Colegios murcianos comprometidos con el autismo: «No todo el mundo sabe cómo abordarlo»

Tres centros educativos de la Región de Murcia se han incorporado a un proyecto piloto para concienciar a todo el personal docente y no docente sobre cómo tratar a los alumnos con espectro autista

Los diagnósticos de autismo se han cuadruplicado en diez años: “Muchas familias no se lo esperan”

Son las doce del mediodía y el aroma del potaje de Cruz inunda ya todo el comedor y le abre el apetito a cualquiera. Es martes y esta mañana ha tenido algo menos de tiempo para dedicarle a los fogones. “Hemos estado en una formación muy interesante, de principio a fin”, explica con una sonrisa de oreja a oreja la cocinera del comedor escolar del CEIP Florentino Bayona, en el municipio murciano de Mula. Todo el personal no docente del centro -conserjes y auxiliares del comedor o del aula de madrugadores y de limpieza-, así como los padres han recibido un curso para saber cómo relacionarse en cada momento con los alumnos del colegio con Transtornos del Espectro Autista (TEA).

“Son niños que necesitan tener sus pautas muy bien establecidas, hay que ponerles mucha atención porque cada uno tiene su afectación y es importante con ellos el orden, que tengan sus rincones para estar ubicados o que se destine un espacio para que sea su rincón de calma”, cuenta con empatía Cruz, que lleva más de una década en el comedor del colegio, señalando una pared llena de pictogramas. Se trata de una herramienta de comunicación basada en imágenes sencillas: “Aquí se sienta una niña con TEA y por eso tenemos estos dibujos que indican escucha, silencio, comer o estar sentado, para poder comunicarnos mejor con ella y ella con nosotros”. En este colegio se forman 438 alumnos, de los que 22 están diagnosticados de TEA.

Las formaciones, que se han llevado a cabo en tres centros educativos de la Región de Murcia este curso como proyecto piloto, forman parte del programa ‘Compromiso Autismo‘ de la Fundación madrileña Gmp, relata a este periódico Pedro Mondéjar Mateo, director general de Atención a la Diversidad de la Consejería de Educación. “La familia que dirige la fundación es murciana y después de muchos años trabajando en Madrid han decidido destinar parte de sus recursos a nuestra Comunidad”, con el apoyo de los departamentos regionales de Educación y Política Social.

Gmp, en activo desde hace 16 años, está volcada en la mejora de la calidad de vida de personas con discapacidad intelectual, autismo, alzheimer y daño cerebral adquirido, “que es la primera causa de discapacidad en España y segunda de mortalidad general”, explica José Francisco Fernández López, director de la Fundación.

La razón de ser del programa Compromiso Autismo, que arrancó en 2019, “es que cada vez se incorporan al sistema educativo ordinario más alumnos con necesidades educativas especiales, en el curso 2022-2023 recibieron apoyo un millón de estudiantes de enseñanzas no universitarias y un 30% de ese grupo son alumnos con TEA, un 26% con discapacidad intelectual y un 13,5% con trastornos graves de conducta”, según un informe del Ministerio de Educación.

“Es un programa de sensibilización con los alumnos de espectro autista para concienciar a todo el personal docente y no docente del centro, para que sepan cómo tratar a los niños y cómo reaccionar ante su conducta”, continúa Mondejar. Este curso se ha puesto en marcha en los colegios públicos Florentino Bayona y en la capital, en el Alejandro Valverde, así como en el concertado Cristo Crucificado. Pero el objetivo “es seguir ampliando en próximos cursos a otros centros”, hay una veintena interesados.


Cruz, la cocinera del Florentino Bayona, en el comedor del colegio

Es la hora de entrada al aula. José Ramón Ramírez Gilabert, director del CEIP Alejandro Valverde, explica con entusiasmo el proyecto, gesticulando mientras niños y profesores recorren los pasillos. Una de las paredes de la entrada está empapelada de rostros de figuras célebres de la Región que han acudido a dar charlas en el centro: “Para el próximo Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo vendrá una chica transgénero con autismo para que nos cuente cómo lo ha vivido en primera persona”, revela. Su centro, de una línea, educa a casi 150 alumnos de los cuales 20 tienen autismo.

En la actualidad el proyecto Compromiso Autismo se encuentra en la primera fase, la de formación: “En el equipo directivo nos hemos estado formando durante tres meses. Después de nosotros se han hecho aquí en el colegio diferentes cursos dirigidos a maestros, especialistas, personal no docente y familias”, anuncia Ramírez Gilabert. 

