Así es el programa de lengua árabe y cultura marroquí que Vox quiere eliminar de las aulas murcianas

La postura de los de Abascal perjudica los intereses de las comunidades educativas donde el plan funciona sin incidencias desde hace una década y compromete la enseñanza del castellano en los institutos y universidades de Marruecos

López Miras asume el argumentario ultra de Vox y deja el acuerdo de presupuestos en Murcia en sus manos

Que los habitantes de la Región de Murcia puedan contar con unos presupuestos actualizados a las necesidades de su comunidad autónoma ahora están prorrogados los de 2024 ha encontrado un nuevo escollo que ahonda en el discurso islamófobo de Vox, y que choca de frente con los intereses de niños y niñas de entre tres y doce años y de sus familias, contribuyentes también al erario público.

Los nueve diputados de 45del partido de Abascal condicionan su voto a las cuentas a las que aspira el Gobierno murciano de Fernando López Miras (Partido Popular) a la supresión del Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (PLACM) que se imparte en siete centros educativos de la Región desde hace más de una década, cuya adscripción es voluntaria y se desarrolla en horario extraescolar.

La exigencia se plantea ahora, no cuando Vox negoció su entrada en el Ejecutivo autonómico en 2023, y que abandonó antes siquiera de que transcurriera un año, después de que la Región de Murcia aceptara el traslado desde Canarias de 16 menores extranjeros no acompañados.

En este caso, los menores vuelven a ser blanco de las iras y moneda de cambio para el partido ultraderechista, solo que, esta vez, se trata de nacidos en España.

Un programa consolidado y presente en doce comunidades autónomas

El PLACM se enmarca en un contexto de colaboración bilateral entre los Gobiernos de España y Marruecos rubricado en 1985. Es similar a otros que existen con Rumania y Ucrania, para los que Vox no pide el cese de su aplicación. Se trata de un programa lingüístico y cultural impartido por profesorado funcionario marroquí y coordinado por personal de la Embajada de Marruecos en España y el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes.

Su gestión depende de las comunidades autónomas donde está implantado: País Vasco, Catalunya, Galicia, Andalucía, La Rioja, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias, Extremadura, las Illes Balears y Madrid, además de la Región de Murcia, donde se desarrolla desde hace trece años sin incidencias.

Los objetivos del plan son la enseñanza de la lengua árabe y la cultura marroquí al alumnado marroquí y no marroquí escolarizado en centros de educación primaria y secundaria. En el primero de los casos, supone el acceso a una formación que permita a los niños y niñas de ascendencia marroquí salvaguardar su identidad y conocer su cultura familiar, sin que eso suponga un desprecio a la del país de acogida de sus padres.

Pero, además, el PLACM es una vía para asegurar su inclusión escolar y sociocultural en el sistema educativo y en la sociedad española, mediante el fomento de la educación intercultural y el desarrollo de valores como el respeto, la tolerancia y la solidaridad entre las diferentes culturas que coexisten en pueblos y ciudades. Aunque estas no son sus únicas virtudes.

Herramienta para el entendimiento con las familias

Marruecos es la comunidad extranjera mayoritaria en 23 de las 50 provincias españolas, además de Ceuta y Melilla. En la Región de Murcia, los marroquíes suponen el 18,6% de su población.

Para entender la incidencia de estos datos demográficos en el ámbito de la educación, hay que hacer referencia al conocido como ‘distrito único‘ para la admisión en los centros escolares públicos, que rige en casi todos los municipios de la Región de Murcia desde 2013.

Este sistema elimina de facto el criterio de proximidad de residencia para elegir colegio y facilita que los padres escojan cualquier otro centro dentro del mismo municipio. El resultado ha sido la creación de ‘colegios-gueto’, con gran presencia de alumnado de origen extranjero y madres y padres que, en muchos casos, no hablan o no se defienden bien en castellano.

Por eso, el PLACM también es una herramienta de cooperación con las familias que facilita la comunicación con el profesorado y favorece la participación de los progenitores en el proceso educativo de sus hijos e hijas.

Los colegios, a favor

A pesar de las amenazas planteadas por VOX, hay centros docentes en la Región de Murcia en los que dar la espalda a la realidad que impone su día a día no es una opción. Ven en este plan una herramienta útil para mejorar la comunicación con las familias y ahondar en el bienestar de los escolares.

Jessica Pérez es directora del colegio público Urci de Águilas, uno de los que ha solicitado su implantación de cara al próximo curso. En este colegio, donde el 75% del alumnado es extranjero, 46 familias, todas marroquíes, ya han pedido formalmente la inclusión del centro en el programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí.

Tanto para el claustro de profesores como para los padres y madres, resulta fundamental contar con la presencia de un mediador que pueda transmitir las necesidades de los niños y niñas, sobre todo para aquellos que enfrentan especiales dificultades.


Jessica, directora del colegio público Urci de Águilas, y Rafael, jefe de estudios del mismo, conversan con un alumno

Para Pérez, “resulta frustrante para todos no poder comunicarnos con la fluidez y eficacia necesarias en cuestiones que tienen que ver con el desarrollo educativo de los pequeños, así que creemos que tener una figura en el centro que facilite el intercambio de información es crucial”. La directora del Urci cree positivo que la persona que acoja en el centro a estas familias pertenezca a su misma cultura. “Estamos convencidos de que esto va a facilitar su asistencia a talleres, actividades y excursiones, que resultan de una extraordinaria utilidad para una socialización que debe extenderse más allá de las aulas”, asegura.

