Miriam Garlo se quedó sorda a los siete años. Una alergia al ácido acetilsalicílico hizo que perdiera el 70% de audición. Hasta los 30 no aprendió lengua de signos. Aquel momento fue un cambio en su vida. Una vida en la que el teatro y la interpretación siempre había tenido mucha presencia, y en donde su principal apoyo era su hermana, Eva Libertad. Ambas fueron traduciendo todas las experiencias que le estaban ocurriendo en forma de guion. Primero en un corto nominado al Goya, y , que llega este viernes a los cines tras y en el Festival de Málaga, donde no solo se llevó la , sino que Miriam Garlo se hizo con el de Mejor actriz.