La Escuela de los Pueblos: cómo formar promotores de vida a través del trabajo en comunidad en la España olvidada

El proyecto de Memoria Viva de los Pueblos quiere convertir una antigua casa solariega del siglo XVI en un espacio sociocultural destinado a las comunidades en Las Merindades, en la provincia de Burgos

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Sin educación, no hay futuro. Esta es la premisa básica de la que surge la Escuela de los Pueblos ‘Josefa Martín Luengo’, un proyecto para formar promotores de vida a través del movimiento social rural en el corazón de las Merindades, una comarca burgalesa de la llamada España vaciada, que más bien es la España olvidada. Recordar el pasado mirando hacia el futuro, para construir una nueva realidad que fortalezca los lazos entre el espacio urbano y el rural.

Este proyecto es obra del Colectivo Memoria Viva de los Pueblos, que lleva años trabajando en esta dirección, con el apoyo de la Revista Soberanía AlimentariaBiela y Tierra y la Universidad Rural del Cerrato. El objetivo es transmitir los saberes, los oficios, para contribuir a la revitalización y la defensa de las zonas rurales para dotar de nuevas oportunidades a los pueblos. Pero también busca respaldar el respeto urbano hacia lo rural, que ambas partes se conozcan y puedan sobrevivir.

Este colectivo lo tiene claro, se ha perdido la transmisión de los oficios propios y los saberes rurales. Lo explica Pablo Simón, uno de sus impulsores, en una charla distendida con elDiario.es sobre este proyecto. “Queremos volver a las relaciones campesinas, poner a las comunidades en el centro del territorio y las personas”, relata Pablo, que recuerda que llevan varios años con este modelo de trabajo, que ahora adquiere un espacio físico “muy necesario en los pueblos”.

La Escuela de los Pueblos ‘Josefa Martín Luengo’ será una realidad en Quecedo de Valdivielso, un municipio burgalés ubicado en la comarca de Las Merindades. El colectivo va a transformar las ruinas de una antigua casa solariega del siglo XVI en un espacio sociocultural destinado a las comunidades. Un lugar físico en el que poder realizar formaciones, talleres, actividades culturales y encuentros sociales. “La escuela es el espacio de encuentro para formar a quienes quieran habitar estos territorios, defenderlos y vivir en comunidad”, explica Pablo.

Un espacio “imprescindible” para los pueblos

La nueva escuela física será un lugar de formación y reflexión, para entender movimientos sociales, económicos y políticos; pero también para aprender sobre oficios tradicionales como la carpintería, cerámica o herrería; o de técnicas como agroecología, fruticultura, ganadería extensiva o gestión forestal. También abordarán la vida en comunidad, la salud comunitaria o la comunicación social.


Imagen de cómo será el proyecto final con la zona exterior a la escuela

La escuela tendrá diferentes espacios, una zona dedicada a la promoción de la cultura o para eventos sociales, aulas, talleres y dormitorios para los estudiantes. Cuenta con diferentes fases constructivas, desde el arreglo y desescombro de la finca hasta la propia construcción del edificio. Todos los detalles de la evolución del proyecto, que tienen previsto finalizar en seis u ocho años, se pueden consultar en el goteo de Escuela de los Pueblos.

Pero la escuela va más allá del propio edificio. “No queremos construir solo una escuela, queremos crear un movimiento”, cuenta Pablo, que explica también que en la construcción de esta nueva instalación está también parte de su proyecto comunitario. A través de campos de trabajo, Memoria Viva de los Pueblos irá poniendo cada piedra, cada madera, para ir creando su espacio soñado. Un trabajo en comunidad con el que quieren “construir vínculos y formar personas”.

Reconocen también que algún trabajo lo tendrá que hacer empresas contratadas, pero que intentarán que todos los procesos de construcción que sean posibles sean a través del trabajo de sus manos. “El trabajo comunitario es un pilar fundamental en el que basamos nuestras relaciones y como proceso de aprendizaje”, señala Pablo. Carpintería, cantería, albañilería, serán algunos de los oficios que tendrán que realizar para erigir la nueva escuela, utilizando este proceso como formación.

Pablo insiste en que “la escuela ya existe”, pero que este proyecto nace de la necesidad de tener un espacio físico en los pueblos, para poder llevar a cabo campos de trabajo más duraderos, recibiendo a gente que quiera formarse y vivir en un ámbito rural. Por el momento, llevan a cabo experiencias de varios días, pero aspiran a que sean periodos de meses, en los que convivan en comunidad, formando grupos, dividendo tareas y creando una conciencia social colectiva.

Un proyecto que nace de los vecinos

La Escuela de los Pueblos surge de los propios vecinos del valle y la comarca. Un trabajo de muchos años en comunidad y asociación para combatir el abandono de esta zona, para tener un territorio vivo que se muera. “Llevamos años trabajando con gente de estos territorios, luchando por proyectos que mantengan la vida y es muy importante tener este tipo de espacio de reflexión”, comenta Pablo.


Trabajos que han realizado para la nueva escuela

La escuela, por ello, ya funciona, ya tiene vida propia y se ha creado durante todo este proceso previo y la construcción futura que hay por delante. “Aspiramos a que sea autónoma, para poder estudiar filosofía, historia, economía, comunicación y todos los oficios y técnicas propias de lo rural”, explica Pablo, en su imaginario de cómo será la Escuela de los Pueblos. La escuela será un espacio de encuentro, de formación y de vivencias en comunidad.

Sin embargo, hay un aspecto que desde Memoria Viva de los Pueblos tienen claro que es una dificultad: el económico. Por el momento llevan recaudado más de 26.000 euros, en un primer objetivo de 35.000 euros que sería lo mínimo para llevar a cabo las primeras fases constructivas. La aspiración es poder recaudar 90.000 euros, una cantidad “óptima” para la renovación del edificio y su parcela.

Pablo explica que las instituciones no les “miran” ni “escuchan”, no les creen “beneficiosos” para los territorios. Pero aspiran “a llegar a alguna institución” que quieran ayudarles con este reto demográfico, y apuntan al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Insiste en que los esfuerzos humanos y económicos los hacen organizaciones sociales como la suya, con este tipo de proyectos que tienen mucha carga burocrática escondida para poder realizar todas las obras.

“La única manera que tenemos es avivar a la opinión pública de la sociedad civil para que nos ayuden”, cuenta Pablo. La Escuela de los Pueblos está realizando diferentes campañas y actos para darse a conocer, apareciendo también en medios de comunicación y programas como ‘La Revuelta’, donde mostraron algo del saber popular que quieren seguir compartiendo.