El presidente ruso esboza sus condiciones para un alto el fuego temporal con Ucrania en una intervención que Trump tilda de «prometedora pero incompleta» mientras Kiev acusa a Moscú de estar preparándose para rechazarlo
Putin pone condiciones al alto el fuego pactado por Trump y Zelenski: “Ucrania puede usarlo para recibir más armas”
Sí, pero no. No, pero sí. En pleno deshielo de las relaciones con Estados Unidos, el presidente ruso, Vladímir Putin, sabía que no podía permitirse rechazar sin más el cese temporal de los combates acordado por Kiev y Washington, así que ha optado por una vía intermedia: mostrar su “apoyo” a la idea, pero imponer sus condiciones.
El silencio del Kremlin sobre la oferta de alto el fuego de 30 días había hecho que la expectación fuese máxima antes de la rueda de prensa de Putin junto al líder de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, este jueves. El presidente ruso ha intervenido poco antes de reunirse con el enviado de Trump, ante quien pretende exhibir la máxima disposición para resolver la guerra, y unas horas después de que un asesor internacional del Kremlin dejara entrever en televisión que Moscú no está interesada en una tregua porque “no es otra cosa que un respiro provisional para los soldados ucranianos”.
Con un tono aparentemente amistoso hacia Washington que refleja el cambio en la relación bilateral desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, Putin ha planteado sus dudas ante la propuesta de tregua temporal. “Tenemos que negociar con nuestros colegas y socios estadounidenses”, ha dicho el mandatario ruso. “Todas estas cuestiones deben ser estudiadas minuciosamente”, ha afirmado, añadiendo que la idea de una tregua es “buena y la apoyamos absolutamente”. “Pero hay cuestiones que debemos debatir”, ha agregado.
Por un lado, a Putin le preocupa que se frustre su ofensiva en la región rusa de Kursk, donde su ejército está logrando expulsar rápidamente a las tropas ucranianas y el lugar que visitó este miércoles vestido de militar, dejando claro cuál es su prioridad antes de sentarse en una mesa de negociación. Por el otro, se opone a que Volodímir Zelenski reclute a más soldados y reciba apoyo armamentístico durante la pausa.
Formulando una ristra de preguntas, Putin ha subrayado que Kiev “puede utilizar el alto el fuego de 30 días para recibir más armas o realizar una movilización forzosa”. Confiado por sus avances en el campo de batalla, sacando pecho de que sus soldados “están avanzando casi en todas partes”, el mandatario ruso también ha planteado dudas sobre las cuestiones del control y la verificación, así como el seguimiento de las “violaciones” del alto el fuego a lo largo de la línea del frente.
“Estamos de acuerdo con las propuestas para acabar con las hostilidades, pero tienen que llevar a una paz duradera y resolver las raíces del conflicto”, ha reiterado Putin. Hasta ahora, Moscú ha mantenido sus demandas maximalistas en lo referente al fin de su guerra contra Ucrania y los representantes rusos, incluido Putin, han repetido frecuentemente que cualquier acuerdo de paz debe tener en cuenta las “causas profundas” del conflicto, con las que el Kremlin se refiere, entre otras cosas, a cuestiones como la expansión de la OTAN hacia el este. Previamente, Putin, cuyas tropas ocupan en torno a un 20% de Ucrania, ha exigido la retirada de Kiev del territorio de las regiones de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón.
Zelenski pide más presión sobre Rusia
Ucrania, que apoyó en la reunión de Arabia Saudí la propuesta estadounidense de alto el fuego de 30 días por tierra, mar y aire con la condición de que Rusia también lo haga, ve en este momento diplomático la oportunidad de demostrar que Moscú no está interesada en la paz. En esta línea, Zelenski ha reaccionado a las palabras del jefe del Kremlin tildándolas de “otra manipulación rusa”. “Todos hemos oído de Rusia las palabras altamente predecibles y manipuladoras de Putin en respuesta a la idea de un alto el fuego en el frente; en este momento, de hecho, se está preparando para rechazarlo”, ha dicho.
