Abraham y Jafudà Cresques dibujaron a finales del siglo XIV un mapamundi fundamental para las expediciones oceánicos. Tras el asalto de la judería de Palma, la familia se convirtió al cristianismo y cerró su taller: fue el ocaso de la Escuela cartográfica mallorquina
La ‘gentrificación’ hace desaparecer pueblos desde el siglo XIV: qué fue de Santa Maria de la Torre o Guinyent
Cresques Abraham y Jafudà Cresques tenían dos ventanas para mirar el mundo sin salir de la ciudad amurallada en la que vivían. Una, tras las paredes de su casa, situada en el barrio de los judíos. Padre e hijo disponían de una biblioteca que condensaba el conocimiento de muchos siglos. Mitos, religión, filosofía, astronomía, botánica, geografías. Fe y ciencias, datos para iluminar lo desconocido. Aunque no pudieran comprobarlo, y su credo, el judaísmo, dijera, literalmente, lo contrario, se fiaban de Aristóteles y Ptolomeo e intuían que la Tierra no era plana. La otra ventana era el puerto.