Putin plantea condiciones difíciles de cumplir para avanzar en las negociaciones para un alto el fuego en Ucrania

Rusia trata de dilatar las conversaciones con Estados Unidos, al mismo tiempo que pone a prueba cuánto puede presionar Washington a la Unión Europea para levantar sanciones a Rusia

EEUU acuerda con Rusia y Ucrania un alto el fuego en el mar Negro, pero Putin pone condiciones

Vladímir Putin ha vuelto a demostrar que puede conciliar el deseo de su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, de presentar avances en la resolución del conflicto en Ucrania a la vez que dilata las conversaciones y pone obstáculos casi insalvables a cada cesión.

Rusia y Ucrania se han comprometido con Estados Unidos a un alto el fuego en el mar Negro, en una reedición del acuerdo del grano que ya estuvo en vigor entre julio de 2022 y julio de 2023. Ahora bien, como ya hizo tras abrirse a discutir el alto el fuego de 30 días en Ucrania, el Kremlin ha impuesto una serie de condiciones previas que dificultan su cumplimiento.

Para el Gobierno ruso, el alto el fuego solo entrará en vigor después de que se levanten las sanciones al Rosselkhozbank (Banco Agrícola Ruso) y “a las organizaciones financieras implicadas en la garantía de las operaciones de comercio internacional de productos alimenticios y fertilizantes”, que deberían ser reconectados de nuevo al sistema de pagos internacionales SWIFT. También pide que se eliminen las sanciones “a las empresas que producen y exportan alimentos”, y a los “barcos de bandera rusa implicados en el comercio de productos alimenticios”, además del fin de las restricciones al “suministro de maquinaria agrícola a Rusia”.

El incumplimiento de estas condiciones fue lo que argumentó Moscú para romper la tregua en 2023. Las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes no están sancionadas por Occidente, pero sí los métodos de pago o los seguros marítimos, lo cual reduce, según el Kremlin, el beneficio de cualquier acuerdo sobre exportaciones de productos agrícolas a través del mar Negro. 

Dilatar las negociaciones

Las resistencias de Moscú pueden obedecer a varias razones. En primer lugar, a la voluntad de dilatar las conversaciones con Estados Unidos. The Moscow Times revelaba este lunes que el Kremlin dio la directriz a sus negociadores de “discutir cada coma” de los borradores elaborados por EEUU para así dar tiempo a las tropas rusas a ganar más terreno en el campo de batalla. 

Putin no muestra abiertamente una disposición negativa a solucionar el conflicto, lo cual podría molestar a Trump, quien reprochó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, la supuesta falta de voluntad pacífica. Y, al mismo tiempo, somete cualquier progreso a sus objetivos finales. En el caso del alto el fuego parcial, exigía el fin del rearme de Kiev y la discusión de las “causas fundamentales” del conflicto. En el caso de la tregua marítima, intenta conseguir que se levanten un grupo de sanciones. 

De hecho, algunos analistas creen que este movimiento no solo buscaría un beneficio para Rusia, sino debilitar el bloque occidental. Para Janis Kluge, del German Institute for International and Security Affairs, se trata de “un primer examen sobre cuán lejos irán Estados Unidos en su presión a la Unión Europea para levantar sanciones a Rusia”. En una publicación en X, recuerda que “Estados Unidos no puede llevar a cabo [la eliminación de estas medidas] sin la cooperación de la UE”.

La Administración estadounidense se muestra receptiva a las exigencias del Kremlin. En su comunicado, la Casa Blanca alude a algunas de las razones que llevaron al Gobierno ruso a descolgarse del acuerdo del grano de 2023. En el texto ha señalado que EEUU ayudará a “restablecer el acceso” de Moscú a los mercados mundiales para la exportación de productos agrícolas y fertilizantes rusos, “reducirá los costes de los seguros marítimos y mejorará el acceso a los puertos y los sistemas de pago para este tipo de transacciones”, aunque no menciona explícitamente un posible levantamiento de sanciones.

