Los dos líderes conversan durante hora y media, pero el presidente de EEUU no logra que su homólogo ruso acceda a un alto el fue total de 30 días pactado por EEUU con Volodímir Zelenski
Trump y Putin pactan 30 días sin ataques a objetivos energéticos e infraestructuras en Ucrania
Una de las primeras decisiones de Donald Trump al frente de la Casa Blanca fue cortejar al presidente ruso. En apenas unas semanas, cambió las históricas relaciones transatlánticas y el permanente respaldo a Ucrania por una entente con Vladímir Putin. Eso ha supuesto que no haya negociaciones tripartitas, que no esté Europa en ninguna mesa de diálogo y que Trump llegue a abroncar a Volodímir Zelenski, a quien comparó con un dictador, en el mismísimo Despacho Oval.
Trump y Putin han mantenido este martes una segunda conversación telefónica desde que el presidente de EEUU asumiera el cargo, el pasado 20 de enero. En esta conversación, de 90 minutos, se han cerrado unos compromisos mucho menos ambiciosos de los pactados entre EEUU y el presidente de Ucrania, en los que se hablaba de un alto el fuego generalizado durante 30 días.
Pero este martes el acuerdo ha quedado en no atacar, durante 30 días, objetivos energéticos e infraestructuras, mientras se puede seguir bombardeando todo lo demás.
Un ejemplo más del deshielo entre ambos países ha tenido lugar este martes por la noche ante la embajada estadounidense en Moscú. Operarios han retirado las letras ZVO, las siglas de Za pobedu, sila V pravde, Otvajnie (“por la victoria, la fuerza es en la verdad, valientes”), que el Kremlin había hecho instalar a las puertas del edificio diplomático en noviembre de 2023.
Zelenski, a la espera de hablar con Trump
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha mostrado cauteloso: “Creo que sería correcto tener una conversación con el presidente Trump para conocer en detalle lo que han ofrecido los rusos a los americanos y lo que los americanos han ofrecido a los rusos”.
Ucrania aceptó hace una semana una tregua total por un período de 30 días propuesta por EEUU que Rusia ha rebajado a un alto el fuego limitado a los ataques al sector energético y a las infraestructuras que podría extenderse después a las hostilidades en el mar Negro.
Además, Zelenski afirmó que esta posición rusa demuestra que Moscú “no está preparada para poner fin a la guerra”, y pronosticó que el Kremlin exigirá condiciones adicionales para no bajar las armas.
En una rueda de prensa virtual organizada tras la llamada entre Trump y Putin, Zelenski afirmó a los periodistas que Rusia había lanzado más de 1.300 bombas guiadas, ocho misiles y casi 600 drones de ataque de largo alcance contra Ucrania desde las conversaciones en Arabia Saudí.
Según el presidente ucraniano, la idea de un alto el fuego sobre la infraestructura energética salió durante las conversaciones con EEUU: “Fue parte de nuestra propuesta sobre la tregua para el cielo y el mar, teniendo en cuenta la mediación de la parte estadounidense y que sean los garantes de la implementación de este alto el fuego”.
Zelenski también dijo a los periodistas que esperaba que los aliados de Kiev no recortaran la asistencia militar, vital para Ucrania: “Estamos en comunicación constante. Estoy seguro de que no habrá abandono por parte de nuestros socios y que la ayuda continuará”.
Putin ha insistido en que cualquier resolución del conflicto requeriría el fin de toda la ayuda militar y de inteligencia a Ucrania, así como acabar con la campaña para reclutar civiles en las fuerzas armadas ucranianas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha pronunciado sobre esa llamada telefónica antes de que acabara y ha pedido a Rusia que acepte el “alto el fuego sin condiciones previas”. Lo ha hecho en declaraciones a los periodistas junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, que ha reconocido que “ve difícil confiar en Rusia”, informa Irene Castro.
Vaguedad de la Casa Blanca
En contraste con el largo y detallado comunicado del Kremlin sobre la llamada telefónica y sus exigencias en las negociaciones, la Casa Blanca ha emitido un texto de 227 palabras, estructurado en cuatro párrafos de pompa y circunstancia. Washington habla más de un futuro vago que del presente concreto para evitar referirse a un acuerdo mínimo en el que Putin ha accedido a dejar de bombardear las centrales eléctricas ucranianas cuando el invierno ya está terminando. Lo que sí queda claro en el texto es la voluntad de Washington de acercarse a Moscú.
