Los humanos cruzaron el mar y llegaron navegando a la isla de Malta mil años antes de lo que se creía

El viaje se produjo hace 8.500 años, seguramente en canoa, y podría ser la travesía marítima de cazadores-recolectores más larga conocida hasta la fecha en el Mediterráneo

Hemeroteca – La misteriosa cara hallada en Atapuerca que abre “una nueva página en la evolución humana”

Un grupo de cazadores-recolectores cruzó al menos 100 kilómetros de aguas abiertas del Mediterráneo para llegar hasta la isla de Malta hace 8.500 años, mil años antes de la llegada de los primeros agricultores. El hallazgo, publicado este miércoles en la revista Nature, documenta la navegación de larga distancia más antigua del Mediterráneo, antes de la invención de las embarcaciones a vela, una hazaña asombrosa para los cazadores-recolectores, que probablemente realizaron con pequeñas canoas.

El descubrimiento de Eleanor Scerri y su equipo se produjo en el yacimiento de Latnija, al norte de Malta, en una serie de excavaciones realizadas entre 2021 y 2023. Allí encontraron herramientas de piedra, cenizas de antiguas hogueras , flora y fauna silvestre, así como mamíferos marinos, gasterópodos y peces, en sedimentos que datan de entre 8.500 y 7.500 años atrás. “Encontramos abundante evidencia de una variedad de animales salvajes, incluyendo ciervos rojos, que se creían extintos desde hacía tiempo”, explica Scerri. “Cazaban y cocinaban estos ciervos junto con tortugas y aves, incluyendo algunas de gran tamaño y hoy extintas”. 

Navegar en la oscuridad

En esa época, la configuración y el nivel del mar de Malta habrían sido similares a los actuales, y para llegar a la isla, los autores sugieren que habría sido necesario un viaje marítimo de casi 100 km desde Sicilia. La isla estuvo conectada por un supuesto puente terrestre sumergido hace unos 13.000 años y se asumía que Malta era demasiado pequeña y remota para albergar poblaciones humanas antes de la adopción de la agricultura y el desarrollo de tecnologías marítimas más avanzadas. Restos previamente identificados en Malta apuntan a que agricultores neolíticos fueron los primeros en llegar a la isla hace unos 7.400 años.

“No sabemos de dónde vinieron estos cazadores-recolectores marineros”, escribe Dylan Gaffney, de la Escuela de Arqueología de la Universidad de Oxford en un artículo de análisis en Nature. “Dos puntos de partida hipotéticos son Sicilia y Túnez en el norte de África. En la época de la navegación, Túnez tenía un tramo de mar de 250 a 300 kilómetros hasta Malta, intercalado con islas de paso. Dado que 300 kilómetros es aproximadamente el límite de cruces marítimos conocidos por cazadores-recolectores en otras partes del mundo, es más probable que Sicilia haya sido un punto de partida frecuente que Túnez”.


Restos encontrados en el yacimiento durante las excavaciones.

Los nuevos hallazgos indican que estos cazadores-recolectores podrían haber sido tecnológicamente más avanzados de lo que se creía. “Con base en las corrientes superficiales del mar y los vientos predominantes, así como en el uso de puntos de referencia, estrellas y otras técnicas de orientación, es probable una travesía de unos 100 km, a una velocidad de unos 4 km por hora”, explica Nicholas Vella, investigador de la Universidad de Malta y coautor del estudio. Eso significa que tuvieron que navegar de noche. “Incluso en el día más largo del año, estos navegantes tuvieron varias horas de oscuridad en mar abierto”. 

El equipo de investigadores también ha hallado evidencia clara de la explotación de los recursos marinos. “Encontramos restos de foca, diversos peces, incluyendo mero, y miles de gasterópodos marinos comestibles, cangrejos y erizos de mar, todos indiscutiblemente cocinados”, señala James Blinkhorn, de la Universidad de Liverpool y MPI-GEA u coautor del estudio.

Estos descubrimientos también plantean preguntas sobre la extinción de animales endémicos de Malta y otras islas pequeñas y remotas del Mediterráneo, y si otras comunidades mesolíticas distantes pueden haber estado conectadas a través de la navegación. “Los resultados añaden mil años a la prehistoria maltesa y obligan a reevaluar las capacidades marineras de los últimos cazadores-recolectores de Europa, así como sus conexiones e impactos en el ecosistema”, concluye Scerri.