La escritora falleció el pasado 8 de marzo en un hospital en California, tras diez años sufriendo una enfermedad rara autoinmune
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L.J. Smith, la autora de la saga literaria Crónicas Vampíricas, falleció el pasado 8 de marzo en un hospital de Walnut Creek (California). Su pareja Julie Divola y su hermana Judy Clifford confirmaron la noticia el pasado miércoles a The New York Times, donde explicaron que la escritora llevaba una década “sufriendo los efectos en cascada de una enfermedad rara autoinmune”. Tenía 66 años cuando falleció.
“Era una persona bondadosa y gentil, cuya creatividad, resiliencia y empatía iluminaron la vida de su familia, amigos y fans”, afirman sobre Smith en un comunicado compartido en su página web, “será recordada por su espíritu imaginativo, su papel pionero en la ficción sobrenatural y su generosidad, calidez y corazón, tanto dentro como fuera de las páginas”.
Lisa Jane Smith nació en Lauderdale (Florida) en 1958, coincidiendo con el cumpleaños de su padre, y creció en Villa Park, un pequeño pueblo situado en el sur de California. Decidió escribir bajo el seudónimo L.J. Smith y, antes de que sus novelas se convirtieran en todo un éxito, se licenció en Psicología experimental y trabajó como profesora de educación infantil y especial durante varios años.
Su primera novela, La noche del solsticio, la publicó en 1987. Después llegarían otros títulos como Heart of Valor (1990), y las trilogías El círculo secreto (1992), The Forbidden Game (1994) y Dark Visions (1994 – 1995). Su saga de novelas Crónicas vampíricas fueron adaptadas a televisión entre 2009 y 2017. En ellas, dos vampiros hermanos que se odian a muerte están atrapados en cuerpos de adolescentes, y se disputan el afecto de la joven Elena Gilbert. Ian Somerhalder, Nina Dobrev y Paul Wesley encarnaron a sus protagonistas.
L. J. Smith publicó la última entrada de su blog personal el pasado 14 de febrero, acompañado de una felicitación por el día de San Valentín. “El amor sobrevive a maldiciones, lucha contra los monstruos (tanto reales como internos) y siempre encuentra el camino de vuelta a casa”, escribió. La escritora incluyó una fotografía tomada de su brazo, lleno de moratones tras haber sido operada. “Gracias por leerme”, concluyó.