Para concluir el comunicado, EEUU anuncia su intención de mejorar la relación bilateral con Rusia, la cual la Casa Blanca considera que “tiene un gran potencial”. “Esto incluye enormes acuerdos económicos y estabilidad geopolítica cuando se haya logrado la paz”, finaliza el comunicado. Atrás queda la amenaza de Trump de aplicar nuevas sanciones y amplios aranceles a Rusia “hasta que se llegue a un alto el fuego y un acuerdo de paz definitivo”. El lunes no descartaba aplicar estas sanciones si la llamada no salía bien, pero, por el tono del mensaje, parece que no habrá ninguna acción en esta línea.
Trump siempre se ha jactado de ser un deal-maker (hacedor de acuerdos), aunque puede que el negocio que le ocupe en este caso no sea tanto el alto el fuego como lo que vendrá después. El presidente ya había solicitado al Departamento de Estado y al Tesoro que elaboraran una lista de sanciones a Rusia susceptibles de ser eliminadas.
La semana pasada, el magnate también anunció durante su encuentro con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que compraría 48 nuevos rompehielos con el objetivo de explorar las rutas del Ártico. La región del Polo Norte empieza a ser más navegable gracias al deshielo provocado por el cambio climático y, como Trump le explicó a Rutte, “las rutas son muy directas hacia Asia y hacia Rusia” por esta vía.
Poco después de que la Casa Blanca emitiera el comunicado, Trump también celebró el encuentro en Truth Social. Como ha repetido desde la campaña electoral, el presidente volvió a afirmar que la guerra no habría comenzado si él estuviera en el poder. “¡Este proceso ya está en pleno funcionamiento y, con suerte, por el bien de la humanidad, conseguiremos hacer el trabajo!”, escribió sobre el acuerdo mínimo.
Después de la bronca de Trump a Zelenski en el Despacho Oval y el corte del suministro militar e inteligencia estadounidense a Kiev, Ucrania ha aceptado apoyar el alto el fuego de 30 días propuesto por EEUU.
Mientras el foco está ahora en Rusia, queda por ver cómo se resuelve el acuerdo sobre las tierras raras ucranianas. Después de que Zelenski abandonara la Casa Blanca sin firmar el documento, Kiev se ha mostrado dispuesta a hacerlo en los términos que convengan a Trump, dando por perdido el compromiso de EEUU de garantizar la seguridad de Ucrania una vez se firme el alto el fuego.
Acuerdo de mínimos
Putin, así, gana tiempo y se compromete a un acuerdo de mínimos con Trump. El Kremlin especifica que la propuesta del cese en los ataques a infraestructuras energéticas ha sido iniciativa del presidente norteamericano y que Putin ha accedido y ya ha dado órdenes a sus generales para que frenen los bombardeos. Sin embargo, el Kremlin no cede ni un milímetro en sus objeciones al alto el fuego de 30 días. De este modo el líder ruso mantiene su disposición al diálogo frente a Trump a la vez que se niega acabar con los combates de forma temporal.
El Kremlin insiste en las objeciones que planteó en rueda de prensa Putin el jueves pasado: la necesidad de establecer “un control efectivo” en la línea de combate, de frenar “la movilización forzosa” en Ucrania y “el rearme” de las fuerzas ucranianas, y la imposibilidad de castigar los supuestos “crímenes terroristas bárbaros” perpetrados por soldados ucranianos en la región de Kursk. Por eso pide que Occidente deje de proporcionar a Kiev ayuda militar e información de inteligencia.
Tampoco cede Rusia en sus demandas maximalistas. No es casual que una de las primeras frases del comunicado del Kremlin sea “hay que tener en cuenta la necesidad absoluta de eliminar las causas fundamentales de la crisis y los intereses legítimos de Rusia en el ámbito de la seguridad”. Según el gobierno ruso, el conflicto se debería resolver de manera “integral, sostenible y a largo plazo”.
Asimismo, el comunicado se extiende a la hora de reafirmar su compromiso con la paz. Agradece al presidente norteamericano “su deseo de ayudar a alcanzar el noble objetivo de acabar con las hostilidades y las pérdidas humanas” y vuelve a emplear la palabra “socios” para describir a los Estados Unidos.
El entorno de Putin ha recibido exultante el resultado de la llamada. El director del fondo soberano ruso, Kirill Dmitriev, miembro también del equipo negociador, ha calificado la conversación de “perfecta” y ha asegurado que “el mundo es un lugar más seguro hoy” gracias al liderazgo de ambos presidentes. Antes, Dmitriev también había propuesto a Elon Musk organizar conjuntamente una misión rusoamericana en Marte en 2029. “Nuestras mentes y tecnologías tendrían que servir a la gloria de la humanidad, no a su destrucción”, ha escrito en X.