Puede que a nuestra «gente de bien» hasta les haga gracia y posiblemente si votan al PP, a Vox o a Alvise Pérez ignoren que ese señor preocupado por su pelo tiene una ideología que se los llevaría por delante como al común de los mortales, sin contemplación ninguna
Seguramente la mayoría de las y los ciudadanos en España piense que no necesitan protegerse emocional ni físicamente del estrambótico Trump que perturba los mercados internacionales y a su propia ciudadanía con centenares de órdenes ejecutivas a cada cual más inquietante y deshumanizadora. El estadounidense no es nuestro presidente, no gobierna en ninguno de nuestros países vecinos y tampoco forma parte de la UE. Además, los aranceles están suspendidos y siempre se podrá culpar a Sánchez de que suban los precios y la vida sea más cara.
Por qué sentirse en alerta personal ante un tipo como Trump cuando se está en esa zona de confort que es la blanquitud, la cisexualidad, la nacionalidad española, la normatividad, el acceso a las prestaciones de nuestro Estado de bienestar si algo falla…, y, por supuesto y ante todo, se es parte de eso que Núñez Feijóo llamó “gente de bien”. Esa a la que le preocupa la economía más que los derechos humanos de las personas trans, y que es incapaz de votar al PSOE porque odia mucho a Sánchez, aunque gran parte de su estabilidad, su empleo y su riqueza se deba a su gestión política y sus acuerdos.
Seguramente, a buena parte de esa “gente de bien” le parezcan inocuas e inofensivas en sus vidas personales y familiares las políticas y comportamientos de Trump. Puede que hasta les haga gracia y posiblemente si votan al PP, a Vox o a Alvise Pérez ignoren (de ignorancia) que ese señor preocupado por su pelo tiene una ideología que se los llevaría por delante como al común de los mortales, sin contemplación ninguna. A no ser que estén dispuestos a ser uno de sus matones, carceleros, chivatos, cómplices, lacayos o esclavos. En eso consiste el fascismo aspiracional.
Seguro que esta “gente de bien” en España desconoce que en la defensa de la “remigración” que hace la extrema derecha muchos de nosotras y nosotros podríamos ser expulsados. Porque “remigración” no es solo echar a las personas migrantes en situación irregular, sino también a quienes tienen raíces migrantes o se asocia en apariencia con ser extranjeros. Es decir, también aquellas personas que, aun siendo españolas, tienen rasgos que no son arios podrían ser “remigrados”. Esta es la política de Trump, no solo de Abascal o de la extrema derecha alemana creadora del concepto. Esa comprensión de “lo extranjero” hace que haya centenares de venezolanos (incluso con documentación americana) que están en paradero desconocido tras ser deportados, o que se haya borrado del mundo de los vivos a miles de inmigrantes regularizados al anular su número de la seguridad social haciéndolos deportables en cualquier momento y a cualquier lugar. Sus vidas no importan.
A la “gente de bien” que mira cuál serie de ficción lo que hace Trump tampoco les quitará el sueño la persecución que su administración está llevando a cabo contra las personas trans. Estas son para el estadounidense lo que eran los judíos para los nazis, los causantes de todos los males, una mala influencia para la infancia y una identidad a borrar. Pero, cómo vamos a verlo aquí como un atentado a miles de vidas cuando en nuestro propio país el trabajo de deshumanización y bulos contra la dignidad de las personas trans se ha naturalizado, amamantado y acunado desde las faldas del propio PSOE.
Que le va a importar a la “gente de bien” de España que se va ahora vacaciones lo que Trump decida hacer con el voto de las mujeres casadas, el trabajo infantil, la atención médica, la investigación contra el cáncer… Qué más les da si Estados Unidos se sale de la OMS o retira los fondos de USAID y puedan multiplicarse por diez las muertes relacionadas con esta el VIH-Sida. Qué más da si aquí tenemos sol, playa, cerveza, buenas tapas y los pantanos llenos de agua. Qué importan los crímenes imperialistas de Trump y sus ansias por los minerales mientras funcione TikTok e Instagram. Por qué va a preocuparse esa “gente de bien” del peligro que representan Trump y sus clones para un mundo que ya era inmundo antes de llegar él a la Casa Blanca por segunda vez.
Por humanidad. Simplemente por eso. Por humanidad. Porque su indiferencia, la nuestra, también es otra forma de violencia.