es un pequeño milagro. Una pieza teatral que se encuentra en ese espacio indeterminado donde la infancia y la edad adulta se encuentran. Una clase de anatomía, de filosofía primigenia donde ciencia y emoción van de la mano y en la que estos dos actores riojanos se preguntan de qué estamos hechos, qué es nuestro cuerpo, qué nos conforma. El tema es de pura profundidad existencialista. El ritmo es pausado, lento; la luz, mínima. Nada hace pensar que sea una pieza para niños y niñas, no hay trucos, luces apabullantes, momentos espectaculares o músicas atractivas. Sin embargo, los más pequeños entran y se sumergen.