El castillo de Neuschwanstein que inspiró a Disney y que Hitler convirtió en búnker del arte robado

Memoria histórica – No solo dio forma al castillo de la Bella Durmiente, sino que también albergó miles de obras saqueadas por los nazis

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Walt Disney y el régimen nazi. Dos nombres que, a primera vista, parecen imposibles de relacionar, pero que esconden una historia llena de matices oscuros, espías del arte y un castillo de cuento que sirvió tanto para la magia infantil como para Adolf Hitler y su ambición.

Neuschwanstein, la joya arquitectónica que inspiró el emblema de Disney, no solo fue un refugio para los sueños de Luis II de Baviera, sino también el escondite de miles de obras de arte robadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Lo que para muchos es solo una postal de fantasía, para la historia es un testimonio de saqueo y recuperación

En lo alto de los Alpes bávaros, Neuschwanstein se alza con su silueta inconfundible. Este castillo, que parece extraído de un cuento de hadas, fue el modelo que Walt Disney utilizó en 1959 para dar forma al castillo de la Bella Durmiente.

Saqueos, espías y nazis

Lo que pocos saben es que, apenas 15 años antes, sus muros resguardaban miles de pinturas, esculturas y objetos de valor incalculable, expoliados por los nazis en su campaña de saqueo cultural por Europa.

En 1940, tras la invasión de Francia, Hitler aprobó que la Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg (ERR) se apropiara de bienes “sin dueño”, una manera eufemística de referirse a las posesiones de coleccionistas judíos.


Neuschwanstein es un reclamo turístico como pocos

El castillo, por su ubicación remota, se convirtió en un depósito estratégico para la ERR. Allí llegaron obras maestras confiscadas en galerías parisinas y mansiones privadas, incluyendo piezas de la millonaria familia Rothschild. Cada objeto fue catalogado con meticulosidad alemana, con listas y diapositivas detallando su origen y valor.

En 1945, cuando las tropas aliadas llegaron al castillo, encontraron no solo las obras de arte, sino también documentos que detallaban la magnitud del saqueo nazi. Fue gracias a la conservadora de arte Rose Valland, que había seguido en secreto el destino de muchas de estas piezas, que se pudo rastrear parte de los tesoros desaparecidos.


En 1945, tras finalizar la guerra, se encontraron numerosas obras de arte en Neuschwanstein

Su meticuloso trabajo permitió a los Monuments Men, el grupo de expertos en arte del ejército estadounidense, rastrear, identificar y recuperar gran parte del patrimonio cultural europeo expoliado por los nazis, evitando que innumerables obras maestras se perdieran para siempre.

El emblema de Disney

Pero antes de ser un almacén de arte robado, Neuschwanstein había sido concebido para un propósito muy distinto. En 1868, el rey Luis II de Baviera, que se endeudó enormente con construcciones extravantes y acabó incapacitado para gobernar por su propio gabinete, ordenó su construcción inspirado en las leyendas medievales y las óperas de Richard Wagner. Su obsesión con la fantasía lo llevó a crear un castillo de estilo neogótico en medio de la montaña. Quería un refugio, lejos de la política y de la realidad, pero su historia tomaría un rumbo completamente distinto tras su muerte en 1886.


Las similitudes son evidentes entre ambos castillos

Décadas después, mientras el nazismo arrasaba con Europa, Disney consolidaba su imperio animado. No está claro si Walt Disney era consciente del papel de Neuschwanstein en la guerra cuando decidió tomarlo como inspiración, pero lo cierto es que su imagen quedó inmortalizada en el imaginario colectivo como un símbolo de magia y sueños. Paradójicamente, en el mismo lugar donde los nazis escondieron el fruto de su saqueo, Disney encontró el modelo perfecto para representar la fantasía en su forma más pura.

Una atracción que conquista a públicos bien distintos

Hoy, Neuschwanstein es uno de los destinos más visitados de Alemania, recibiendo alrededor de 1,4 millones de turistas al año. Muchos llegan atraídos por ser el inconfundible castillo de la Bella Durmiente, sin imaginar que sus muros resguardaron el fruto del expolio nazi.

Otros, en cambio, lo visitan precisamente por eso.“Los estadounidenses en particular, pero también los británicos, recuerdan la película Operación Monumento, y muchos tienen o tuvieron familiares destinados en Baviera durante o después de la Segunda Guerra Mundial, por lo que se interesan por la historia más reciente de Neuschwanstein”, afirma Maria Blenk, encargada del museo del castillo.