Se abre el concurso de ideas para Cuelgamuros con un plazo estimado para su transformación de más de cuatro años

El Ministerio de Vivienda ha lanzado las bases de la convocatoria con la que se prevé resignificar el mausoleo franquista y de la que saldrá un proyecto ganador en cuatro meses

La resignificación de Cuelgamuros se decidirá mediante un concurso de ideas y costará 31 millones de euros

Comienza el plazo para presentarse al concurso de ideas con el que el Gobierno prevé resignificar el Valle de Cuelgamuros. La plataforma de contratación del Estado ha publicado este lunes las bases para la intervención del mausoleo franquista con el objetivo de convertirlo en un lugar de memoria. Se abre así el plazo marcado para el desarrollo del concurso, abierto a nivel internacional, del que saldrá un proyecto ganador con el que se prevé transformar la mayor parte del complejo, en el que finalmente se quedarán los monjes benedictinos tras el acuerdo al que el Ejecutivo ha llegado con la Iglesia.

El concurso constará de dos fases: ahora habrá dos meses para que se presenten las propuestas, diez de las cuales pasarán a una segunda vuelta cuyos autores tendrán otros dos meses para redactarla en detalle y de las que saldrá la elegida. Por lo que, si se cumplen los plazos, en septiembre de este año debería de haber un plan de transformación para el mausoleo, aunque en total se prevé que el concurso dure unos seis meses por una cuestión de trámites. Los costes del proceso alcanzarán los 31 millones de euros: 26,2 para sufragar los trabajos, 4,1 de honorarios para el proyecto ganador y 605.000 euros en premios para los diez finalistas.

Una vez fallado el concurso, se firmará un contrato de servicios con la propuesta ganadora que incluye dos fases, detalla el pliego: ocho meses para la redacción del proyecto y otros 40 para la realización de las obras en sí, con la instalación artística, la restauración y adecuación del conjunto y la implantación museológica, según consta en el pliego de condiciones. Tras la redacción a fondo del proyecto ganador, se procederá a licitar las obras, un proceso que se prevé iniciar en la segunda mitad de 2026. En total, el pliego estima una duración del contrato de “en torno” a los 56 meses (cuatro años y ocho meses) incluyendo la duración del concurso, los trámites necesarios como obtención de autorizaciones y licitación de los trabajos y las obras propiamente dichas.

Con todo, es complicado “precisar con exactitud el plazo de ejecución total” del proyecto, añade el pliego, debido a los tiempos imprecisos que pueden transcurrir para zanjar las cuestiones burocráticas. Lo que sí está claro es que será un proyecto de largo alcance, al que las previstas elecciones generales de julio de 2027 pillarán a la mitad.

Cambiar un espacio “congelado en el tiempo”

El objetivo del concurso, publicado por el Ministerio de Vivienda, es “atraer a las mejores propuestas” con el objetivo de proporcionar “una nueva mirada sobre el conjunto monumental y su entorno”, un espacio “hasta ahora congelado en el tiempo”, explica el departamento dirigido por Isabel Rodríguez. “El resultado será un punto de encuentro, actividad cultural, reflexión y diálogo basado en el conocimiento riguroso y científico de la realidad histórica”, añade.

Así, los equipos multidisciplinares que se presenten al concurso deberán desarrollar sus ideas para un triple encargo: una transformación en clave paisajística, artística y arquitectónica que “marcará la pauta conceptual y estética” de la resignificación; la construcción de un centro de interpretación en el que llevar a cabo “actividades expositivas, pedagógicas y lúdicas” y un proceso de musealización que se desarrollará en el centro de interpretación y en el interior de la basílica a excepción del altar mayor y las bancadas adyacentes, que seguirán dedicándose al culto católico tras lo pactado con la Iglesia.

Sí estará sujeto a cambios el resto del interior de la basílica, desde el atrio o el vestíbulo a la cúpula. El concurso de ideas prevé que la explanada de acceso sea el lugar en el que se instale el centro de interpretación o museo, ya sea subterráneo o en el exterior. Este deberá, además, conectarse con la basílica mediante una entrada independiente a la que da acceso al centro religioso. El Gobierno es consciente de la “complejidad” de la tarea debido a la magnitud del mausoleo y a su deterioro arquitectónico. 

Este último pilar de la resignificación deberá abordar y explicar “tres narrativas” que se consideran claves para comprender el mausoleo y su entorno: la historia política, ideológica y arquitectónica del complejo, mandado construir por Franco en 1940 para honrar a los “héroes y mártires de la Cruzada”, el uso de mano de obra republicana prisionera en su construcción y las características de su “entorno natural y paisajístico”. La propuesta perseguirá “un enfoque global e integrador”, detalla el pliego, mediante el uso de recursos, señales o cualquier otro tipo de indicaciones.

Requisitos y criterios

Un jurado será el encargado de evaluar las propuestas, que serán anónimas, en base a diferentes criterios asociados a un número máximo de puntos: calidad artística (30 puntos), adecuación museográfica (20), calidad arquitectónica y funcionalidad (30), sostenibilidad e innovación (15) y racionalidad económica (5). Los equipos que se presenten al concurso deberán ser multidisplinares, con al menos un especialista en historia o historia del arte, y deberán haber realizado en los últimos 15 años al menos un trabajo con un presupuesto superior a dos millones de euros.

El jurado estará formado por un presidente que será un representante del Ministerio de Vivienda y nueve vocales, cuatro de ellos de distintas administraciones públicas (Patrimonio Nacional, Ministerio de Vivienda, Ministerio de Memoria Democrática y Cultura), uno más de la Iglesia Católica, tres arquitectos “de reconocido prestigio” (dos a propuesta del Ministerio y uno del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos) y un artista “de reconocido prestigio”. A estos últimos cuatro profesionales se les pagará un total de 4.750 euros por su intervención en ambas fases del concurso, según detalla el pliego.

Para lanzar el concurso, el Gobierno se ha fijado en otros procesos similares a nivel global, que han resignificado espacios concebidos como lugares de memoria. Entre ellos, el monumento al Holocausto en Berlín, que también fue fruto de un concurso de ideas, el Monumento por la Paz y la Justicia de Alabama, dedicado a la persecución racial, o el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Santiago de Chile, cuyo objetivo es dar visibilidad a las vulneraciones de derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet y dignificar a sus víctimas.