El pintoresco pueblo escondido entre montañas que es un paraíso para senderistas y corredores

Ya sea que busques una ruta exigente, una escapada relajante o una inmersión en la cultura vasca, este pequeño pueblo entre montañas llamado Zegama tiene algo que ofrecer

No es Marruecos pero lo parece: el pueblo valenciano pintado de azul que atesora tres culturas en su casco antiguo

Entre los verdes pliegues del País Vasco, al abrigo de la Sierra de Aizkorri, se esconde una pequeña perla natural y cultural: Zegama. Este pintoresco pueblo guipuzcoano combina la calma rural con la emoción de la montaña. Sin duda, un verdadero paraíso para senderistas, amantes del trail y viajeros que buscan desconectar del bullicio urbano sin renunciar a la autenticidad.

Ubicado estratégicamente entre las provincias de Gipuzkoa, Álava y Navarra, Zegama es uno de esos lugares que parecen salidos de una postal: casas de piedra con tejados inclinados, nieblas que se cuelan entre los valles al amanecer y un entorno natural que invita a ser explorado.

Un pueblo de montaña con alma vasca


Imagen de la Sierra de Aizkorri

Zegama no solo ofrece naturaleza. Es también un rincón cargado de historia y cultura vasca, donde la identidad local se vive con orgullo. El euskera es una lengua viva en sus calles, el frontón sigue siendo lugar de encuentro y sus fiestas tradicionales reúnen a toda la comunidad. El carácter acogedor de sus vecinos y la tranquilidad que se respira convierten la visita en una experiencia cercana, lejos del turismo masificado.

El casco histórico del pueblo conserva ese aire rural que ha resistido el paso del tiempo. Destacan edificios como la Iglesia de San Martín de Tours, de origen medieval y aspecto robusto, o el caserío Igartza, que evoca la vida tradicional del campesinado vasco. Caminar por sus calles empedradas es como retroceder, sin esfuerzo, unas cuantas décadas.

Un poco de historia

Cuentan que los orígenes de Zegama se remontan a tiempos medievales, aunque la presencia humana en sus montañas es mucho más antigua, como lo demuestran restos arqueológicos hallados en cuevas cercanas. Durante siglos fue un punto estratégico de paso entre Castilla y el norte, lo que le otorgó cierta relevancia comercial y defensiva.

Desde entonces, la economía del pueblo ha girado tradicionalmente en torno a la ganadería, la madera y la agricultura de montaña. Y, en la actualidad, aunque aún conserva su esencia rural, Zegama ha sabido abrirse al ecoturismo y al deporte al aire libre sin perder su auténtica personalidad.

Naturaleza en estado puro


Parque Natural de Aizkorri

Si hay algo que define a Zegama, es su entorno natural imponente. El pueblo se encuentra a los pies del Parque Natural Aizkorri-Aratz, una de las joyas ecológicas del País Vasco. Esta zona es el hogar de las montañas más altas de Euskadi, incluido el Aitxuri, con sus 1.551 metros de altitud.

Desde aquí parten numerosas rutas de senderismo y montaña, algunas de ellas muy exigentes, otras más amables, pero todas con un elemento en común: vistas espectaculares y un contacto directo con la naturaleza. Este lugar es, asimismo, un importante paso del Camino de Santiago que atraviesa el interior de Gipuzkoa.

Una de las rutas más populares es la que conduce al Túnel de San Adrián, un impresionante paso natural de roca que durante siglos fue una vía clave de comunicación entre Castilla y el Cantábrico y que, además, es patrimonio de la UNESCO. Entre muchos de sus encantos, destaca que en su interior aún se conservan restos de una ermita medieval. Llegar allí, ya sea a pie o corriendo, es una experiencia que combina deporte, historia y asombro.


Túnel de San Adrián

Como añadido y por si no fuera suficiente, para los amantes de la fotografía y las postales con encanto, Zegama ofrece muchos rincones que merecen una parada. Te desvelamos algunos de ellos:

La subida a Otzaurte, con vistas panorámicas sobre los valles y el macizo del Aizkorri.
La plaza del pueblo, sencilla y acogedora, siempre animada al atardecer.
El hayedo de Aldaola, especialmente hermoso en otoño, con alfombras de hojas y juegos de luz filtrada.
La cima del Aitxuri, para los más aventureros, con una vista inigualable del entorno vasco.

Qué ver y qué hacer en Zegama


Interior de las Cuevas de Arrikrutz

Zegama no es un destino masivo, ni falta que le hace. Su encanto reside en lo íntimo, en lo auténtico, en el contacto real con la tierra y la gente. Ya sea porque busques una ruta exigente, una escapada relajante o una inmersión en la cultura vasca, este pequeño pueblo entre montañas tiene algo que ofrecer.

Y cuando llegas a su plaza después de una caminata por el bosque o una subida al monte, con las piernas cansadas, pero el corazón lleno, entiendes por qué Zegama no se olvida. Porque más que un lugar en el mapa, es una experiencia que se queda contigo.

Además, dentro del término municipal de Zegama, hay interesantes restos prehistóricos como los túmulos de Bidaarte II y Tartaloetxea, en la estación megalítica de Altzania, y el de Irumugarrieta, en la estación de Brinkola-Zegama. Sea cual sea el motivo de tu visita, Zegama ofrece a cualquier visitante varios planes para disfrutar de una escapada completa:

Cuevas de Arrikrutz: en el corazón de la cordillera guipuzcoana de Aizkorri se encuentran las Cuevas de Arrikrutz. Este complejo kárstico, situado en la zona de Gesaltza-Arrikrutz, alberga un fascinante museo natural esculpido a lo largo de milenios por el agua del río Aldaola, que ha modelado sus 14 kilómetros de galerías llenas de estalactitas y estalagmitas. También han sido un punto clave para los avances en la espeleología y la paleontología en Euskadi, al haberse descubierto restos de especies que habitaron la región en épocas prehistóricas. Actualmente, solo la galería 53 está abierta al público, permitiendo a los visitantes recorrer 500 metros de este mundo subterráneo.
Centro de Interpretación del Parque Natural: situado en Zegama, este centro ofrece exposiciones, audiovisuales y toda la información necesaria para planificar rutas. Un buen punto de partida antes de aventurarse en la montaña.
Frontón municipal: ver o participar en un partido de pelota vasca en Zegama es sumergirse en una de las tradiciones más arraigadas de Euskadi.
Cocina local: no te vayas sin probar el queso Idiazabal, elaborado en los alrededores con leche de oveja latxa, o los pintxos del bar del pueblo. Y si tienes suerte, tal vez coincidas con alguna feria agrícola o gastronómica.

Capital mundial del trail running

Zegama se ha hecho famosa internacionalmente gracias a un evento que congrega cada año en el mes de mayo a los mejores corredores de montaña del mundo: la Zegama-Aizkorri, una maratón de montaña que forma parte del circuito Golden Trail World Series.

Considerada por muchos como la carrera más emblemática del trail running, la Zegama-Aizkorri es simplemente épica. Su recorrido de 42 kilómetros y más de 5.000 metros de desnivel acumulado atraviesa cumbres, crestas rocosas, hayedos y caminos antiguos. Todo un desafío físico y mental.

Pero lo que realmente la hace única es el ambiente. Los habitantes del pueblo y aficionados del running se congregan en las laderas del monte, animando sin descanso, creando una atmósfera comparable a la de una etapa de alta montaña del Tour de Francia. Participar o presenciar la carrera es una experiencia inolvidable, incluso para quienes no corren.