“Os damos la bienvenida a este cómodo piso ubicado en Sant Josep de Sa Talaia, Baleares”. Así empieza uno de los tantos anuncios de vivienda en Eivissa, seguido de una minuciosa descripción: “Oportunidad de inversión, inmueble procedente de ejecución hipotecaria sin posesión”. Antonio, el propietario, vive una pesadilla desde hace años, aunque ha ganado una batalla judicial en la que consiguió parar un proceso de ejecución hipotecaria que el banco Santander había iniciado contra él. David contra Goliat. Pero lejos de disfrutar del triunfo, aún sufre las consecuencias del procedimiento. Su piso está desde hace meses en venta, no solo en uno, sino en varios portales inmobiliarios.