En plena Guerra Fría (1966), los norteamericanos fueron a los cines a reírse de la Guerra Fría. era una comedia satírica sobre la historia de un submarino ruso que encalla por accidente en la costa de Massachusetts y provoca el pánico en el pueblo más cercano. Inevitablemente, los militares rusos son tan torpes como los habitantes, lo que da lugar a todo tipo de situaciones absurdas. Recibió cuatro nominaciones a los Oscar, incluida la de mejor película. Pero si queremos sumergirnos en lo peor de la locura que supuso esa época, o podía haber supuesto, no hay nada mejor que ver ‘Teléfono rojo, volamos hacia Moscú’ (Dr. Strangelove), de Stanley Kubrick. Esto es la Sala de Guerra”, dice el presidente que encarna Peter Sellers.