su carbono volverá a la atmósfera. La madera es otra cosa. Con árboles longevos, el carbono perdurará más tiempo y seguirá almacenándose en la madera que es un reservorio fundamental de carbono”, aunque no es ni el único ni el más eficiente.

El carbono que se almacena en el suelo es más estable y duradero. En ese terreno los bosques de árboles nativos ganan por goleada a las plantaciones exóticas

La función como sumidero de carbono de los árboles no es tan simple como pueda parecer. Además, hay que distinguir entre especies. “Una cosa es la velocidad a la que absorben el CO2 de la atmósfera y otra es la capacidad para almacenarlo y conservarlo”.

Si hablamos de velocidad, aclara esta profesora del departamento de Ciencia de la Vida, el pulso lo ganarán los árboles exóticos. “Por ejemplo, los pinos de crecimiento rápido o los eucaliptos, que tanto se han plantado en España y Portugal, son capaces de captar el CO2 más rápido”.

En cambio, este tipo de especies no ofrecen tantas garantías de almacenaje. “Son árboles que viven menos y que invierten sobre todo en la parte aérea de la planta. Ahí es más fácil que el carbono se pierda y regrese de nuevo a la atmósfera, por ejemplo, si se produce un incendio o una plaga”.

Gracias al análisis de decenas de publicaciones, han podido confirmar el patrón “promedio” a escala mundial que buscaban, y con soporte estadístico: “El carbono que se almacena en el suelo es más estable y duradero. En ese terreno los bosques de árboles nativos ganan por goleada a las plantaciones exóticas”.

Por eso sugieren que las políticas forestales destinadas a mejorar la captura y el almacenamiento de carbono a largo plazo deberían conservar y promover los bosques nativos. “Sabemos que los bosques cumplen muchas funciones, como el abastecimiento de materias primas que justifican la plantación de árboles de crecimiento rápido, pero no es el caso de España, que puede decantarse por mejores sumideros de carbono”.

Se trata, explica la investigadora, de “fomentar el secuestro de carbono a largo plazo y de paso otros servicios, como la conservación de la biodiversidad. Eso también lo hacen mejor los bosques nativos que los exóticos”.

En España, según datos publicados por Greenpeace, la superficie forestal supone un 55% del total del territorio, algo más de 28 millones de hectáreas. Los árboles son, en buena medida, los responsables de evitar que el CO2 permanezca en la atmósfera fomentando el calentamiento global.

Referencia

Worldwide comparison of carbon stocks and fluxes between native and non‐native forests. Biological Reviews

Lázaro‐Lobo, A., Fernández, R. D., Alonso, Á., Cruces, P., Cruz‐Alonso, V., Ervin, G. N., Gallardo, A., Granda, E., Gómez-Gras, D., Marchante, H., Moreno-Fernández, D., Saldaña, A., Silva, J. S., Castro‐Díez, P. (2024).