El Gobierno local de Pol (Lugo) compra una tienda de alimentación al jubilarse su propietario, mientras que el vecino municipio de Ribeira de Piquín abrirá una gasolinera a través de su fundación
Hemeroteca – Paradojas de la Galicia estancada: población estable desde hace medio siglo, natalidad a la baja, brecha litoral-interior
El municipio lucense de Pol tiene unos 1.500 habitantes y el de Ribeira de Piquín ronda los 500. Situados en la comarca de Meira, al noreste de la capital provincial, forman parte de la Galicia rural que lleva décadas viendo menguar su población. Dentro de las iniciativas para frenar la pérdida de servicios básicos, los dos gobiernos locales han optado por una especie de municipalización de negocios privados para evitar que cierren o permanezcan abandonados y sin actividad. En el primer caso, el Ayuntamiento ha comprado un supermercado a punto de bajar la persiana por jubilación; en el segundo, el alcalde ha anunciado que la gasolinera, que lleva más de una década en desuso, va a ser gestionada con medios públicos. La iniciativa se suma a otras ya en marcha para explotar una piscifactoría, una plantación de kiwis y una granja de cerdos de raza celta.