Ventanas y patios, señalizados con pictogramas

Detrás del director del colegio hay una ventana con su pictograma correspondiente. En el centro, todo está señalizado. En el patio del colegio, hay una gran valla con pictogramas, el abecedario y un teclado numérico, “para que los alumnos con autismo puedan comunicarse con los profesores y sus amigos”, explica el director del centro.

Hace dos semanas tuvo lugar la formación a las familias. A esta sesión acudieron Paz y Eloy, padres de Luis: “El problema de los niños con autismo es que es difícil de identificar. Entonces muchas veces la gente cree que su comportamiento deriva de que son caprichosos o cabezones. Por eso es indispensable formar a la gente”, reflexiona Paz.

Su hijo tiene seis años y lleva tres años en el Alejandro Valverde: “No habla, ahora está empezando a usar el comunicador. Desde el principio ha estado en el aula abierta”, narran los padres.

Durante la formación, “orientaron mucho con uno de los problemas más comunes que suelen ocurrir en el aula, que es el de la conducta”, explica Paz. Por ejemplo, cuando Luis era pequeño y hacían asamblea en la guardería, mientras los demás se sentaban en círculo, él daba vueltas. Si no tienes formación lo puedes terminar apartando“, reflexiona.


Material adaptado con pictogramas

Paz y Eloy celebran que la mayoría de los padres del centro están implicados en el proyecto: “En la formación, no solo había padres de niños con autismo, también había padres de niños neurotípicos. Los niños preguntan cómo pueden hablar con sus compañeros con autismo o qué son los pictogramas, por lo que es muy valioso que se interesen”, apunta Paz. “Hay niños con autismo que pueden perfectamente ir a una escolarización ordinaria, pero necesitan un poquito de apoyo. Entonces le tienes que explicar al resto de sus compañeros cómo adaptarse o cómo comunicarse mejor con ellos, sobre todo cuando son pequeños”, abunda.

Esperanza (nombre ficticio) es una de las madres que ha asistido este martes a la formación en el Florentino Bayona y se ha convertido en alumna por un día. Con cierto enfado se pregunta “cómo podemos explicar a algunos padres de niños neurotípicos que nuestros hijos no tienen problemas mentales, que no están locos o simplemente son unos maleducados, como tenemos que escuchar a veces en el parque o el supermercado”. Su hijo tiene 10 años, “y es verdad que en el colegio, en su clase, está muy integrado, el problema suele estar más fuera”. Este colegio, sigue otra madre con un hijo de nueve años con TEA, “hace que los niños se interesen, que estén unidos y en el aula abierta forman una pequeña familia, los niños están muy protegidos y sus compañeros entienden perfectamente el por qué de algunas de sus conductas”.

Precisamente esa es la clave en muchas personas con Espectro Autista, la conducta, explica señalando a una diapositiva Pablo Rodríguez, psicólogo de Astrade (Asociación para la Atención de Personas con Trastornos Generalizados del Desarrollo de la Región de Murcia) y encargado de la formación a los padres del Florentino Bayona. Y, por eso, “es fundamental conocer bien a los alumnos que tenemos en el colegio y saber anticiparnos a las reacciones que se puedan desencadenar en la medida de lo posible”, apunta.

Los Transtornos del Espectro Autista se caracterizan “por presentar carencias persistentes en la comunicación y reconocimiento social e interacción en diversos contextos, así como en patrones repetitivos de actividad, tendencia a la rutina y dificultades en imaginación social”, recuerda Pablo al tiempo que concreta que “se habla de espectro porque hay muchos grados” y formas de manifestarse. Estos trastornos, además, suelen estar asociados a otros problemas como trauma complejo, depresión, ansiedad, trastorno del sueño, problemas gastrointestinales, desregulación emocional, hipersensibilidad sensorial, trastorno de conducta o epilepsia, “que merman la calidad de vida de estas personas”.

Intercambio de experiencias

A las formaciones le sigue un periodo de intercambio de experiencias, que aunque no ha comenzado de forma oficial, ya ha permitido abrir canales de diálogo entre los centros que participan: “En la formación que hemos hecho todos los equipos directivos hemos empezado a hablar sobre el trabajo técnico diario. Intercambiar experiencias con los otros colegios ha mejorado la calidad docente”, explica el director del centro. 

