Cory Booker pretende continuar con su alocución maratoniana mientras «físicamente» pueda
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El senador estadounidense del Partido Demócrata Cory Booker, de Nueva Jersey, empezó el lunes por la noche un discurso sobe los peligros “graves y urgentes” para la democracia y el pueblo estadounidense del Gobierno de Donald Trump y sus “dañinas” políticas que seguía desgranando 15 horas después.
Booker empezó su alocución a las 19 horas del lunes y a las 11 del martes (las 17 h en España), sin apenas interrupciones, seguía enfrascado en ella.
“Me yergo con la intención de alterar el funcionamiento normal del Senado de Estados Unidos durante tanto tiempo como físicamente pueda”, declaró al poco de comenzar a hablar. “Me levanto porque creo sinceramente que nuestra nación está en crisis”, dijo.
Booker aseguró que ha escuchado innumerables historias de “dolor y miedo” de vecinos de su circunscripción, tanto demócratas como republicanos, causadas por las políticas del Gobierno de Trump.
“Instituciones que son características de Estados Unidos, que son singulares en nuestro país, están siendo afectadas, atacadas e incluso destrozadas de forma irresponsable, y yo diría que inconstitucionalmente”, protestó.
“En tan solo 71 días, el presidente de EEUU ha causado muchísimo daño a la seguridad y la estabilidad financiera de los estadounidenses, a las bases fundamentales de nuestra democracia e incluso a las expectativas que nuestro pueblo tiene sobre la decencia elemental de nuestras más altas instituciones”, ha criticado.
“Estados Unidos vive tiempos que no son normales y no deben ser tratados como si lo fuesen. No puedo permitir que este órgano siga [como si nada] sin hacer algo. Las amenazas para la democracia estadounidense son graves y urgentes”, ha alertado.
El largo discurso no es técnicamente un ejercicio de lo que en EEUU se denomina filibusterismo, pues no trata de evitar con él que se apruebe norma alguna, como sucede en esos casos.
Lo que pretende, por el contrario, es llamar la atención sobe los recortes de gasto del Gobierno, la voluntad de este de suprimir el Departamento de Educación, los intentos del presidente de puentear el sistema judicial y la expulsión del país de quienes protestan públicamente contra la Administración.
Booker se ha apoyado, para alargar su intervención, en profusas citas de discusos de políticos ya desaparecidos como John McCain y John Lewis, así como en recortes de prensa.
Algunos de los colegas demócratas del senador le han brindado ayuda haciéndole peguntas que le han permitido descansar sin tener que abandonar la tribuna.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, fue el primero en interrogarlo, momento que aprovechó para elogiar su “fortaleza y convicción”.
“Has salido a la tribuna esta tarde para llamar la atención sobre estas inequidades, que perjudicarán al pueblo, que dañarán tanto a la clase media y a los pobres, así como a Estados Unidos y nuestro estatus fiscal, como estás documentando”, dijo, para añadir: “Danos únicamente una pequeña muestra de la fortaleza y de la convicción que te empujan a subir a la tribuna de esta forma inusualmente larga para que la agente sepa lo mal que van a ir las cosas”.
Durante una parte de su intervención, Booker se refirió a la necesidad de acuerdos entre los dos partidos y recordó una cena reciente con el archiconservador senador republicano de Texas Ted Cruz, quien también ha pronunciado discusos maratonianos, como uno de 21 horas en 2013 para impedir que se relajasen ciertos criterios de acceso a Medicaid, el principal programa sanitario estatal. En aquella ocasión llegó a citar fragmentos de un popular libro infantil.
Booker aún está lejos de batir el récord del discurso más largo en el Senado, que data de 1957. El senador Strom Thurmond habló durante 24 hours y 18 minutos para boicotar una ley de derechos civiles.