Eva Villaver, astrofísica: “El derecho a un cielo oscuro es importante incluso para la salud”

La subdirectora del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) asegura que La Palma aún tiene opciones de acoger el Telescopio de Treinta Metros y defiende que el Observatorio del Roque de los Muchachos permite observar las estrellas en condiciones cada vez más parecidas a las del espacio

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Tras trabajar en la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Española, la astrofísica española Eva Villaver ha regresado al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el lugar en el que comenzó su carrera. En un momento en que la ciencia mundial está bajo la amenaza de los recortes de la administración Trump y el auge de los negacionistas, la nueva subdirectora del IAC defiende la necesidad de seguir explorando el cosmos para levantar el velo de desconocimiento que aún tenemos sobre algunos de los misterios del universo. 

Villaver tiene claro que la observación del cielo nocturno fue un motor de conocimiento que nos permitió avanzar en otras muchas áreas y defiende el derecho a la oscuridad como un patrimonio universal, importante también para nuestra salud. Tras varias reuniones internacionales recientes, la subdirectora del IAC se muestra optimista sobre la posibilidad de que La Palma albergue el Telescopio de Treinta Metros (TMT), que sigue sin poder instalarse en Hawái y que se sumaría al Gran Telescopio de Canarias (GTC), el mayor telescopio óptico de infrarrojos del mundo.

Charlamos con Villaver en la sede del IAC en La Palma, tras una visita intensiva al Observatorio del Roque de los Muchachos (ORM), donde se encuentran algunos de los mejores telescopios que estudian el cosmos.

¿Es el cielo de La Palma una de las mejores ventanas al universo que tenemos en el planeta?  

Sin duda. Canarias tiene unos cielos privilegiados, tanto por su situación geográfica como por las leyes de protección del cielo, que son únicas en el mundo. Vemos las estrellas nítidas no solo porque la luz atraviesa menos atmósfera en el lugar tan alto en el que están los telescopios, sino porque la atmósfera es mucho más tranquila y con menos turbulencia.  

¿Cuándo fue la primera vez que vio usted el cielo aquí en la Palma? ¿Recuerda si le impactó?

Fue cuando estaba haciendo prácticas en la especialidad de astrofísica. Recuerdo que subí ahí arriba y fue la primera vez en mi vida en que tuve la sensación de que el cielo es tridimensional, de que eso tiene una profundidad. Si dejas que el ojo se acostumbre, de repente te sientes en el espacio. He estado en otros sitios como Hawái, pero este es el único lugar del mundo donde he sentido eso.

En el Roque sentí por primera vez que el cielo es tridimensional, de que eso tiene una profundidad. Si dejas que el ojo se acostumbre, de repente te sientes en el espacio

Hablando de Hawái, ¿cómo está ahora mismo la candidatura de La Palma para traerse el Telescopio de Treinta Metros (TMT)? ¿Hay todavía posibilidades de que finalmente no se instale en Hawái y venga aquí?

Hawái está teniendo muchos problemas, porque no se hicieron bien las cosas al principio. Se han empezado a construir las piezas del telescopio pensando que se podía arreglar la situación con el gobierno local y siguen un poco estancados. Pero el telescopio se ha seguido construyendo y, si no se puede colocar en Hawái, La Palma es el siguiente lugar. La decisión se va a tomar en los próximos dos años y la tienen que tomar ellos. Todavía hay opciones.

¿Cómo está viviendo este momento en el que la administración Trump claramente quiere aplicar recortes en ciencia? ¿Cómo puede afectar a la astrofísica? 

Si lo piensas en global, la astrofísica es una ciencia relativamente barata. Pero la ciencia básica siempre vive en la cuerda floja. Eso es lo triste, que siempre está sujeta a los vaivenes políticos. A pesar de eso, siempre sobrevive, porque es fundamental para todo y, a la larga, siempre es la que nos salva. 

Tenemos algunos ejemplos recientes de que las grandes empresas privadas pueden interferir con la investigación, como el proyecto para construir un complejo industrial junto al telescopio de Paranal, en Chile, y los satélites Starlink de Elon Musk. ¿Puede ser una amenaza?