Uno de los casos que se solventaron gracias a la comunicación entre centros fue el de uno de los alumnos con autismo del Alejandro Valverde, que tras las vacaciones de navidad comenzó a llorar y a inquietarse en clase: “Nos dimos cabezazos. Bajábamos las persianas, revisamos las luces, abordamos los colores del aula”, recuerda Martínez Gilabert. “Al final, hablando con los compañeros de otros centros, llegamos a la conclusión de que el profesor se había cambiado de colonia por una que su mujer le había regalado para Reyes”.

Una vez termine el programa, el centro será etiquetado como de referencia en compromiso con el autismo, una etiqueta que “va a permitir que familias que están un poco desubicadas, que no saben dónde escolarizar a su hijo autista por primera vez, sepa a dónde acudir”, explica el director del centro.

“No todo el mundo sabe cómo abordar el autismo”, sigue el director general de Atención a la Diversidad, Pedro Mondéjar Mateo, aunque en los tres colegios seleccionados este curso para Compromiso Autismo ya tenían mucha labor adelantada “y una gran sensibilidad en la inclusión educativa”.

Pioneros en integración

El colegio seleccionado para el programa en Mula lleva ya cuatro décadas en el camino de la integración. En 1985, dos años antes de que cambiase la Ley educativa, Florentino Bayona, el director que había por aquel entonces y que da nombre al centro “decidió romper el aula que había para niños con discapacidad cognitiva e integrarlos en el resto de las aulas con niños de su edad; entonces obtuvo el apoyo del profesorado y ese se ha convertido en el ADN de esta escuela porque tenemos un colectivo de personal muy sensibilizado y generoso, que ayuda y se compromete”, cuenta orgullosa en su despacho la directora del centro, Maxi Saavedra.

En el año 87 “fue cuando se empezó a hablar de integración educativa y atención a la diversidad, el lema era ‘todos iguales, todos diferentes’, y ahora estamos dando ya pasos para alcanzar la inclusión, que implica dar a cada uno lo que necesita en el entorno de aprendizaje”, continúa la directora. La clave actual, “es hacer que todo el mundo pueda comprender las ideas y expresar las suyas”. Su colegio es uno de los seleccionados por la Consejería para instalar paneles de señalización con pictogramas y mejorar la accesibilidad cognitiva de los alumnos.

En el Florentino Bayona hay tres aulas abiertas, con oferta educativa para alumnado con necesidades especiales de Infantil y Primaria, pero también para alumnado de tercer ciclo de Primaria y Secundaria y que no cubren los institutos del municipio: “Las aulas abiertas son algo muy singular de la Región de Murcia y es muy positivo porque permite que los niños que tendrían que estar en centros específicos puedan permanecer en su entorno social, con una atención especializada en aspectos imprescindibles para ellos”, da cuenta Maxi Saavedra.

El programa Compromiso Autismo “ha sido un privilegio, y aunque ya teníamos una forma de mirar diferente, te ayuda a completarlo más todavía, haciendo equipo con las familias y extrapolándolo a toda la comunidad educativa”.

Involucrar a toda la sociedad

La meta, ahora, “es poder implicar al resto del municipio, involucrar a los equipos de orientación, de estimulación temprana, a las enfermeras escolares, al coordinador de actividades extraescolares, o al Ayuntamiento” para que los niños con necesidades específicas tengan más facilidades a la hora de incorporarse a la vida cotidiana en otros escenarios.

El compromiso de Gmp es la financiación al cien por cien de la formación -este curso ha aportado 18.000 euros a la Región-, y los centros educativos tienen que comprometerse en la implicación de al menos el 80% del personal. La formación es “muy personalizada y la idea es terminar elaborando un Plan de accesibilidad cognitiva para cada centro”, insiste el director de la fundación.

Desde que arrancó 2019 han formado a 1.330 personas de 15 centros escolares. “Y hemos recibido varios reconocimientos nacionales e internacionales por estas acciones”. El próximo mes, señala, “Astrade nos va a premiar en el Día Internacional del Autismo”.

Para aquellos centros en los que la adhesión al programa no puede ser tan amplio pero hay personal interesado en realizar la formación, “tenemos un curso online con una formación integral gratuita de 35 horas que ya han realizado 25.000 personas desde que se puso en marcha hace dos años” junto a Autismo España.

“Hemos avanzado mucho hacia un modelo más inclusivo y sensibilizado, pero queda mucho por hacer todavía”, considera José Francisco. “Cuando los padres con hijos con TEA dejan a los niños en el colegio hacen un auténtico acto de fe, y deberían poder dejarles con la tranquilidad de que van a estar atendidos adecuadamente en cualquier situación”.