Jordi de la Fuente, el neonazi y prorruso que Vox ha aupado al frente de su sindicato ‘Solidaridad’

El ascenso de este escudero de Ignacio Garriga supone un paso más en la toma de control del partido por parte del sector más radical y favorable a los intereses de Vladímir Putin

Perfil – Jorge Buxadé, el antiguo falangista que se ha hecho con el control de Vox

Con un megáfono en la mano, el neonazi Jordi de la Fuente daba instrucciones a un grupo de xenófobos que se habían concentrado frente a un centro de menores en Masnou (Barcelona). “Hoy los echamos, vamos al centro, a por ellos” arengaba al grupo mientras los dirigía hacia el lugar, según el relato de Fiscalía. Era julio de 2019 y algunos de los manifestantes acabaron tirando piedras y agrediendo a un trabajador social al grito de “moro de mierda” y “vete tu país”.

De la Fuente (38 años) será a partir del sábado el nuevo secretario general de Solidaridad, el sindicato de Vox, tras obtener el aval del aparato del partido y consolidar un ascenso que durante años se ha hecho entre bambalinas por su pasado neonazi y por sus problemas judiciales: el Ministerio Público pide para él dos años y dos meses de cárcel por el asalto en Masnou en un juicio que está pendiente de señalarse.

Su llegada al liderazgo de Solidaridad supone un paso más en la toma de control de la estructura del partido por parte de un núcleo radical de dirigentes fogueados en Catalunya (como Ignacio y Juan Garriga o Jorge Buxadé) que ya no esconden sus simpatías por el régimen de Vladímir Putin. 

Su ascenso coincide, además, con el acercamiento del partido ultra a posturas cada vez más prorrusas después de haber obtenido financiación de la órbita de Viktor Orbán, el primer ministro húngaro y principal valedor de las posturas de Moscú en la Unión Europea. 

Este mismo lunes, la mayoría de dirigentes han salido en tromba a criticar el veto la Oficina Electoral Central de Rumanía a la candidatura del líder prorruso Călin Georgescu.


Jordi de la Fuente, durante el asalto a un centro de menores en Masnou por el que la Fiscalía le pide dos años y dos meses de cárcel

Exdirigente del partido neonazi MSR y exsecretario de organización de la formación xenófoba PxC (uno de los principales viveros de las listas de Vox en Catalunya, según documentó elDiario.es), De la Fuente se afilió al partido de Abascal en 2019 y desde entonces se convirtió en uno de los escuderos más leales de Ignacio Garriga, líder en Catalunya y actual ‘número dos’ a nivel nacional. 

Debido a su imputación por el asalto al centro de menores y su pasado neonazi, Vox se cuidó durante los primeros años de mostrar a De la Fuente o de otorgarle un cargo oficial en la formación. Su hemeroteca incluye actos con el librero ultra Pedro Varela, comentarios antisemitas y negacionistas del Holocausto e incluso un vídeo haciendo el saludo fascista y gritando proclamas a Mussolini durante un concierto de un grupo nacionalsocialista.

De la Fuente no tenía cargo, pero siempre estaba ahí. Participó activamente en el diseño de la campaña de las generales de noviembre de 2019 junto a Garriga, al que incluso acompañó como principal asesor al plató de TV3 durante el debate con los candidatos catalanes al Congreso. Cuando venía Abascal a Barcelona, ahí estaba también De la Fuente.

“Él era el hombre para todo”, sostiene un excargo de Vox en Catalunya. “Hacía calle en las carpas el fin de semana, acompañaba a todos lados a los Garriga [Ignacio y su primo Juan, diputado en el Parlament] o hacía la fontanería interna que necesitan todos los partidos”.

De la Fuente ejercía de vicesecretario de organización de Vox en la provincia de Barcelona, un cargo orgánico con mucho poder que sin embargo no aparecía en ningún organigrama oficial. Desde ahí, sostiene el excargo consultado, De la Fuente lideró la “purga” de todo el sector crítico con la manera en que Garriga y el eurodiputado Jorge Buxadé gestionaban el partido en Catalunya. 

“Forma parte del equipo”, se limitaban a responder desde Vox cuando se preguntaba qué cargo tenía exactamente el neonazi, hijo de padre andaluz y madre catalana y licenciado en Ciencias Políticas. El partido tampoco ha querido hacer ningún comentario este lunes.

El antiguo miembro de Vox también sostiene que De la Fuente y sus acólitos han tenido un papel relevante en la difusión de mensajes ultras en redes a través de perfiles anónimos de Twitter y de canales de Telegram en los que se han publicado habitualmente mensajes xenófobos o incluso a favor del nazismo.

A pesar de que De la Fuente cuenta desde hace más de un lustro con la máxima confianza —y amistad— de los principales líderes de Vox en Catalunya, su proceso de validación dentro de la estructura del partido se coció a fuego lento para evitar polémicas en un momento en que la formación ultra trataba de asentarse en todo el territorio. 

En las elecciones municipales de 2023 se le incluyó por primera vez en unas listas, como número dos del partido en Sant Adrià del Besòs (Barcelona). Obtuvo un puesto como concejal en el pleno y en el partido vieron el nombramiento como la oportunidad esperada para oficializar el poder que De la Fuente ya tenía: presidente de Vox en la Diputación de Barcelona, vocal del partido en la Xarxa Audiovisual Local y, desde 2023, responsable intermunicipal en la provincia de la capital catalana.

Un “caballo de Troya” del putinismo

Desde hace más de una década, incluso antes de que Vox tuviera representación parlamentaria, De la Fuente ya era considerado uno de los máximos representantes en España de la ultraderecha prorrusa, también conocida como nacional bolchevismo.

Fue el prologuista de la edición en castellano de dos de los libros del filósofo ultra ruso Alexander Duguin, bien conectado con el Kremlin y uno de los principales precursores del concepto de Eurasia, que defiende la reunificación de todas las repúblicas de la Unión Soviética bajo el paraguas ruso. 

De la Fuente ha definido a Duguin como “uno de sus maestros”, ha difundido sus mensajes durante años y él mismo ha formado parte del llamado Movimiento Internacional Euroasiático.

Durante la presentación en 2016 de uno de los libros de Duguin en la Casa de Rusia en Barcelona, De la Fuente defendió su papel como “caballo de Troya” del conservadurismo de Putin en los países europeos. 

“La única forma que tenemos [de expandir la visión de Rusia] es como caballos de Troya”, aseguró De la Fuente. “Espero y deseo que esta espiritualidad y visión multipolar de Rusia se contagie, pero a través de partidos, en Europa funcionamos a través de partidos políticos y es complicado hacerlo de otra forma, sería reordenar toda la democracia y sería ideal, pero es muy complicado por el momento”, añadió.

En la misma charla, De la Fuente habló también de la necesidad de romper el estereotipo de “Rusia mala” como país que va “librando guerras por el mundo”. “Putin es un estadista, todo el mundo que le tose a él o al proyecto que él encabeza está en el blanco”, dijo del presidente ruso.

Su ascenso hasta la máxima cúpula del partido implica lo que algunos críticos o excargos de Vox llevan tiempo advirtiendo: tras la purga del sector más liberalconservador (Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio, Macarena Olona…) Vox ya es abiertamente un partido alineado con Vladímir Putin y los intereses de Rusia en el continente.