El Pleno deja solo a Vox en su enmienda a la totalidad contra la ley del Gobierno que busca regular la actividad de los grupos de interés
Hemeroteca – El impás político deja en el limbo una web para difundir la actividad de la Oficina de Conflictos de Intereses
El Congreso empezará a tramitar la ley del Gobierno que busca regular los grupos de interés. La mayoría de la investidura con la abstención del PP ha tumbado este martes la enmienda a la totalidad presentada por Vox al texto, que aprueba su primer trámite e iniciará su camino parlamentario después de su aprobación en el Consejo de Ministros. Es el segundo intento del Ejecutivo de Pedro Sánchez en regular la actividad de los lobbies después de que el proyecto que presentaron en la legislatura pasada decayera con la convocatoria electoral. La enmienda ha sido recahazada con 177 votos, la abstención del PP y los 33 votos a favor de la extrema derecha.
Una de las principales novedades de esta ley pasa por la limitación de algunas de las llamadas puetas giratorias, el paso de miembros del Gobierno, generalmente altos cargos, a puestos directivos o Consejos de Administración de importantes empresas. El proyecto del Gobierno plantea que estas personas no puedan realizar actividades de lobby en la empresa privada sobre materias relacionadas con sus tareas en la administración. Esa prohibición tendrá vigencia hasta pasados dos años desde que abandonen sus puestos.
“Define qué es un grupo de interés. Explica cuáles son sus actividades de influencia. Delimita el personal público susceptible de recibir dicha información. Crea un registro público y obligatorio, como ya existe en Estados Unidos o en Europa, de los lobbies cuya gestión corresponderá a la Oficina de Conflicto de Intereses. Establece un código de conducta para los grupos de interés en su relación con los altos cargos y con el personal público. Incorpora la huella legislativa que regula la publicidad de los lobbies y sus aportaciones realizadas durante el proceso de elaboración de las normas. Y fija un régimen sancionador aplicable en caso de incumplimiento de la ley”, ha repasado el ministro de Función Pública, Óscar López, que ha subido a la tribuna a defender la ley.
Por primera vez, España tendrá un registro de este tipo de grupos de presión. Quedarán fuera de esa lista las propias administraciones públicas, tanto nacionales como internacionales. Tampoco estarán los organismos internacionales públicos como la ONU o Unicef ni los partidos políticos, las organizaciones empresariales o los sindicatos “en el ejercicio de sus funciones constitucionales”.
Los grupos de presión tendrán que firmar un código de buenas prácticas para poder figurar en el registro que se va a crear cuando esta ley entre en funcionamiento. Su incumplimiento puede acarrear sanciones que, en el peor de los casos, puede redundar en una exclusión de la lista durante tres años. Si no figuran en la lista, los lobbies no podrán reunirse con representantes públicos y de la Administración.
“Esta ley da forma por fin a la participación de los lobbies en política. No aprobar esta norma significaría permanecer en el pasado. Estados Unidos y la Unión Europea ya han regulado desde hace tiempo los grupos de interés”, ha añadido en clave más política el ministro, que ha protagonizado un duro enfrentamiento con Vox durante el debate. “Sencillamente no son un lobby, son un caballo de Troya contra los valores europeos”, le ha dicho a la formación de extrema derecha.
El diputado de Vox José María Sánchez ha contestado a las menciones con una retahíla de insultos. López le ha pedido con gestos desde su escaño que calmase su lenguaje exaltado. “Sí, no pida calma, usted es muy irritante. El que tiene que calmarse es usted, deseablemente en una consulta médica”, le ha dicho antes de abandonar la tribuna. Aunque no se ha prodigado en la defensa de la enmienda a la totalidad y sí en las acusaciones de corrupción al Gobierno, ha criticado que la ley no incluya entre los grupos de presión a “partidos políticos, sindicatos” y empresas, siguiendo su tradicional cruzada contra las organizaciones de trabajadores.
También ha reprochado la creación de una oficina de intereses dependiente de la administración “con capacidad sancionatoria”.
Los socios defienden regular los lobbies pero enmendarán el texto
La mayoría de la investidura ha tumbado la enmienda a la totalidad de Vox en aras de que el texto continúe su camino parlamentario, aunque la mayoría han presentado objeciones a la ley del Gobierno que esperan subsanar en el trámite de enmiendas. “No podemos votar a favor de la enmienda a la totalidad porque va en conta del sentido de los tiempos, quizás lo que añoran es una democracia orgánica como la de Franco”, ha ironizado el diputado de ERC Francesc-Marc Álvaro. “Aprobemos la ley, seamos eficientes pero no nos hagamos trampas, que no parezca que apobramos esto para ser más cercanos a la ciudadanía y hacer lo de siempre. En esa trampa no van a encontrar el grupo republicano”, ha dicho.
El diputado del PNV Mikel Legarda ha mostrado algunas pegas con el texto por ejemplo sobre el código de conducta que desarrolla la ley aunque en general ha considerado “insuficientes” todas las razones esgrimidas por Vox para plantear su enmienda a la totalidad. “Si el grupo proponente hubiera leído los informes del anteproyecto, habría encontrado argumentos más sólidos y no argumentos tan endebles, inconsistentes e inconvenientes”, ha reprochado Legarda.
Tanto Podemos como el BNG han anunciado que presentarán enmiendas durante la tramitación. El portavoz de los nacionalistas gallegos, Néstor Rego, ha cargado contra el texto por “legalizar la intervención de los lobbies” y dar forma a su participación en política como ha señalado el ministro. “Los lobbies no deben participar nunca en política”, ha señalado para advertir al Gobierno que o hacen cambios o no podrán contar con su apoyo en las próximas instancias del debate en el Congreso.