El Gobierno suma otros 2.000 millones en transferencias de crédito para cumplir con el gasto en Defensa sin presupuestos

El Consejo de Ministros aprueba una partida millonaria en armamento con la objeción de Sumar mientras el Banco de España da vía libre a la banca para acelerar la financiación en proyectos de Defensa

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El estallido de la guerra de Ucrania por la invasión rusa en febrero de 2022 cambió algunas dinámicas de fondo en el funcionamiento del Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez que se mantienen intactas más de tres años después. Ni antes con Unidas Podemos ni ahora con Sumar, el presidente ha contado nunca con el apoyo de su socio de Ejecutivo para afrontar el aumento de la inversión en Defensa requerido por la Unión Europea y la OTAN. Algo que no ha impedido, sin embargo, que ese incremento de las partidas destinadas al gasto militar hayan ascendido en más de 10.000 millones de euros desde que el líder del PSOE pisó la Moncloa. Y la mayoría de las veces con la misma fórmula: un acuerdo del Consejo de Ministros impulsado de manera discreta, sin necesidad de ser revalidado en el Congreso y con la objeción más o menos discreta de los ministros no socialistas.

Justo esa fórmula se repitió este martes. Según confirmó la ministra portavoz, Pilar Alegría, el Consejo de Ministros dio luz verde a 2.084 millones de euros dedicados “a la modernización, mantenimiento y mejora de los efectivos, infraestructuras e instalaciones atribuidas al Ministerio de Defensa”. Una transferencia de crédito desde el Ministerio de Hacienda “para atender programas y contratos que ya estaban en marcha” que los ministros de Sumar rechazaron de forma simbólica y como es habitual durante el cónclave ministerial.

Según el Ejecutivo, el caso del ajuste presupuestario de esta semana se corresponde a compromisos pasados con “programas de inversión plurianuales”. Es decir, que los 2.084 millones aprobados este martes no computan como parte del incremento comprometido hasta alcanzar el 2% del PIB sino con obligaciones de gasto previas. Esas mismas fuentes explican que la fórmula del acuerdo en Consejo de Ministros mediante transferencias de crédito se explica por la ausencia de unos Presupuestos Generales del Estado que permitan incorporar esas partidas.

Sin cuentas a la vista, los planes del Gobierno para las inversiones futuras siguen el mismo esquema. Ante la falta de una mayoría parlamentaria sólida que garantice el éxito de las votaciones, la hoja de ruta de Pedro Sánchez pasa por dar pasos en el incremento del gasto militar vía Consejo de Ministros con los márgenes legales que permite la propia ley de defensa y las modificaciones de crédito que impulsa habitualmente el ministerio de Hacienda.

Según el Ministerio de Margarita Robles, las inversiones destinadas al cómputo comprometido con la OTAN que se cifra en un 2% del PIB ni se han concretado ni han pasado aún por el Consejo de Ministros. El Gobierno espera, entre otras cosas, concretar con la propia Alianza Atlántica cuánto dinero debe aportar y qué esfuerzo se le va a reconocer oficialmente a España, actualmente fijado en el 1,28% del PIB. El Ejecutivo de Sánchez cree, no obstante, que el despliegue de recursos es mucho mayor si se tienen en cuenta partidas como las misiones de paz en el extranjero, la seguridad en la frontera Sur o la inversión en ciberseguridad.

Objeciones en la coalición 

Todos estos gastos se han aprobado a pesar de la oposición del socio minoritario del Gobierno, primero como Unidas Podemos, en la pasada legislatura, y como Sumar a partir de diciembre de 2023. En su última comparecencia en el Congreso, Sánchez le recordó a la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, que gran parte del aumento del gasto militar se había hecho con ella en el Gobierno como ministra.

“Lo hemos hecho con ustedes en el Gobierno y ustedes no dijeron nada”, le dijo el jefe del Ejecutivo a Belarra, que en las últimas semanas ha llamado a Sánchez “señor de la guerra”. En aquel momento, la líder de Podemos llegó a calificar al PSOE como partido de la guerra, en uno de los momentos más tensos del Gobierno de coalición. 