“Putin tiene miedo de decirle directamente al presidente Trump que quiere continuar esta guerra y seguir matando ucranianos”, ha proseguido Zelenski. “Por eso, en Moscú están rodeando la idea del alto el fuego de tales condiciones previas que, o bien fracasa, o bien se alarga todo lo posible. Putin hace esto a menudo: no dice ‘no’ rotundamente, pero alarga las cosas y hace que las soluciones razonables sean imposibles”.
El líder ucraniano ha asegurado que EEUU está “dispuesta a organizar la supervisión y la verificación” del cese temporal de las hostilidades y que “es factible garantizar esto con las capacidades estadounidenses y europeas”. También, ha pedido más presión sobre Rusia para “obligarla a poner fin a la guerra”. “Nosotros no estamos poniendo condiciones que compliquen el proceso, sino Rusia. Como siempre hemos dicho, el único que está dando largas, el único que no es constructivo, es Rusia. Ellos necesitan esta guerra. Putin ha robado años de paz y continúa esta guerra día tras día. Ahora es el momento de aumentar la presión sobre él. Hay que aplicar sanciones que funcionen”.
El equilibrio de Putin
Muchos analistas ya habían apuntado al escenario de que Rusia presentara condiciones que pudieran torpedear el progreso de las conversaciones. Medios como Reuters y Bloomberg han informado de la lista de demandas rusas para poner fin a la guerra y restablecer las relaciones con Washington. Este jueves, algunos expertos han interpretado las palabras de Putin como una posible exigencia de que EEUU suspenda el apoyo armamentístico y de inteligencia a Ucrania, algo que es difícil que Zelenski acepte.
La propuesta de tregua acordada por Kiev y Washington había colocado la pelota sobre el tejado de Moscú, que se encontraba ante un importante dilema porque si rechazaba directamente la oferta, corría el riesgo de enfadar a Trump y deteriorar la relación con el nuevo Gobierno de EEUU.
En su lugar, Putin parece estar buscando un equilibrio entre no oponerse abiertamente el intento de Trump de lograr la paz y al mismo tiempo imponer sus propias condiciones estrictas, que pueden volver a colocar la pelota sobre el tejado de EEUU.
“La posición de Putin rechaza hoy un alto el fuego incondicional, una postura incómoda que corre el riesgo de enfadar a Trump y obstaculizar las perspectivas, por lo demás prometedoras, de normalizar las relaciones bilaterales”, ha dicho en X la analista Tatiana Stanovaya, fundadora del think tank R.Politik. “Sin embargo, este rechazo no es absoluto, sino que esboza sus exigencias. Su condición clave es que el alto el fuego sirva de trampolín para entablar conversaciones sustantivas sobre las causas profundas del conflicto: Ucrania debe aceptar debatir un marco ‘Estambul Plus’, que Rusia considera un camino hacia la capitulación de Kiev”.
“Putin también exige que Estados Unidos se comprometa a detener los suministros militares, mientras que Kiev debe comprometerse a no fortificar sus líneas de defensa ni utilizar la pausa para rearmarse. También debe abordarse la cuestión de la legitimidad de Zelenski”, señala la experta. A su juicio, un posible compromiso podría consistir en que Putin “sugiriera un alto el fuego más breve, supeditado a que esos días se utilizaran para negociar las condiciones de Rusia: cómo iniciar conversaciones de fondo sobre las causas profundas, quién representaría a Ucrania y cómo garantizar que la pausa no se utilizara para el rearme”.
“Esto trasladaría la decisión a los estadounidenses, obligándoles a entablar negociaciones o a aumentar la presión sobre Rusia para obligar a un alto el fuego incondicional, un planteamiento que probablemente no tenga éxito”, añade Stanovaya.
Trump ve señales “positivas”
Trump sigue mostrando públicamente su confianza en la voluntad de Rusia de poner fin a la guerra que ella misma comenzó, en un tono marcadamente diferente al que ha mantenido durante semanas sobre Volodímir Zelenski. Este jueves, dice haber visto “señales positivas” en las palabras de Putin. Así lo ha expresado junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con el que se ha reunido en la Casa Blanca. El presidente de EEUU ha asegurado que las declaraciones de su homólogo ruso son “muy prometedoras, pero incompletas”. “Esperemos que Rusia haga lo correcto”, ha dicho Trump, que ha recogido el guante lanzado por Putin, que se ha mostrado dispuesto a hablar de nuevo por teléfono con el presidente estadounidense.
