El dueño del gran fabricante de coches eléctricos intenta aprovechar el capital simbólico de Trump para contrarrestar el desplome en las ventas y el daño a su imagen entre sus antiguos compradores
Trump se sube a un Tesla para apoyar a Elon Musk: “No se le puede penalizar por ser patriota”
Una de las grandes incógnitas de la alianza entre Elon Musk y Donald Trump era Tesla. El primer fabricante de coches eléctricos a gran escala del mundo suponía una fricción clara con las políticas energéticas del republicano, basadas en las subvenciones al petróleo y en que los estadounidenses viertan un galón tras otro de gasolina en sus depósitos sin mirar el surtidor. La duda se ha resuelto con una de las transformaciones más radicales en la imagen de marca de una empresa de la historia, un giro copernicano en la que los eléctricos de Tesla ahora son promocionados por el presidente que ha sacado a EEUU del Acuerdo por el Clima.
“Me voy a comprar uno”, dijo Trump este martes frente a la Casa Blanca, donde había aparcados varios modelos de Tesla. “Es un gran producto. Tan bueno como podría ser”, continuó antes de subirse a uno: “¡Wow, esto es maravilloso! Este panel es diferente de lo que yo he… Todo es como un ordenador, es maravilloso”.
La escena resultó chocante porque se pudo comprobar que Trump no estaba para nada familiarizado con los Tesla. Por un lado, llevaba una nota con los nombres de los diferentes coches que tenía frente a él. Por otro, por el hecho de que se asombrara de algo que ha caracterizado a la empresa de Musk desde sus primeros modelos, como es su alto componente tecnológico.
“Cuando Donald Trump enseñó el coche, dio a entender que ni siquiera había visto nunca un Tesla”, explica Enrique Llanes, autor de Tesla. El ADN de la disrupción (Editorial LID). “Hasta que se metió en política para apoyar a Trump, Elon Musk tenía una imagen más asociada a la izquierda, por valores como el ecologismo y la descarbonización”, recuerda. Una imagen que ahora el propio Musk detesta, ya que entronca directamente con denostado “virus woke”.
La catarsis de Tesla: de coche ecológico a coche “patriota”
La promoción de Trump llega en un momento de gran dificultad para Tesla, que navega en la contradicción de su fundador. “La empresa no tiene una posición oficial sobre Trump, pero es que Tesla es Elon Musk. Cuando tienes un dueño con una marca tan fuerte metido en política… ¿Quién sabe cómo se llama el presidente de General Motors, o cómo se llame el presidente de Toyota? Sin embargo, todo el mundo sabe quien es Elon Musk”, dice que Fernando de Córdoba, especialista en estrategia de marca.
“Tesla era vista, incluso el propio Elon Musk, como una marca relativamente progresista. Durante años se hicieron muchos análisis de la marca personal de Musk y lo que más destacaba era que era una persona que quiere descarbonizar la movilidad, que quiere avanzar hacia la movilidad del futuro. Es decir, más afín a un perfil demócrata que conservador. No sé si ahora ha cambiado de ideología o simplemente ha dejado de disimular, pero esta polarización está afectando bastante a su imagen y a la de Tesla”, afirma de Córdoba.
Las pegatinas «Compré esto antes de que Elon se volviera loco» se han popularizado en las últimas semanas en Europa
Los datos no dejan lugar a dudas. Las ventas del fabricante han caído en picado y su último trimestre fue uno de los peores de la historia de su compañía. El duro golpe de enero se repitió de nuevo en febrero (con descensos del 76% en Alemania, del 49% en China, del 45% en Francia o del 35% en California). La nueva camioneta y gran apuesta de Musk, el modelo Cybertruck, no ha funcionado en ventas. Aparejado al histrionismo de su dueño, el valor de Tesla en bolsa fluctúa casi tanto como el de algunas criptomonedas.
