La revolución que trae consigo esta tecnología genera desconfianza en la población española y más del 90% pide que sea regulada
Los Angeles Times alerta de los peligros de la Inteligencia artificial y su herramienta de IA no tarda en rebatirlo
Hay interés y optimismo, pero los sentimientos como la incertidumbre, la preocupación o incluso el miedo los superan. Son los resultados de un nuevo barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que revela que la sociedad española ha recibido con escepticismo la revolución de la inteligencia artificial es predominantemente, con amplios porcentajes de la población a los que incomodaría su aplicación en aspectos sensibles y relacionando su expansión con la desigualdad y consecuencias negativas en el mercado de trabajo.
Uno de los aspectos más evidentes del informe es la relación de sentimientos que provoca la IA. La “incertidumbre” es el más citado por los encuestados (76%), seguido por la “preocupación” (69%). A cierta distancia aparece el “interés” (56%) y el “miedo” (51%), mientras que solo un cuarto cita el “optimismo”. Estos resultados contrastan con las sensaciones que produce la tecnología en general, identificada predominantemente con los valores de “progreso”.
Preguntados sobre efectos concretos de la IA, la mayoría se muestra muy de acuerdo o bastante de acuerdo en cuestiones como si puede “ser utilizada para difundir información errónea y bulos” (87%); “facilitar cometer delitos o actos ilegales” (81%) o “provocar mayor desigualdad global” (72,2%). En esta línea, también obtienen amplias mayorías las opiniones a favor de la regulación de la inteligencia artificial, tanto de la tecnología en sí (93%) como su programación y entrenamiento (92%), así como de obligar a las empresas a informar cuando usen esta tecnología en lugar de seres humanos (93%).
En este momento la regulación de la IA ya ha sido abordada en la UE, donde en 2024 se aprobó un reglamento sobre su uso que es de aplicación directa en los países miembros. No obstante, en España el Gobierno ha presentado iniciativas para abundar en la legislación específica sobre este tema, creando además la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial, que ha echado a andar recientemente en A Coruña. Preguntados sobre esta cuestión, un 56% de los encuestados reconoce que no había oído hablar sobre la aprobación del reglamento europeo en la materia.
Aplicaciones con más beneficios que perjuicios
El estudio también arroja una serie de visiones positivas, como varias aplicaciones en las que los españoles creen que la inteligencia artificial traerá más beneficios que perjuicios. Son la medicina y la salud (66%), la industria (62%) o la agricultura (52%). Por contra, hay áreas como las del mercado de trabajo (56%) o la creación o el arte (49%) donde la mayoría prevé que los efectos de la llegada de esta tecnología termine siendo más perjudicial que beneficioso.
En este sentido, el barómetro también incluye una pregunta concreta sobre aspectos en los que podría implantarse la IA en función de sus avances actuales y el grado de comodidad o incomodidad que generaría. Son “viajar en un coche autónomo”, “someterse a una operación médica realizada por un robot” y “hablar con una inteligencia artificial, por ejemplo, un servicio de información o de atención al cliente”. En todas ellas, la incomodidad sería el sentimiento predominante.
La puntuación más repetida en las tres opciones es, de hecho, el grado “totalmente incómodo” (1 en la escala del 1 al 10, en la que 10 es “totalmente cómodo”), con entre el 30% y el 36% de los encuestados colocándose en este rango. En general, lo más incómodo para los españoles sería viajar a bordo de un coche autónomo, que obtiene una media de un 3,9, con hablar con una IA y ser operado por un robot recibiendo puntuaciones parecidas (4,3), ambas por debajo del aprobado.