El proceso en el que piden 300 millones de dólares a la ONG ha sufrido un pequeño revuelo al comprobar que una de las personas elegidas para el juzgado tiene relación con una de las empresas que «posee y opera» el oleoducto contra el que protestaba la organización ecologista
Una demanda millonaria en EEUU amenaza con dar un golpe mortal a Greenpeace y a las protestas climáticas
Parece la vuelta de guion de un judicial de Hollywood, pero no lo es: uno de los jurados elegidos para decidir sobre la ha trabajado para una compañía con intereses en el oleoducto de la energética que demanda a la ONG.