El último auto de la jueza de Catarroja ha destruido la primera línea de defensa del PP sobre la DANA de Valencia, pero en el Congreso persiste en vivir en la ficción alucinada de que Mazón no fue el responsable de la gestión de la emergencia
El informe de Aemet remitido a la jueza contradice a la Generalitat al afirmar que hubo cuatro recesos en el Cecopi
El PP creía tener el remedio perfecto para el debate sobre la formación de una comisión de investigación de la DANA de Valencia en el Congreso. Subirse a la máquina del tiempo y olvidarse de todo lo que se ha sabido desde entonces sobre la respuesta del Gobierno valenciano ante la catástrofe. El requisito básico de esta táctica es hacer como si Carlos Mazón no existiera. La supervivencia política de su líder en la Comunitat Valenciana está siendo una pesadilla para el PP. Por eso, su portavoz en el debate de este jueves, Macarena Montesinos, no se atrevió a mencionarlo en ningún momento. Mazón no existe. Todo es culpa –cómo podríamos dudarlo– de Pedro Sánchez.
Si todo eso no parece una estrategia de éxito asegurado es porque realmente no lo es. La única forma de fortalecerla es rodearla de ruido y furia. El rostro convulsionado de la portavoz en el discurso. Los aplausos enfervorizados durante varios minutos al término de su intervención. La utilización del Senado para ajustar cuentas con el Gobierno de Sánchez con otra comisión de investigación, porque a fin de cuentas la Cámara Alta es como el estadio donde el PP juega los partidos de casa y puede poner el césped a la altura que le interese.
Desde la última vez en que se habló de la DANA en el Congreso, todo ha ido mal para los intereses del PP. El último auto de la jueza de Catarroja ha destruido la primera línea de defensa del partido al establecer que la responsabilidad directa de la gestión de la emergencia recaía en el Gobierno de Mazón (no es que eso sea una sorpresa).
En el plano simbólico, la portada y editorial del ABC del miércoles que reclama su dimisión inmediata es la constatación de que casi nadie en la derecha tiene estómago para defenderle. El editorial incluso se toma a broma la respuesta por defecto que sale de la sede de Génova y que dice que “nada ha cambiado”. Es cierto, dice el periódico: “Todo el mundo sabe que, desde el día siguiente de la tragedia, Mazón es un presidente con respiración asistida, que juega los minutos de la basura del partido y al que solo lo sostiene la incapacidad de los populares para pactar con Vox un sustituto”. Lo que viene a ser un zombi del que todos se alejan como de la peste.
En el mundo en que vive la diputada Montesinos nada de eso ha ocurrido. Insistió en dos ocasiones en destacar el pleno del Congreso del día siguiente a la tragedia, cuando el PSOE se negó a suspenderlo y procedió con el orden del día que incluía la reforma del sistema de elección del Consejo de Administración de RTVE. Para el PP, eso fue un escándalo inaudito. Tiene su gracia si recordamos que Mazón pasó tres horas en el día de autos comiendo con una periodista a la que ofreció sin éxito la presidencia de la televisión autonómica valenciana. Obviamente, al PP nunca se le ha ocurrido criticarle por ello.
Macarena Montesinos, del PP, en el pleno del Congreso del jueves.
Hubo tiempo también para dar rienda suelta al desprecio por la ciencia, el mismo que mostró Mazón cuando dio una conferencia en Madrid hace unas semanas. “Ha quedado probado que la Aemet falló en su previsión”, dijo Montesinos. La agencia estableció el nivel rojo a primera hora de la mañana, la alerta más grave que existe, al prever que caerían como mínimo 180 litros por metro cuadrado, aunque la cifra final terminó siendo mucho mayor. Mazón lo ignoró y mantuvo la agenda de reuniones que tenía prevista.
La socialista Marta Trenzano, que fue alcaldesa de Algemesí hasta 2023, comenzó su intervención relatando algunas situaciones desesperadas –“una embarazada en el techo de un coche”– que vivieron los damnificados en esas horas en que Mazón hacía vida normal. Recordó las 19.121 llamadas que recibió el teléfono de emergencias y las 3.784 que ya se habían hecho a la hora en que se convocó la reunión del Cecopi. No desaprovechó el impacto que ha tenido la investigación de la jueza Nuria Ruiz Tobarra hasta ahora. “La jueza les vuelve a poner ante el espejo”, uno que da una imagen tenebrosa de Mazón.
Trenzano tiró por elevación y quiso implicar también al PP y a la dirección de Génova: “No es sólo Mazón, es el PP entero. El PP se ha volcado en un relato falso”.
En el pleno se comprobó que el apoyo más explícito con el que cuenta Mazón en Valencia y Madrid se encuentra en Vox. Su portavoz, Ignacio Gil Lázaro, dijo que la reacción del Gobierno autonómico fue “tardía e insuficiente”, pero eso no es nada comparado con lo que piensan de lo que hizo el Gobierno de Sánchez, que definen como “inacción criminal”. Con un Mazón vulnerable y desprestigiado en el poder, Vox puede aspirar a aumentar sus votos en esa comunidad. No es extraño que se hayan negado a votar a favor de una moción de censura o que no hayan garantizado su voto a favor de la alcaldesa de Valencia en caso de dimisión de Mazón.
Àgueda Micó, de Compromís, recordó a los diputados del PP que ni siquiera los comunicadores que les son más cercanos toleran ya a Mazón. Enseñó la portada del ABC y citó a Ana Rosa Quintana y Federico Jiménez Losantos. “Ustedes son los únicos que no se han enterado”, dijo. En realidad, es probable que estén muy enterados, pero que de momento todas las opciones que tienen ante sí son malas, porque Mazón no está dispuesto a abandonar el cargo. Tendrán que asumir más sufrimiento en la comisión de investigación del Congreso, que salió adelante con 176 votos a favor y 169 en contra.
Mazón es el monstruo de película de terror que sigue apareciendo hasta la escena final. Cada vez que el PP intenta marcar distancias con él, la criatura terrorífica vuelve a aparecer. Este jueves, volvió a repetirse la situación. El Partido Popular Europeo decidió mantener la decisión inicial de celebrar su próximo congreso en València el 26 de abril para no perder el dinero de las reservas ya realizadas. Feijóo había querido trasladarlo a Madrid para alejarlo de las previsibles movilizaciones que tendrán lugar coincidiendo con la cita. A diferencia de lo que ocurre en el Congreso, el PP tendrá que afrontar ese día el presente. No le valdrá refugiarse en el pasado y no podrá mantener la ficción de que no se está viendo afectado por la degradación de la reputación de Mazón y de sus consecuencias en la imagen del partido. Es muy probable que un numeroso grupo de manifestantes se lo recuerde.