Preguntado sobre si tiene alguna baza para obligar a Moscú a aceptar un alto el fuego, Trump ha asegurado que sí, pero no ha entrado en detalles. “Estamos hablando con él y basándonos en las declaraciones que ha hecho hoy, han sido bastante positivas”. Solo un día antes Trump dijo que podría haber consecuencias “devastadoras” si Putin no aceptaba la propuesta de tregua temporal. El mandatario republicano habló de la posibilidad de imponer nuevas sanciones a la economía rusa, aunque dijo esperar que “no fuesen necesarias”. De esta manera, incrementó presión sobre el Kremlin después de semanas de reproches a Zelenski y a su supuesta falta de voluntad para conseguir la paz.
Echando mano de su ambigüedad habitual, Trump también ha entrado en más detalles sobre las negociaciones de EEUU con Rusia y Ucrania, diciendo que “se han hablado de muchos temas individuales”. Ha indicado de que ha hablado con Ucrania de “trozos de tierra que se mantendrían y se perderían, y todos los demás elementos de un acuerdo final”. “Hay una central eléctrica implicada. Una central eléctrica muy grande. ¿Quién se quedará con la central eléctrica y quién con esto y lo otro?”, ha agregado, en una aparente alusión a la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con Donald Trump en el Despacho Oval.
El mandatario, que sigue dibujando el conflicto como una guerra entre países hostiles y no como resultado de la invasión rusa, también ha señalado que Ucrania ha planteado “[entrar en] la OTAN y estar en la OTAN, y todo el mundo sabe cuál es la respuesta a eso”. “Estamos diciendo: mira, esto es lo que puedes conseguir, esto es lo que no puedes conseguir. Ahora vamos a ver si Rusia está ahí y si no va a ser un momento muy decepcionante para el mundo”, ha agregado.
Una fuente de alto nivel ucraniana ha asegurado al medio Politico que, aunque la cuestión territorial se debatió durante casi ocho horas de conversaciones con EEUU en Arabia Saudí a principios de esta semana, “las concesiones territoriales no se plantearon y siguen siendo tabú para Kiev”. Zelenski ha reiterado que su país nunca reconocerá ningún territorio ocupado como ruso, algo que ha definido como la “línea roja más importante”.
Zelenski ha asegurado que su intención es “preparar respuestas a todas las preguntas sobre seguridad a largo plazo y paz real y fiable durante el alto el fuego y poner sobre la mesa un plan para poner fin a la guerra”. “Ucrania está dispuesta a trabajar de la forma más rápida y constructiva posible. Así se lo hemos comunicado a nuestros representantes estadounidenses, y así lo saben nuestros socios europeos y todos nuestros socios en el mundo”, ha agregado.
Las delegaciones de EEUU y Ucrania durante su reunión en Yeda.
Ucrania insiste en que, para ella, es “muy importante” cómo terminará la guerra y qué garantías de seguridad recibirá para evitar cualquier intento por parte de Rusia de volver a atacar en el futuro. La mano derecha de Zelenski, Andrí Yermak, ha dicho que Ucrania no aceptará “un conflicto congelado” con Rusia, y que EEUU también se opone a este escenario. “Nos oponemos a Minsk 3 [en referencia a los acuerdos sobre la guerra del Donbás], y Europa será incluirá en el proceso de paz”.
Aceptar un cese de las hostilidades completo es una concesión por parte de Kiev, que había puesto sobre la mesa una tregua limitada por aire y mar y previamente ha advertido que una pausa temporal en los combates puede permitir a las tropas rusas reagruparse y lanzar nuevas ofensivas.
En el encuentro en el país del Golfo, Kiev y Washington limaron asperezas tras la bronca televisada de Trump a Zelenski acerca de cómo enfocar un escenario para concluir la guerra y el acceso de EEUU a los depósitos minerales ucranianos. Después de la quiebra que supuso aquel encuentro en la relación bilateral, EEUU decidió pausar la asistencia militar y de inteligencia, clave para Kiev en su lucha contra la invasión rusa, para elevar la presión sobre Zelenski. Tras el acercamiento de posturas en Yeda, el flujo de ayuda se ha reanudado.