Los mensajes compartidos inadvertidamente con el periodista de ‘The Atlantic’ dejan al descubierto la verdad sobre lo que Vance y Hegseth piensan de los aliados europeos
Un periodista fue añadido por error a un chat de la Casa Blanca para planificar bombardeos en Yemen
Si Europa necesitaba algún otro aviso, la asombrosa filtración de las conversaciones de J.D. Vance y otros altos cargos de la Administración Trump sobre un ataque contra los hutíes de Yemen es la última señal de que el viejo continente está en el punto de mira.
El periodista Jeffrey Goldberg, de The Atlantic, fue invitado a formar parte de un chat con altos cargos de la Administración Trump en la aplicación de mensajería cifrada Signal, desde donde asistió en primera fila a la planificación del ataque contra los hutíes.
La impresionante filtración ha desatado la ira contra el Partido Republicano, el mismo que pedía una investigación penal contra Hillary Clinton, entre otras personas, por la ligereza con que manejaban información confidencial.
Cuestionando a Trump
A primera vista, el ataque contra los hutíes estaba mucho más relacionado con las medidas de la Administración Trump para proteger el comercio marítimo y contener a Irán que con la preocupación de que Europa esté aprovechándose del gasto en defensa de EEUU y de su poderío militar.
Pero Vance parecía decidido a insistir en ese ángulo para justificar un retraso del ataque contra los hutíes.
“Creo que estamos cometiendo un error”, escribió Vance argumentando que solo un 3% del comercio estadounidense pasa por el canal de Suez, frente a un 40% del europeo. “El riesgo de que la opinión pública no entienda esto, o la necesidad de hacerlo, es real”, añadió. “La razón más fuerte para hacer esto es, como dijo [Trump], enviar un mensaje”.
Vance sostenía que Estados Unidos estaba haciéndole los deberes a Europa una vez más, un argumento coherente con sus declaraciones anteriores de que EEUU está pagando demasiado por la seguridad europea. También, con su actitud de desprecio hacia los aliados europeos cuando los describió como “cualquier país que no haya librado una guerra en 30 o 40 años” refiriéndose, casi con toda seguridad, a Reino Unido y a Francia, dos países que combatieron en Afganistán (Reino Unido también luchó junto a Estados Unidos en Irak).
Según el artículo que Goldberg escribió en The Atlantic, cuando alguien llamado Michael Waltz lo invitó a formar parte del chat de Signal no pensó en el auténtico asesor de Seguridad Nacional de Trump, sino en alguien que estaba haciéndose pasar por él. Fue esta conversación sobre políticas la que lo convenció de estar leyendo mensajes del verdadero Michael Waltz y J.D. Vance; además del secretario de Defensa, Pete Hegseth; y del asesor principal de Trump, Stephen Miller.
A continuación, el vicepresidente de EEUU fue un paso más allá al admitir tácitamente que entre su política exterior y la de Trump había una diferencia. Fue cuando dijo que el ataque a los hutíes iba contra la política del presidente para Europa, liderada por Vance con sus comentarios euroescépticos en Fox News y con su divisivo discurso de la Conferencia de Seguridad de Múnich, durante el que acusó a los líderes europeos de alejarse de sus propios votantes.
“No estoy seguro de que el presidente sea consciente de lo incoherente que esto es ahora mismo con su mensaje sobre Europa”, escribió Vance en el grupo de Signal. “Existe otro riesgo y es que veamos un repunte en los precios del petróleo que podría ir de moderado a grave. Estoy dispuesto a guardarme estas preocupaciones para mí y a apoyar el consenso del equipo. Pero el argumento para retrasar esto un mes tiene su fuerza, y hacer todo el trabajo de mandar el mensaje explicando por qué esto es importante, teniendo en cuenta la marcha de la economía, etc”.
Las personas designadas durante la conversación reflejan la creciente influencia de Vance en los círculos de política exterior. El vicepresidente nombró como su representante a Andy Baker, que ayudó a dirigir el equipo de transición en el Pentágono y es su asesor de Seguridad Nacional. Hegseth nombró a Dan Caldwell, uno de los principales defensores de la “moderación” en el ejercicio del poder exterior de EEUU para proteger a Europa y oponerse a rivales como Rusia, un indicador de la llegada del equipo Vance a las altas esferas del Pentágono.
Más enemistado con Europa
En el fondo del desacuerdo había una falta de coincidencia entre las opiniones de Vance sobre política exterior y las de Trump. En líneas generales, Trump ve el mundo como un lugar para hacer transacciones y los optimistas de Europa creen que el presidente de EEUU podría lograr un resultado positivo si logra que los países europeos aumenten sus presupuestos en defensa.
Pero Vance parece mucho más enemistado y firme en sus principios en su antipatía a la alianza transatlántica. Su ataque contra varios líderes europeos ha sido por respaldar valores que, según él, no se alineaban con los de EEUU.
Esto convierte a Vance en una preocupación incluso mayor para Europa. La responsable de la política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, ha acusado a Vance de “intentar buscar pelea” con sus aliados europeos. Un diplomático europeo dijo que Vance era “muy peligroso para Europa, quizás el más peligroso de la Administración”. Otro diplomático dijo que el vicepresidente está “obsesionado” con abrir una brecha entre Europa y Estados Unidos.
En el chat de Signal, algunos intentaron convencer a Vance con prudencia. Hegseth dijo que el ataque fomentaría valores estadounidenses “fundamentales” como la libertad de navegación y serviría como elemento disuasorio. Pero también dijo que los ataques podrían posponerse, si así se decidía.
“Tendrá que ser Estados Unidos quien reabra estas rutas marítimas”, dijo Waltz, un tradicionalista de la política exterior que aun así mostró su acuerdo con la posibilidad de que la Administración Trump “calcularas los costes asociados y se los cobrara a los europeos”.
“Si creen que tenemos que hacerlo, adelante; pero detesto la idea de tener que rescatar a Europa otra vez”, respondió Vance.
“Comparto plenamente tu aversión por el gorroneo de Europa. Es PATÉTICO”, escribió Hegseth, antes de añadir: “Somos los únicos en el planeta (a este lado de la balanza) que tenemos la capacidad de hacerlo.”
Miller, el confidente de Trump, puso fin a la conversación diciendo que el presidente había sido claro. “Luz verde, pero pronto explicaremos a Egipto y a Europa lo que esperamos a cambio”, escribió.
La política de la Administración Trump hacia Europa se está poniendo de manifiesto y son pocos los que se pronuncian a favor de la OTAN, o de Europa en general. Steve Witkoff, el enviado especial de Trump para Oriente Medio, habló durante una entrevista a un podcast el fin de semana sobre el potencial de las economías del Golfo como reemplazo de las europeas. “Podría ser mucho más grande que Europa, Europa es disfuncional hoy en día”, dijo.
Tucker Carlson, presentador y también confidente de Trump, coincidió con Witkoff. “Sería bueno para el mundo porque Europa se está muriendo”, dijo.
Traducción de Francisco de Zárate.