Expertos como Enrique Llanes recuerdan que la competencia es ahora más dura que nunca en el mercado de los eléctricos. También que Tesla está fabricando la nueva versión de su modelo más vendido, el Y, lo que podría estar provocando que los potenciales compradores estén aplazando su adquisición hasta que esté disponible la nueva gama.
Sin embargo, el acto frente a la Casa Blanca pareció un llamamiento a que sus partidarios políticos no dejen caer Tesla. “Este hombre ha puesto toda su energía y su vida para completar este trabajo y no es justo que se le penalice por ello”, dijo Trump sobre Musk. “Creo que ha sido tratado muy injustamente por un grupo muy reducido de personas. Y solo quiero que la gente sepa que no se le puede penalizar por ser un patriota”, dijo a los periodistas, asegurando que el empresario no le había pedido que lo hiciera.
Fue una escenificación de las que no hay vuelta atrás. “Al final lo que nos dice esto es que Tesla se está convirtiendo en el coche oficial del gobierno trumpista para bien y para mal. Más oficial que hacer una presentación en la Casa Blanca, con el presidente con una chuleta como si fuera un vendedor en un concesionario… No se me ocurre nada, ni en el mejor sueño de cualquier vendedor, que tener al presidente del gobierno haciéndote publicidad”, dice Fernando de Córdoba.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se sienta en un Tesla Model S Elon Musk, en el jardín sur de la Casa Blanca.
“Pero claro, es que no es cualquier presidente del gobierno, sino uno absolutamente polarizado y que no es que tenga partidarios y detractores, es que tiene fanáticos y enemigos”, recuerda el especialista. “Será bastante interesante ver si esto va a suponer que los republicanos, como efecto secundario, empiecen a apoyar la electrificación de la de la movilidad y el coche eléctrico deje de ser un tema partisano para ser un tema más transversal”, apunta.
Trump y Musk frente a la Casa Blanca
Enrique Llanes incide en el mismo sentido. “Entre los votantes del Partido Republicano hay mucha gente como Trump, que nunca habían visto un Tesla. Nunca habían visto un coche de este tipo y nunca hubieran comprado uno hasta ayer”, expone: “Las encuestas que se han hecho en EEUU muestran que aunque es verdad que ha perdido posibles clientes de su marca en las personas que dicen votar demócrata, esa parte negativa se ve con mucho compensada con todos los republicanos que nunca hubieran pensado en comprar un coche eléctrico y que ahora sí lo piensan”.
Protestas contra Tesla
Mientras llega ese supuesto cambio entre los compradores que se sienten decepcionados por el giro ultra de Musk y los republicanos que ahora se pueden sentir atraídos por el “patriotismo” con el que le honra Trump, lo cierto es que la marca está sufriendo protestas de índole activista.
Estas han adoptado diversas formas, desde manifestaciones pacíficas frente a los concesionarios hasta actos de vandalismo e incluso incidentes violentos. Este martes en Seattle se quemaron cuatro Cybertrucks, que están siendo investigados como incendios provocados. En Oregón se han realizado disparos contra un concesionario y en Colorado una mujer fue detenida por, presuntamente, lanzar cócteles Molotov contra vehículos Tesla y pintar grafitis con simbología nazi en un concesionario en referencia a Musk.
Donald Trump we hope this London ad helps with your presidential Tesla campaign you absolute pillock x
— Everyone Hates Elon (@everyonehateselon.bsky.social) 12 de marzo de 2025, 18:14
Trump amenazó en el acto frente a la Casa Blanca con perseguir estos actos como “acciones terroristas”, pero estos también se han dado fuera de EEUU, especialmente en Europa. En Francia, un grupo anarquista ha reivindicado un ataque contra otro concesionario de Tesla que acabó con cuatro coches carbonizados.
El movimiento se extiende también a las redes, con publicaciones que relacionan a Musk con la ideología nazi por su saludo durante la celebración de la victoria de Trump o simplemente ironizan con la mala imagen que ahora proyectan tanto él como Tesla. Algunos grupos han llevado estas acciones virales a las calles con anuncios en marquesinas o en el Metro de Londres.
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