Expertos rusos también señalan la desconfianza hacia Ucrania y sus aliados europeos como un elemento clave a la hora de frenar cualquier avance. Pavel Danilin, director del Centro de Análisis Político, acusa Kiev de haber insistido en Arabia Saudí en la exigencia de tropas de paz de la OTAN en territorio ucraniano, un extremo al cual el Kremlin ya se ha negado en varias ocasiones.

Este martes, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha dicho claramente: “No podemos fiarnos de la palabra de esa persona”, en alusión a Zelenski. El Kremlin ha vuelto a acusar a Ucrania de violar el alto el fuego energético que entró en vigor en 18 de marzo con varios drones lanzados en las últimas 72 horas contra plantas de petróleo y gas en Krasnodar, Crimea y Bélgorod. Según el Ministerio de Defensa ruso, “continuando los ataques diarios sobre la infraestructura energética rusa, Zelenski confirma su incapacidad para negociar y su falta de control”. 

Rusia ha publicado una lista de sitios que deberían estar protegidos en el marco del acuerdo de alto el fuego de 30 días sobre instalaciones energéticas alcanzado con EEUU la semana pasada, que Ucrania también aceptó: refinerías de petróleo, oleoductos y gasoductos, almacenes de gas y petróleo, todas las infraestructuras de producción y transmisión de electricidad, plantas nucleares y presas hidroeléctricas.

También Zelenski ha dicho que no se fía de Rusia. “Mucho, si no todo, dependerá de cómo se comporte Rusia en los próximos días. Si hay alertas [de ataques] aéreas, si vuelve a haber actividad militar en el mar Negro, si Rusia vuelve a manipular y a amenazar, entonces se tendrán que tomar nuevas medidas, específicamente contra Moscú”, ha dicho en un mensaje de Telegram, para advertir a continuación: “La diplomacia debe funcionar. Nosotros, del lado ucraniano, estamos haciendo todo lo posible por lograrlo […] Necesitamos resultados por parte de Rusia. No los creemos. El mundo no los cree. Y deben probar que están listos para poner fin a la guerra y no mentir al mundo, a Trump y a Estados Unidos”.

Un acuerdo asumible para Rusia

Finalmente, existe otra cuestión que apunta el experto militar Vasily Dandykin en el Moskovski Komsomolets: la sospecha de que se aprovecharían los cargueros para rearmar el Ejército ucraniano. Según Dandykin, este fue uno de los problemas que llevó al fracaso de la primera tregua en el mar Negro. “En aquel momento, las embarcaciones que se dirigían a los puertos de Ucrania que transportaban armas al régimen de Kiev no estaban sujetas a inspección”. Por eso, añade: “La falta de un mecanismo de seguimiento e inspección de barcos se podría utilizar contra Rusia, en detrimento de nuestra seguridad”.

Desde el punto de vista militar, para Rusia, se trata de un acuerdo no solo asumible, sino deseable. En los últimos meses, en el mar Negro se ha concentrado un número relativamente pequeño de ataques, en comparación con otros puntos. Además, según el bloguero de guerra ruso Dzhivov Z, “existe una amenaza constante” para la navegación civil rusa. “Atacamos el puerto de Odesa muy pocas veces, la mayor parte de la actividad de drones es ucraniana”, añade. 

A finales de 2023 y principios de 2024, después de que Rusia rompiera la primera iniciativa para garantizar las exportaciones seguras de cereales, su flota sufrió algunas de las derrotas más contundentes de la guerra. Las oleadas de ataques con drones, combinadas con ataques de misiles de crucero suministrados a Ucrania por Reino Unido y Francia, hundieron o dañaron decenas de buques rusos. Eso obligó finalmente a Rusia a retirar la mayor parte de su flota de Sebastopol.

A día de hoy, la estrategia de Putin se mantiene inalterada. El mandatario se abre a un alto el fuego parcial, pero impone sus condiciones; ofrece un alto el fuego unilateral sobre las infraestructuras energéticas sin esperar a pactarlo con Ucrania y acusa a Kiev de incumplirlo; acepta una tregua en el mar Negro, pero exige a cambio el levantamiento de sanciones occidentales. Mientras tanto, Trump parece aceptar las dilaciones de Putin y empatizar con el relato ruso sobre el conflicto, para desesperación de Zelenski.