El cielo es patrimonio de la humanidad y el derecho a un cielo oscuro es importante incluso para la salud. Creo que tenemos que empezar a ser conscientes de ello. Y, obviamente, las constelaciones de satélites afectan a la astronomía de tierra. Desde la astrofísica tenemos que hacer presión para que se tenga en cuenta que eso nos hace daño a todos, pero muchas veces es como la lucha de David contra Goliat, porque son grandes corporaciones las que están tomando el control. Vamos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Obviamente, las constelaciones de satélites afectan a la astronomía de tierra. Desde la astrofísica tenemos que hacer presión para que se tenga en cuenta que eso nos hace daño a todos

¿Cuáles son las prioridades para el IAC, con las instalaciones del Teide y las de La Palma?

Creo que una de las cosas más fascinantes de este buque insignia que es el Instituto de Astrofísica de Canarias es que se trabaja en absolutamente todo. Se trabaja en astrofísica solar y tenemos un gran proyecto que es el Telescopio Solar Europeo, tenemos grupos súper potentes trabajando en sistema solar, como el de Julia de León que ha determinado la composición química del asteroide YR24, y estudiamos desde la química del medio interestelar a las galaxias. También hay gente trabajando en astropartículas, tenemos los telescopios Cherenkov y tenemos instrumentos de observación de radio. Podemos decir que tenemos un equipo que trabaja desde lo más cercano hasta lo más lejano, desde el origen del universo hasta las astropartículas. Al final los astrónomos son exploradores del universo. Trabajan en romper poco a poco el velo del desconocimiento. En rasgar esa tela que no nos permite ver y avanzar.  


El Gran Telescopio de Canarias (GTC) sobre el mar de nubes.

¿Qué nos enseñarán los telescopios Cherenkov (CTAO), que están ya a medio constituir?

Están observando la atmósfera y detectando la cascada de partículas que produce el impacto de un determinado tipo de luz muy energética que proviene de eventos muy violentos que están ocurriendo continuamente en el universo.

Poca gente sabe que la astrofísica española está entre las más punteras, ¿verdad?

Sí. España está entre los cinco países más potentes en astrofísica en el mundo, y eso se debe a la visión de Francisco Sánchez hace 40 años, cuando alcanzó acuerdos para que un porcentaje del tiempo de observación de cada telescopio que instalaban los diferentes países fuera para investigadores españoles. Yo vine a estudiar a Canarias en parte gracias a él, porque aquí había una especialidad de astrofísica. Hemos exportado astrónomos a todo el mundo y a él le debemos haber tenido una visión de construir un observatorio en un lugar que es único.

España está entre los cinco países más potentes en astrofísica en el mundo, y eso se debe a la visión de Francisco Sánchez hace 40 años

¿Cuál es, para usted, el objeto más bello del universo? 

Yo tengo una debilidad por las nebulosas planetarias, que estudié, pero también por el proceso físico que arranca electrones al gas. Ese gas ionizado que vemos entre galaxias es para mí lo más bello. Porque eso se produce en regiones de formación estelar, en nebulosas planetarias, en núcleos activos de galaxias, o sea, en eventos y en lugares muy diferentes. Siempre que haya un fotón con determinada energía capaz de arrancar un electrón, puede producir estos eventos.

Pero no solo son bellos, sino que además son clave en la formación de las estrellas, ¿no?

Claro, muchas veces nos fijamos solo en el objeto y no lo que hay entre medias. Y en ese gas y el polvo está escrito absolutamente toda la historia del universo, o sea, desde la formación de estrellas y planetas a cómo las galaxias agotan el material para poder formar estrellas. En la superficie de esos granos de polvo que están en estas regiones ionizadas, por ejemplo, es donde se forma el agua que termina estando en los cometas y los planetas. 

Gracias al conocimiento de la nucleosíntesis estelar y la tabla periódica, ¿tenemos la receta de cómo se fabrica un universo? 

Totalmente. Una vez que has obtenido hidrógeno, helio y un poquito de litio, que es lo que se forma en el Big Bang, solo necesitas cuatro ingredientes para hacer la tarta. Con las cuatro fuerzas fundamentales (el electromagnetismo, la nuclear fuerte y débil y la gravedad) y con esos cuatro ingredientes, tú dejas pasar el tiempo y al hidrógeno le salen ranas, seres humanos y todo lo demás (risas).

