El economista Nouriel Roubini ha pasado a la historia por haber anticipado el crediticio de 2008. Desde entonces, se ha granjeado el apodo casi universal de por sus sombrías advertencias. Entonces, las hipotecas fueron el epicentro de la crisis. Ahora, el origen podría volver a localizarse en suelo estadounidense, aunque en esta ocasión, a cuenta de una deuda que acumulaba 36,56 billones de dólares a finales de 2024, el 124% de un PIB valorado en 30,3 billones por el FMI a precios oficiales del mercado.