“Al final es un recurso a nuestro alcance al que no queremos renunciar, porque nadie mejor que quienes trabajamos en el centro para conocer sus necesidades”, añade Jessica Pérez, que recuerda que cuando llegaron al colegio alumnos de Ucrania a consecuencia de la guerra “también recurrimos a traductores y mediadores, porque era lo que familias y docentes necesitábamos por el bien de los pequeños”.

A 30 kilómetros de distancia, en Lorca, las comunidades educativas de otros colegios, como el San Cristóbal, donde el 85% de sus 465 alumnos es de origen marroquí, también creen necesaria la medida, tal y como afirma Fátima Zahra, presidenta de su asociación de madres y padres (AMPA). En este centro también trabajan por la integración y la superación de las barreras idiomáticas pero a la inversa: hace años pusieron en marcha la “escuela de alfabetización” de progenitores en colaboración con la Fundación Cepaim.

Un programa exitoso y exento de polémicas

El colegio Santa Rosa de Lima, ubicado en la pedanía murciana de El Palmar, es uno de los siete centros educativos de la Región donde el Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí lleva años en marcha. El centro, en el que nueve de cada diez alumnos son de origen marroquí, presume de fomentar la colaboración de familias, alumnos, profesores, asociaciones y administraciones en busca de una educación de calidad, inclusiva y compensadora de desigualdades.

Su directora, Mari Fe López, explica que la mayor parte de los usuarios del PLACM son alumnos de segunda o tercera generación que han nacido aquí y que quieren aprender el idioma de sus antepasados para honrar sus raíces, “que también es su derecho”. Para la directora, el hecho de haber optado por una educación diferente no debe constituir un obstáculo en el futuro para la correcta integración en su propia sociedad de origen.

En este colegio, las clases de lengua árabe se imparten los viernes por la tarde, después del horario escolar, al alumnado de quinto y sexto de Primaria que se apunta voluntariamente, también hispanohablante.

Además, el profesor marroquí a su cargo hace las veces de mediador entre el profesorado y las familias que no saben español. Una labor fundamental a la hora de entrevistarse con los progenitores para comunicar cuestiones importantes, o viceversa.

El trabajo de este profesional ha sido clave, por ejemplo, para afrontar coordinadamente los casos de absentismo escolar. Sus buenas prácticas educativas han llamado la atención de centros de otras comunidades autónomas, que ya han visitado el colegio con la idea de extender su experiencia.

En el colegio público Nuestra Señora del Carmen, en la localidad murciana de San Pedro del Pinatar, compaginan el PLACM con el Programa de Lengua y Cultura Rumana, del que ningún político de la región ha dudado de su utilidad.

Una “guerra cultural absurda”


Colegio público San Cristóbal de Lorca

Vox argumenta que la promoción de la cultura marroquí en las aulas españolas de Primaria y Secundaria menoscaba la cultura nacional y fomenta la segregación. Recientemente, la diputada de este partido en la Asamblea de la Región de Murcia, Virginia Martínez, atacó el programa mediante una interpelación al consejero de Educación, Víctor Marín, en la que no faltaron comentarios xenófobos. En su alocución, llegó a decir que esta herramienta educativa supone la “rápida erosión y sustitución de nuestra cultura judeocristiana y grecorromana, de nuestra identidad, nuestra propia lengua y tradiciones” y que Mohamed VI pretende “el dominio cultural de nuestro país”.

También recurrió a las falsedades. Martínez repitió en varias ocasiones que el PLACM se sufraga con fondos de la administración autonómica. En realidad, lo paga el Estado.

Como respuesta, Marín recordó que el plan es fruto de un acuerdo bilateral entre España y Marruecos, lo que excede de competencias autonómicas, al tiempo que resaltó que el Gobierno regional defiende una educación basada “en el respeto a la diversidad y en el fortalecimiento de los valores democráticos”, así como “una sociedad más equitativa y cohesionada”. Está por ver si el PP resistirá el envite de la ultraderecha, que también incluye la derogación de ley LGTBI autonómica y la supresión de las partidas destinadas a la lucha contra la violencia machista, como condición para aprobar los presupuestos de 2025 para la Región de Murcia.

Mientras tanto, en su particular cruzada, VOX olvida las repercusiones que tendría acatar sus imposiciones. Para Sabah Yacoubi, presidenta de la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes en la Región de Murcia (ATIM), la postura de Vox plantea “una guerra cultural absurda” que podría perjudicar la enseñanza del castellano en los centros educativos del país africano, donde, en secundaria, tiene carácter optativo en competencia con el inglés, el alemán y el italiano.

De las catorce universidades públicas marroquíes, cinco cuentan también con Departamento de Español: Agadir, Casablanca, Fez, Rabat y Tetuán. En casi todas las restantes el español se estudia como lengua extranjera complementaria, con profesorado español. Un país en el que el Instituto Cervantes tiene una gran implantación, así como una destacada trayectoria tanto cultural como educativa.