En paralelo, los ministros de Unidas Podemos con Yolanda Díaz al frente presentaron observaciones a todas las partidas que fue aprobando el Gobierno para incrementar el gasto militar. En total, hasta 12 objeciones a este tipo de créditos, tal y como han recordado en las últimas horas fuentes de Sumar, que recopilan datos de las dos legislaturas. Se trata de una oposición simbólica que no tiene consecuencias reales sobre esas partidas. 

Desde la coalición que lidera Yolanda Díaz, han pedido este martes un “debate profundo” en el seno del Gobierno sobre la política de defensa. “Hemos presentado hasta 12 observaciones”, recordó en rueda de prensa la portavoz del grupo plurinacional, Verónica Martínez, preguntada por esta nueva partida, que considera que no está justificada “sin una valoración previa” de hacia dónde se dirige ese gasto.

En el ámbito de Sumar reconocen no obstante que tienen poco margen para cambiar los planes del PSOE en este sentido. La parte socialista del Gobierno respondió a las observaciones con “lugares comunes”, según explican fuentes de la coalición de partidos, basados en que estas partidas forman parte de compromisos plurianuales votados en el pasado dentro de los Presupuestos Generales del Estado. 

La vicepresidenta segunda ha recordado en alguna ocasión que el compromiso de llegar al 2% del gasto en Defensa lo adquirió ante la OTAN el expresidente Mariano Rajoy. “A veces se llega a síntesis y otras no, tratamos de pelearlo, pero somos minoría en el Gobierno”, admite una ministra de Sumar, que recuerda no obstante que por cada euro en incremento militar se han destinado 16 a gasto social. 

El Banco de España da vía libre a la financiación

El cambio de prioridades en Europa, que ha decidido abrir la mano con el gasto público para elevar la inversión en defensa, tiene diferentes derivadas. Una de ellas afecta a la banca, que ve una nueva oportunidad de generación de negocio. Para su supervisor local, el Banco de España, este paso no supone ningún problema, siempre que las entidades sigan cumpliendo con los datos de solvencia. Algo que, al menos de momento, no está en duda a pesar del creciente nivel de incertidumbre geopolítica.

“El Banco de España pide que se midan los riesgos”, explicó este martes la directora de Supervisión del Banco de España, Mercedes Olano. “Vamos a ir viéndolo”, ahondó. Precisamente, el supervisor ha reclamado a las entidades que fortalezcan sus capacidades para afrontar shocks geopolíticos severos, como el que se está viviendo actualmente con la guerra arancelaria. Pero en cuanto a la inversión en defensa “no hay ninguna cortapisa legal para que se financien proyectos” en este sector, aunque “habrá que ver cómo encajan”, en esos datos de solvencia que, por ahora, no preocupan al Banco de España.

De hecho, Olano reconoció que ese colchón de los bancos “está en máximos”. “Los bancos optarán o no por financiar proyectos de defensa en función de si lo consideran oportuno o no. Lo único que hace el supervisor es pedir que los bancos midan adecuadamente el riesgo de esos proyectos y, en función de ese riesgo, doten las provisiones y el capital adecuados”, resumió Olano.

Y el sector financiero tiene apetito por invertir. El viernes, la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, puso como ejemplo a Alemania en cuanto a la nueva ambición por aumentar el gasto público, sobre todo en defensa, y en cómo la banca puede ser clave para canalizar esa inversión. Algo que “no requiere nueva legislación”. “Se requieren cambios estructurales y un contexto institucional que permita crecer a nuestras empresas, que las empresas que se crean en Europa se queden”, aseguró durante la junta de accionistas anual de la entidad. 

Este martes, Ángel Simón, consejero delegado de CriteriaCaixa, el brazo inversor de la fundación La Caixa, también señaló ese mismo apetito. “No descartamos invertir en defensa”, reconoció, aunque puso matices. “En Criteria no podemos invertir en juego, alcohol, tabaco o armamento”, porque lo impiden sus estatutos, “pero defensa no es solo armamento, sino también el sector tecnológico civil”, añadió. Un segmento, donde, por ejemplo, incluyó las inversiones en ciberseguridad.