Solo necesitas cuatro ingredientes para hacer la tarta. Con las cuatro fuerzas fundamentales, tú dejas pasar el tiempo y al hidrógeno le salen ranas, seres humanos y todo lo demás

O sea, que con esa receta es el tiempo en el horno es lo que determina lo que obtienes…

Eso es. Pero el diablo está en los detalles. De que la fuerza de gravedad tenga la intensidad que tiene, depende también que nosotros estemos aquí. O sea, si la haces un poquito más débil, formarías estrellas más masivas y esas estrellas más masivas no vivirían el tiempo suficiente en secuencia principal, que es la fase en la que está el Sol, que permite que se forme un planeta al que le dé tiempo a que la vida se desarrolle. Ahí hay un juego de equilibrios.

Nos decía el director del Gran Telescopio de Canarias (GTC), Romano Corradi, que cuando se termine de instalar la óptica adaptativa, algunas cosas se van a ver mejor desde aquí que desde los telescopios espaciales.

Efectivamente, hay ventanas en las que un telescopio espacial te gana en resolución. Pero hay un nicho para los telescopios de tierra en el que, efectivamente, con óptica adaptativa y el láser que te permite hacer la corrección de la turbulencia atmosférica, puedes ganar en resolución a los telescopios espaciales. Y eso es gracias al tamaño del espejo.

¿Cómo le ha impactado la visión del universo que nos está ofreciendo el telescopio espacial James Webb? 

Lo que nos ha presentado hasta ahora ha sido espectacular, pero yo creo que en los próximos años es cuando va a dar el bombazo. Esto siempre ocurre en física, cuando abres una nueva ventana o cuando abres un nuevo rango de observación que te permite ver algo que no veías antes, siempre se produce una revolución.  

Se acaban de cumplir 35 años de la fotografía tomada desde la Voyager 1 nos mostró la Tierra como un diminuto “punto azul pálido” en el que, como decía Sagan, nos dedicamos a pelearnos por tonterías. ¿Necesitamos otra foto igual o un nuevo Carl Sagan?

Uno de los valores de la astrofísica es que nos permite tomar perspectiva y ver las cosas de otra manera. Si pensamos en lo humano, yo creo que la única manera que entendemos lo que pasa es muchas veces cuando dejamos pasar tiempo, cuando cogemos perspectiva. Pasa lo mismo cuando te enfrascas en algo y de repente dejas pasar el tiempo y dices bueno, no fue para tanto. Ves las cosas más claras.

Creo que la física te da esa capacidad de mirar la realidad que va un poquito más allá. Por ejemplo, miras a la constelación de Orión y no solo ves el guerrero. Lo miras y dices: ahí están naciendo estrellas ahora mismo

En el Roque hay decenas de telescopios y cada uno mira el universo en un rango diferente, como un camarón mantis que ve en todos los canales de la luz. ¿Es esa la gran ventaja de la nueva astrofísica?

Eso es lo que llevamos intentando siempre. Cuando observamos una cosa en el visible, que es la sensibilidad que tenemos en el ojo, vemos un rango de energía. Pero en el momento que ampliamos ese rango de energía vemos otras cosas. O sea, es como ir construyendo un puzzle tridimensional.

Sin embargo, hay gente que mira el cielo nocturno y solo le parece una pintura bonita.  

Yo creo que la física te da esa capacidad de mirar la realidad que va un poquito más allá. Por ejemplo, miras a la constelación de Orión y no solo ves el guerrero. Además sabes que ahí, en ese cinturón, está la región de formación de estrellas más cercana a nosotros. Lo miras y dices: ahí están naciendo estrellas ahora mismo. O ves Sirio, un sistema doble, y sabes que es lo mismo que miraban los egipcios. Porque el cielo nocturno fue un motor de conocimiento, fue lo que nos enseñó a medir. Y, sin eso, la ciencia no hubiese llegado a ningún sitio. No hubiésemos sido capaces de construir un solo puente si no hubiésemos aprendido a medir, o si no hubiésemos desarrollado las matemáticas para entender el movimiento de los astros.