Arqueólogos confirman que en la antigua Troya se bebía vino también fuera de las élites

La evidencia de los ácidos succínico y pirúvico fue concluyente: solo se producen durante la fermentación del jugo de uva», afirma Maxime Rageot, de la Universidad de Bonn, coautor del estudio

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Un hallazgo arqueológico en Troya reescribe parte de la historia del vino y su papel en las antiguas sociedades del Egeo. Por primera vez, una investigación científica ha demostrado con evidencia química que los troyanos bebían vino, y no solo las élites, sino también la gente común. El estudio, liderado por investigadores de las universidades de Tubinga, Bonn y Jena, se ha publicado en la edición de abril del American Journal of Archaeology.

La clave del descubrimiento ha sido la depas amphikypellon, una copa de arcilla esbelta y de doble asa mencionada en la Ilíada de Homero y hallada en grandes cantidades en el yacimiento de Troya. Aunque desde hace más de un siglo se sospechaba que estas vasijas eran recipientes para beber vino, solo ahora se ha podido confirmar científicamente. “La evidencia de los ácidos succínico y pirúvico fue concluyente: solo se producen durante la fermentación del jugo de uva”, afirma Maxime Rageot, de la Universidad de Bonn, coautor del estudio.

Análisis químico de copas milenarias

El análisis biomolecular se centró en una copa depas conservada en la Universidad de Tubinga y dos fragmentos procedentes del llamado tesoro de Schliemann. Las muestras se sometieron a un proceso de calentamiento a 380 °C y posterior análisis mediante cromatografía de gases y espectrometría de masas. Los resultados no dejan lugar a dudas: “Ahora podemos afirmar con certeza que el vino se bebía en las copas de depas y no solo jugo de uva”, añade Rageot.

Hasta ahora, se asumía que el vino era un lujo reservado a contextos ceremoniales o élites, como sugiere su presencia en templos y palacios. Pero los investigadores ampliaron el análisis a otras vasijas comunes halladas en el asentamiento exterior de Troya, fuera de la ciudadela. “Estas vasijas también contenían vino”, explica Stephan Blum, del Instituto de Prehistoria, Historia Temprana y Arqueología Medieval de Tubinga. 2Por lo tanto, es evidente que el vino también era una bebida cotidiana para la gente común“.

¿Un lujo compartido por todas las clases?

Este hallazgo cuestiona ideas asentadas sobre la exclusividad del vino en la Edad del Bronce y sugiere una cultura del consumo mucho más extendida. “Heinrich Schliemann ya había conjeturado que la copa depas se pasaba de mano en mano en las celebraciones, tal como se describe en la Ilíada”, recuerda Blum. Las palabras del poema homérico, que describen a Hefesto sirviendo vino a Hera y a los demás dioses, adquieren ahora una base material inesperada.

Las depas amphikypellon eran recipientes de entre 12 y 40 centímetros de altura, con capacidades que oscilaban entre 0,25 y 1 litro. Se han encontrado más de un centenar solo en Troya, datadas entre el 2500 y el 2000 a. C., y también están presentes en otras regiones del Mediterráneo oriental, lo que sugiere una red cultural y comercial más amplia.

Una larga tradición de investigación en Troya

La Universidad de Tubinga ha tenido un papel central en la investigación arqueológica en Troya desde finales del siglo XX. “La investigación sobre Troya tiene una larga tradición en la Universidad de Tubinga, y me complace enormemente que hayamos podido aportar una nueva pieza al rompecabezas”, celebra la presidenta de la institución, la profesora Karla Pollmann.

Este nuevo enfoque sobre el uso del vino en la antigua Troya abre la puerta a futuras investigaciones en otros yacimientos del Mediterráneo y el Próximo Oriente. Si se confirma que el vino también se consumía en contextos cotidianos en otras culturas de la Edad del Bronce, los arqueólogos podrían tener que replantearse muchas de las ideas actuales sobre la distribución social del vino y su simbolismo cultural hace más de 4.000 años.