Praga es una de esas ciudades que no necesitan presentación. Muchas veces suele entrar en el mismo ‘pack viajero’ que Viena y Budapest, pero sin duda es un destino que se merece un viaje para él solo, aunque sea de fin de semana. Praga es perfecta para quienes disfrutan caminando por calles empedradas que rezuman historia, con su ambiente bohemio y ese aire nostálgico que caracteriza a la capital checa, con rincones llenos de encanto y una arquitectura que nos traslada a otra época.